“Los mineros deben aprender más de ambiente y los ambientalistas más de minas”: MinAmbiente

COLPRENSA - EL NUEVO DÍA
Entrevista con el entrante ministro de Ambiente, Luis Gilberto Murillo, quien deberá poner la cara a asuntos como el posconflicto, la aspersión con glifosato, la conveniencia o no del fracking para la explotación petrolera y la atención al fenómeno de ‘La Niña’.

De Andagoya en el Chocó, una población ubicada en la desembocadura de los ríos San Juan y Condoto, en el medio San Juan, es Luis Gilberto Murillo. El nuevo ministro de Ambiente se define como un “negro-afrocolombiano”, para hacer el quite a la extensa discusión acerca de cómo referirse a su raza.

De niño el hoy Ministro deseaba ser ingeniero de Minas, como efectivamente lo logró, un sueño motivado por las condiciones en que vivían los contratistas mineros para los que trabajaba su padre. “Los ingenieros eran muy importantes, tenían gente a su cargo, tenían casas especiales. Eran como dioses”, recuerda admirado.

La disciplina en su casa la impuso su madre, una auxiliar de enfermería quien se esforzó por sacarlo, y a sus hermanos, adelante. Todos vivían en una casa palafítica con un patio trasero muy grande y plantas en el frente, las mismas que él debía regar todos los días antes de las cinco de la mañana. “Yo odiaba esas matas”, dice en broma, aunque de inmediato rectifica entre risas.

Murillo será quien lidere temas ambientales en el posconflicto y ponga la cara a asuntos como la aspersión con glifosato, la conveniencia o no del fracking para la explotación petrolera, la atención al fenómeno de ‘La Niña’ y la minería, tanto ilegal como legal.

- ¿Cuál es la visión sobre el ambiente que tiene un ingeniero de Minas?

Cada uno de los sectores necesita entrar en un proceso de reconversión de cara a la adaptación al cambio climático, para que se busque gestión ambiental sostenible en las empresas y eliminar actividades ambientales ilegales. Los mineros deben aprender más de ambiente y los ambientalistas más de minas.

- Quizá el debate más duro al que tendrá que enfrentarse como ministro será para garantizar la minería responsable.

Ya hay muchos casos en el mundo que muestran que sí se puede hacer minería responsable. Hay que plantear muy buenos estándares que correspondan a nuestra realidad. Estos deben hacer un balance entre las necesidades de desarrollo del país y la necesidad de conservación ambiental. El debate debe hacerse con sinceridad, sin ir a los extremos.

- ¿Qué cree que debe hacerse con la minería ilegal?

Ese es otro tema urgente. Es claro que está ligada al conflicto armado y a las organizaciones criminales. A esto se suma la lucha frontal que debe liderarse contra la exploración ilegal de recursos madereros y del bosque. Acá debe entregarse una respuesta de Estado.

- ¿Cuál es el principal problema ambiental que usted ve en Colombia?

Aclaro que no he terminado el empalme con el ministro Gabriel Vallejo, por lo que mi perspectiva aún es externa. Pero un desafío que veo es la articulación de los acuerdos de paz con las metas de desarrollo sostenible. Otro reto es aterrizar la política ambiental en los territorios y llevar ese diálogo a la gente.

- ¿Qué espera que ocurra después de firmar la paz?

Los acuerdos tienen que materializar en un dividendo ambiental. Hay experiencias internacionales que muestran cómo algunos acuerdos de paz han llevado a planteamientos ambientales muy desarrollistas. Eso es importante tenerlos presentes en el caso colombiano. El diálogo con las comunidades debe llevar a que se concilien las metas de desarrollo económico del país con las metas de conservación ambiental y las de desarrollo ambiental. Eso hicimos en el plan ‘Todos somos Pacífico’.

- ¿Qué lectura le da al escándalo por la licencia de la Anla, aprobada y luego revocada, para explorar en La Macarena?

Pudo haber falta de comunicación y coordinación entre las entidades del Sistema Nacional Ambiental (Sina). Este es uno de los temas a los que hay que responder con urgencia, y ya lo hablamos con el ministro Vallejo. Hay que generar mucha coordinación entre las entidades que hacen parte del Sina y sus instituciones. Sólo así podremos responder mucho mejor en los procesos de licenciamiento.

- Pero el país requiere extraer petróleo, ¿cómo hacerlo?

Hay que generar espacios de trabajo conjunto con éste y otros sectores para coordinar el trabajo. Hay escenarios en los que vamos a afinar esos asuntos.

- ¿Cree que sí existe consciencia ambiental en los colombianos?

Creo que sí. Sin embargo hay que bajar eso más al nivel cotidiano y hacer que la economía del país crezca de manera verde.

Ahí hay toda una tarea para ver cómo se avanza en ciencia y tecnología, en innovación y cómo se mejora la competitividad, todo en el marco de avanzar en una economía que crezca de manera verde. Eso hay que hacerlo primero con las entidades relacionadas y, más allá, hay que meterle ciudadanía. Eso también lo hemos hecho en el plan ‘Todos Somos Pacífico’.

- ¿Le alcanzan para eso los dos años que restan del actual Gobierno?

Creo que en dos años tenemos que estar en un proceso de construcción de paz y de hacer un nuevo país. Este es el punto de partida y el impacto para el ambiente es muy alto.

- ¿Debe ser utilizado el glifosato para combatir los cultivos ilícitos?

Me parece que no y esa es la postura del Gobierno. En lo personal, y como gobernador del Chocó (2012 - 2015), siempre he dicho que no comparto la fumigación con glifosato.

- Entonces, ¿qué hacer ante el incremento de cultivos de coca en parques naturales?

El presidente dispuso que se adelantaran planes piloto de intervención integral en Tumaco y en la costa Pacífica nariñense, para disminuir los cultivos ilícitos hasta llegar a cero es municipios con coca. En el Ministerio voy a conocer cómo está el tema en parques naturales, para ver cómo aplico una estrategia similar en esas zonas.

- ¿Cómo debe el país afrontar fenómenos como ‘La Niña’, que viene, o el de ‘El Niño’, que acaba de terminar?

El país ha progresado. Hay un sistema de gestión del riesgo muy sólido y el Ideam se ha fortalecido. Hoy se habla de posibles problemas por el clima, antes de que sucedan; eso es muestra de que se ha avanzado. Sin embargo, hay espacio para seguir haciendo mucho por el ambiente.

- ¿Cómo ve las regiones?, ¿qué va a hacer en la periferia del país?

Colombia es un país muy diverso y con un sinnúmero de ecosistemas. Desde el Ministerio vamos a fortalecer las labores de coordinación con las corporaciones regionales y con los gobiernos locales para que la gestión ambiental trascienda.

- ¿Cómo cree que la gente lo ve?

Sé que las expectativas son muy altas, pero tengo convicción y tenemos que demostrar que personas como yo sí podemos ser buenos líderes y gerentes públicos.

‘Todos somos Pacífico’

- Usted entrega el plan ‘Todos Somos Pacífico’, del que fue gerente. Haga un balance de ese trabajo.

Encontramos una región con muchos problemas, con muchos ‘incendios’. Trabajamos con las comunidades, las diócesis, los líderes sociales y las autoridades. Paso a paso fuimos cumpliendo las tareas encomendadas. En el caso de Buenaventura, de los 100 compromisos, entregamos más de 80: obras como el Estadio La Independencia y la ampliación del Puente del Piñal. Hoy la gente se moviliza muy rápido en la vía Loboguerrero - Buenaventura; para esto se cerraron 14 consultas previas que permitieron avanzar. En la ciudad se mejoró la seguridad, pues se pasó de una tasa de homicidios de casi 50 por cada 100 mil habitantes, a 17 ó 20.

El Sena va a construir en Buenaventura una sede que cuesta 38 mil millones y se entregaron viviendas en la ciudadela San Antonio. Entre tanto, en Tumaco se invirtió en el tema agrícola y pesquero.

En Quibdó, aunque van lentas, se aseguraron los recursos para la pavimentación de las vías Quibdó - Medellín y Quibdó - Tadó - Pereira.

En Guapi (Cauca) se tiene prevista la inversión de 24 millones de dólares para asegurar la solución la atención en saneamiento básico (acueducto, alcantarillado y aseo).

En Tumaco se trabajó mucho en los cultivos de palma, se erradicó la palma enferma, y se plantó nuevas hectáreas.

El plan se declaró como de interés estratégico nacional y se creó el fondo, que ya entró en operación, para cerrar brechas; para eso cuenta con un crédito de 400 millones de dólares del BID y el Banco Mundial. 

Credito
COLPRENSA

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