“Los cineastas colombianos piensan mucho en los festivales y poco en el público”

COLPRENSA - EL NUEVO DÍA
Dos producciones televisivas, una sobre el porro y otra inspirada en la vida de Galy Galeano; una película y la adaptación teatral de ‘El coronel no tiene quien le escriba’, son los próximos proyectos de este incansable director.

En la televisión, el cine y el teatro, Jorge Alí Triana ha dejado huella y no quiere dejar de hacerlo, porque asegura que su pasión por “contar historias” aún sigue latente en él, luego de más de 50 años de actividades artísticas.

Aunque el galardón a ‘Toda una Vida’ que recibirá este sábado en Cartagena en los Premios India Catalina, es en agradecimiento a todo un legado en las artes escénicas colombianas, para él es un nuevo motivo para seguir generando contenido, sea desde el mundo de las tablas, el Séptimo Arte, y la televisión que está en plena transformación.

El galardón

¿Cómo recibe este homenaje en los Premios India Catalina?

A raíz de este homenaje, me he visto obligado, por muchos factores, a detonar los botones de la memoria y del pasado, porque mucha gente empieza a preguntarte qué has hecho para recibir un homenaje de esta magnitud.

En realidad es un homenaje a mucha gente. Cientos de actores, de fotógrafos, de maquilladores que han trabajado conmigo, porque este siempre es un trabajo en colectivo. Se crea una hermandad en la pasión, porque cuando te encuentras con gente a la que te une la pasión, se crean lazos que llegan a ser más fuertes que los lazos sanguíneos.

Un regalo de la vida que le agradezco porque me ha permitido hacer lo que más he amado hacer. Un homenaje al pasado, pero estando vivo y produciendo.

¿Mucha pasión?

Es una pasión que me divierte mucho y en la que sigo aprendiendo constantemente, es muy lúdica. Una profesión que nos permite vivir más de las siete vidas del gato, porque en cada película, serie, telenovela u obra de teatro, uno se sumerge en el universo de sus personajes, convive con ellos, comparte sus pasiones, entre su bondad y perversidad de la ficción, lo que hace que se viva una vida muy rica.

¿Un pasado, un legado?

El año pasado la Filmoteca de Barcelona (España) me hizo un homenaje con todas mis películas y las vi en una semana porque tenía que hablar con el público.

Siento que son unas películas que están vivas, aunque el cine se envejezca muy rápidamente, es efímero como el teatro.

Pero me generó cierta satisfacción porque técnicamente las sentí impecable, lo cual no era costumbre en esa época, que hoy en día han sido ampliamente superadas. Me parecieron que son películas actuales.

¿Le sucede lo mismo con sus trabajos en televisión?

No, porque las condiciones eran diferentes, precarias, desde las cámaras, el vestuario hasta las mismas actuaciones, por lo que la evolución ha sido sorprendente en los últimos 30 años de televisión colombiana.

Bajo esos parámetros, ¿cómo era hacer series históricas o de época?

Muy complicado, pero teníamos que hacerlo. Había deficiencias en el maquillaje, los vestuarios, la forma de grabar y deficiencias en nosotros los directores.

Recuerdo la primera vez, para ‘Revivamos nuestra historia’, que me paré frente a un batallón de 500 solados y debía grabar mi primera escena de batalla, no tenía idea de cómo se hacía eso, porque teníamos una gran ingenuidad. Estábamos comenzando, aprendiendo a hacer, lo cual tiene su encanto.

La gente recuerda mucho sus series y telenovelas…

Hay muchos recuerdos. La gente me sigue preguntando ‘¿por qué no hacen un programa como ‘Revivamos nuestra historia’?, donde se aprendía historia de una manera entretenida. O las personas que me dicen que les prohibían ver ‘Las Hinojosas’ y ellos las miraban entre las cobijas. Todo eso me produce mucha satisfacción, porque son producciones que hacen parte de los sentimientos colectivos del país.

¿Producciones que incluso generaron polémica?

Me ha sucedido muchas veces, de cosas que han generado ampolla, pero que jamás las hice con esa intención, que fueron generadas por la exigencia misma de la historia, y afortunadamente nunca fueron censuradas, aunque se presentaron muchos intentos.

En ‘Las Hinojosas’ existe una escena famosa de una relación lésbica entre Amparo Grisales y Margarita Rosa de Francisco, que se quedó en la cabeza de los televidentes e incluso de quienes no la vieron, y siguen hablando de ella. Creo que es parte de la huella que hemos dejado.

En las tablas

¿El teatro siempre presente?

Una de mis etapas más importantes de mi vida fue en el TPB, el Teatro Popular de Bogotá, donde lo fundé en 1968 y duramos con él 30 años dedicados al teatro y se contribuyó a la formación de público y el trabajo de tres generaciones de actores.

Continúo haciendo teatro pero más fuera del país, en Nueva York, Washington, Buenos Aires y Lima. En el 2014 fue el último montaje que realicé en Colombia, que fue un musical basado en la novela de Mario Vargas Llosa, ‘Pantaleón y las visitadoras’.

¿Qué viene en teatro?

Tengo proyectado estrenar a inicios del próximo año una adaptación de la obra de Gabriel García Márquez ‘El Coronel no tiene quién le escriba’.

Son varias las obras de Gabriel García Márquez en las que ha trabajado…

Hicimos en teatro ‘Crónica de una muerte anunciada’ y ‘La Cándida Eréndira’, que se han montado en distintas partes del mundo. En cine un guión original ‘Tiempo de morir’ y ‘Edipo Alcalde’.

¿Qué viene para Jorge Alí en televisión?

Acabo de terminar una telenovela que está dentro del universo del porro, que se llama ‘La luz de mis ojos’, que está terminada de grabar y la empezamos a editar. El 25 de abril comienzo el rodaje de una ‘dramedia’, sobre la vida de Galy Galeano, que tiene una vida y unas peripecias maravillosas contadas por él mismo.

¿Volverá a la dirección de cine?

La última película que hice fue en 2008, ‘Esto huele mal’, pero desde ese entonces no había encontrado un tema, hasta ahora, en la cual estoy trabajando y creo que podría rodarla el próximo año. Tengo muchas ganas de filmar.

¿Cómo ve el momento actual del cine colombiano?

Lo veo muy bien con toda su diversidad de propuestas, con mucha gente joven con muchas ganas y talento. Siento que los cineastas colombianos piensan mucho en los festivales y poco en el público, lo que hace que el público no asista al cine colombiano. Es necesario pensar en ellos.

Creo que es clave tener la diferencia entre una industria completamente comercial a una industria popular. Yo hago la diferencia porque la cosa comercial solo piensa en los rendimientos de la taquilla haciendo las concesiones más primarias y ordinarias ante el público, mientras que el arte popular tiene muchas lecturas que puede ser visto por distintos seres.

¿Y la televisión?

Creo que la televisión abierta desaparecerá, si sigue trabajando bajo la misma dinámica. El fenómeno Netflix ha hecho que no tenga mucho sentido la televisión con horarios rígidos y llenos de comerciales, por lo que cada vez terminaremos con presupuestos menores para hacer televisión, lo que el futuro es incierto, pero el contenido será vital siempre.

Credito
COLPRENSA

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