Lo que hay detrás del cobro por valorización

JORGE CUÉLLAR - EL NUEVO DÍA
Juan Espinosa destacó que antes de que se efectúe cualquier cobro, se hará estudios para “salvaguardar a las poblaciones económicamente más vulnerables” de la ciudad.

El Estatuto de Valorización que aprobó el Concejo de Ibagué esta semana tiene tanto de ancho como de fondo, pues establece una guía de cómo la actual Administración municipal hará el cobro de ese impuesto.

Sin embargo, surgen varias preguntas referidas a quiénes serán los mayores afectados con su aplicación y si el alicaído bolsillo de muchos ibaguereños, sobre todo los de menos ingresos, aguantarán tanto impuesto.

En términos generales, la Alcaldía prevé que a partir del Estatuto, la ciudad pueda cobrar una contribución de valorización por cada proyecto que será presentado ante el Concejo municipal.

El secretario de Hacienda, Juan Espinosa, recordó que la Administración local pretende sacar adelante tres grandes iniciativas por valorización. Todas cuestan mucho y el Municipio no tiene con qué ejecutarlas (ver Los proyectos de Jaramillo).

Solo el Sistema Estratégico de Transporte Público (Setp) requiere de 120 mil millones de pesos del Municipio, pero esa plata, según Espinosa, no se puede obtener mediante ingresos corrientes.

La solución, entonces, es el cobro por valorización. Pero hay que dejar en claro que a pesar de su aprobación, el Estatuto solo establece las reglas de juego para el cobro del tributo.

Lo que hay que tener en cuenta

De acuerdo con Espinosa, el cobro por valorización no es general, sino aplicable a las características de cada proyecto.

Si bien la Alcaldía es la que estructura y además la que presentará los proyectos al Concejo, es el cabildo el que determina el valor de las tarifas que deberán pagar los ciudadanos, y también quiénes deben pagarlo.

“Cada proyecto tiene que pasar previamente al Concejo antes de que la Administración pueda iniciar las obras”, afirmó Espinosa, quien aclaró que sin la aprobación de la Corporación no se puede cobrar el impuesto.

Cada uno de los proyectos contiene un estudio económico y de impacto sobre las zonas de influencia de las obras. Su propósito es determinar la capacidad de pago de los ciudadanos que serán beneficiados con la valorización.

Según el funcionario, si los ciudadanos no tienen la suficiente capacidad de pago, el impuesto no se podría cobrar, por lo que las iniciativas de mayor impacto se ejecutarían en secuencia para evitar un sobrepeso en el bolsillo de los contribuyentes.

En efecto, aunque Espinosa afirmó que no se puede hacer un cobro simultáneo, explicó que sí se aplicaría a aquellos proyectos de carácter específico, como la recuperación de la malla vial en zonas definidas de Ibagué.

¿Todos ponen?

Espinosa aseguró que para el cobro por valorización existen dos metodologías, dependiendo de lo que apruebe el Concejo municipal y de cada proyecto.

Una es la del beneficio general, en que todos los ciudadanos propietarios de predios deberán aportar, según su capacidad de pago.

El cobro por motivo del Setp, por ejemplo, “sería susceptible de ser distribuido entre todos los propietarios de predios”, explicó Espinosa, porque todos los ciudadanos en la ciudad se beneficiarán de las obras.

Pero hay proyectos que benefician solo a propietarios de predios en zonas específicas de Ibagué, como es el caso de la intervención de la malla vial en los barrios y comunas.

Allí se aplicará un estudio de beneficio de impacto particular o específico, y el cobro solo aplicaría para los ciudadanos propietarios de predios ubicados en zona de influencia de las obras, de acuerdo con su capacidad económica.

En todo caso, resaltó Espinosa, el Estatuto busca “salvaguardar a los ciudadanos para que la contribución no exceda su capacidad económica y se cobre solo a los propietarios de bienes con beneficios económicos”.

Con respecto a las excepciones, el Secretario explicó que no fueron aprobadas y que propietarios en los diferentes estratos pueden ser sujetos del cobro.

Sin embargo, se presentan excepciones en aquellos predios ubicados en zonas de riesgo no mitigable o, por ejemplo, los que no se benefician de ninguna obra, como las propiedades ubicadas en el Cañón del Combeima.

Capacidad de pago

El funcionario dijo que, de manera distinta, en cada uno de los proyectos se define las obras que se van a desarrollar, su valor y cómo se calculará el beneficio de esas iniciativas, es decir, los predios que serán sujetos del cobro.

“La contribución por valorización no se cobra a todos por igual así todos tengan beneficio por la misma obra”, aseguró Espinosa.

Y añadió que para cada proyecto se efectuará un estudio de la capacidad económica de cada uno de los propietarios de los predios beneficiados.

“Porque puede que usted tenga una alta valorización, pero puede que no tenga la capacidad de pago”, agregó.

El proceso es igual para todos los proyectos de acuerdo que se presenten. La Alcaldía deberá estructurarlos y entregarlos al Concejo para su estudio.

Todos deberán contar con estudio de prefactibilidad y factibilidad, y en ellos se determinará cómo quedará la distribución de la contribución a cargo de cada uno de los contribuyentes.

Luego de ser aprobado por el Concejo, se inicie el desarrollo de las obras. “La idea es que comiencen a pagar una vez estén construidas”, destacó Espinosa.

No obstante, advirtió que “algunos asesores en el tema de valorización dicen que esa estrategia de primero hacer la obra y después pagar es bueno, para que la gente acepte la contribución.

“Pero advierten que después de hecha la obra vamos a tener el problema del cobro: muchas veces la ciudadanía quiere recibir el beneficio, pero para pagar es difícil”.

Los proyectos de Jaramillo

Los recursos recolectados por valorización serán destinados a tres grandes propuestas:

- El Sistema Estratégico de Transporte Público (Setp): aunque en 2014 se necesitaban 300 mil millones de pesos para ponerlo en marcha, Espinosa considera que en la actualidad el costo de ejecución podría alcanzar los 400 mil millones de pesos. La Alcaldía tramita un Conpes ante el Gobierno nacional para obtener el 70 por ciento del valor total del proyecto, es decir, un aporte de 280 mil millones, mientras que los $120 mil millones restantes los aportaría el Municipio.

- Plan Maestro de acueducto y alcantarillado: Espinosa informó que cuesta unos 300 mil millones de pesos y está referido a la renovación de todo el sistema en la ciudad, como tuberías y redes de alcantarillado.

- Intervención de la malla vial: el Secretario indicó que ya existe una iniciativa en el Banco de Proyectos de la Secretaría de Planeación municipal. El valor de las intervenciones suma 280 mil millones.

Confluencia de estratos

En varias zonas de Ibagué existen distintos estratos, inclusive sectores exclusivos que colindan con barrios deprimidos o invasiones. En el caso de que se desarrolle una obra que beneficie a todos por igual se revisará la capacidad de pago de cada propietario, advirtió Espinosa.

El Secretario dijo que luego de determinar la zona de influencia del proyecto se adelantará el estudio de impacto económico y de capacidad económica, para “medir cuáles de esas casas son de estrato Uno o Dos; cuáles son rurales, cuáles están en zonas de alto riesgo no mitigable y cuáles son estrato Seis”, afirmó.

De acuerdo con esa clasificación inicial, se hace una primera segmentación, explicó, y añadió que después “se hace un estudio económico de todas las familias y sobre ese impacto económico se cuantifica el beneficio y se establece cuánto podría pagar cada persona sin que se ponga en riesgo su capacidad económica ni sus necesidades mínimas básicas”.

Y agregó que “cada proyecto debe tener un estudio de beneficio, uno de impacto económico y otro de capacidad económica de las personas prioritarias beneficiarias”. No obstante, Espinosa indicó que hay casos de propietarios en estratos Uno que eran dueños de lotes con extensas áreas e hicieron fortunas con estos terrenos, “a ellos sí les aplicaría el cobro por valorización. Hay predios en el estrato Uno que valen 500 millones de pesos, lotes grandes de garajes, o que pasaron de ser rurales a urbanos, y a ellos se les cobrará”. 

Credito
CRISTIAN CAMILO ARROYO MORA

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