“La enfermedad holandesa ocurrió y no fue una simple gripa”

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Entrevista al presidente de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif), Sergio Clavijo, quien analiza la situación generada por el aumento del precio del dólar.

- ¿Cuáles son las causas para que el dólar haya llegado al precio actual?

Por un lado hay un déficit externo abultado. Colombia usualmente tiene un déficit en la cuenta externa del orden de tres puntos del PIB y dado al desplome en los precios del petróleo y el carbón se ha generado un déficit en el primer trimestre de este año de siete puntos del PIB, más del doble de la trayectoria reciente. El pronóstico que tenemos en ANIF para este año bordea los 6.5, eso implica unos faltantes, mal contados, de unos 20 mil millones de dólares al año, lo cual ha hecho que la Tasa Representativa del Mercado (TMR), que promedió dos mil por dólar en 2014, ahora se haya ido a tres mil, registrando en promedio una devaluación del orden del 35% y en el punta a punta una devaluación muy marcada del 60%, similar a la turbulencia que enfrenta Brasil.

- ¿Quiénes se están viendo más afectados por la devaluación? y ¿cuáles, beneficiados?

Los beneficiados son aquellos que sufrieron con la ‘enfermedad holandesa’, en particular los exportadores del agro y la industria. Ahora ven una ventana de oportunidad para recuperar sus exportaciones. Sin embargo, este efecto favorable está tomando más tiempo de lo esperado dados los rezagos casi de décadas que ha tenido Colombia en la provisión de la llamada agenda interna, es decir, aunque la tasa de cambio los favorece, los costos del flete de transporte, los elevados costos no salariales, los costos de los insumos energéticos continúan haciendo difícil que haya un repunte de las exportaciones del agro y la industria.

Por ejemplo, el valor absoluto de las exportaciones no tradicionales había estado en 14 mil millones de dólares y en vez de haber crecido realmente están cayendo a nivel de 13 mil millones, unas caídas del orden 7% en dólares. Señal de que el repunte de la tasa de cambio es insuficiente y sólo forma parte de una pieza del rompecabezas para que haya un favorable rebote del agro y de la industria. En lo que tiene que ver con las exportaciones tradicionales ha habido un desplome de más de 10 mil millones de dólares y tiene que ver con esta caída pronunciada por el precio del petróleo, que el año pasado bordeó 100 dólares por barril y está en estos momentos perfilándose hacia la franja 40 ó 45 y no hay mucho que podamos hacer en el corto plazo en ese respecto. Lo que toca es enfatizar la diversificación exportadora de la otra torta del agro y la industria que requiere que se agilice la provisión de vías y se abaraten los costos de la energía y los costos no salariales.

- ¿Un trabajador colombiano común debe preocuparse por lo que está sucediendo con el dólar?

El grueso de los trabajadores colombianos mercan es en Corabastos en Bogotá. No lo hacen en Coral Glabes en Miami. En ese sentido la devaluación no tiene por qué afectar directamente la canasta básica. Sin embargo, el componente de los insumos, que es importante en la producción del agro y de la industria, evidentemente está teniendo un encarecimiento importante y eso ya se refleja en la canasta del Índice de Precios al Productor (IPP) y se ha ido transmitiendo al consumidor final. Por esa razón, tenemos que la inflación sin alimentos ya está en el techo de la banda del 4% del Banco de la República. Es por esto que Anif y otros analistas estamos pronosticando que muy seguramente los próximos meses, y antes de finalizar el año, el Banco tendrá que haber ajustado sus tasas de interés al alza, entre 25 y 50 puntos básicos, para contener las expectativas de inflación.

- Cuando el dólar estaba a precios alrededor de los $1.800, el ministro de Hacienda libró una batalla para subirlo, tanto que llamó la meta de $2.500, el dólar Cárdenas, y dijo que ese era el precio ideal para el país. ¿Cómo explicar que ahora no haya hecho el mismo esfuerzo para bajar el precio a esos $2.500?

La tasa de cambio en Colombia se rige por un régimen flotante determinado por los faltantes en la balanza externa; entonces, creo que el ministro de -Hacienda no tiene mucho que hacer, salvo lo que tenga que ver con la monetización de la deuda externa de Colombia, que es marginal frente a la gran fuerza del mercado, que está determinada por este colapso de los precios de petróleo y una brecha externa que marca faltantes de 20 ó 22 mil millones de dólares. La tarea del Ministerio de Hacienda y del resto de los ministerios es la provisión de los bienes públicos en materia de educación, transporte y de abaratamiento, para que Colombia sea un país más competitivo. No le corresponde al Ministerio de Hacienda pensar en moderar el ritmo de devaluación, sino al Banco de la República. Aunque el ministro forma parte de la Junta Directiva, tiene un voto de siete. La visión que tiene Anif al respecto es que probablemente se pasó el cuarto de hora para haber hechos algunas intervenciones cambiarias, probablemente seis meses atrás, y que en estos momentos, con una devaluación tan pronunciada, el instrumental de intervenciones cambiarias no está a la mano y va a tocar actuar en el frente de la tasa de interés, aunque es un poquito más doloroso.

- ¿Comparte la opinión del ministro de Hacienda de que esta devaluación es preferible a que la economía se hubiera contagiado de la ‘enfermedad holandesa’?

Lo que estamos viviendo es el coletazo de la ‘enfermedad holandesa’ que aniquiló el agro y la industria y ahora, cuando caen los precios del petróleo y se supera la ‘enfermedad holandesa’, el agro y la industria no han estado preparados para tomar el liderazgo que le correspondería. Es decir, la enfermedad holandesa ocurrió y no fue una simple gripa, sino una grave enfermedad que estamos en mora de curar. Afortunadamente el Gobierno tiene claro el norte, que es la provisión de vías, mejora de la educación y abaratamiento de los insumos para ser competitivos, pero no cabe duda de que la ‘enfermedad holandesa’ estuvo, nos hizo daño y qué bueno que ya se esté yendo.

Credito
COLPRENSA

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