“Pienso que todo el mundo estaba anhelando la paz, inclusive quienes sufrimos el terror de la guerra”

Al estrado, como lo ha hecho en épocas pasadas en este diario, retoma este trabajo periodístico dominical para dialogar con personajes de la vida nacional y regional, auscultando su sentir y visión sobre temas diarios de nuestra realidad.

En esta edición compartimos con el General del Ejército colombiano Jorge Humberto Jerez Cuéllar, comandante de la Quinta División, que tiene competencia territorial sobre seis departamentos, incluido el Tolima. Un soldado tropero, como él mismo se califica, con formación humanista, social y política.

Iván Ramírez Suárez: General Jerez, hoy los colombianos votamos el plebiscito que muy seguramente pondrá fin a 52 años de guerra con las Farc. ¿Considera usted que con el Sí al acuerdo de paz desaparecen las causas reales de este conflicto?

GENERAL JORGE HUMBERTO JEREZ: En primer lugar con respecto al plebiscito, estamos desplegando las tropas para poder cumplir al pueblo colombiano la participación en este evento democrático que se ha convocado después del acuerdo de paz para que el pueblo diga sí o no.

Como soldados de Colombia estamos apoyando la paz para que se fortalezca el campo, lleguen más empresas a Colombia y podamos ser un país más viable de lo que podemos ser en este momento. Las causas del conflicto se dieron en ese momento de acuerdo a las Farc por la inestabilidad social y las diferencias de clase.

Pienso que Colombia está en un punto fundamental de su desarrollo. Colombia subsistió con la presencia de la guerra, con la presencia de las Farc, pues en este momento al llegar la paz vamos a tener más territorios abiertos para el campesino y para que podamos fomentar el agro colombiano, habrá carreteras, vías de acceso y facilidades para los campesinos, para que puedan producir y comercializar sus productos.

Pienso que todo el mundo estaba anhelando la paz, inclusive los soldados de Colombia, que hemos sufrido el terror de la guerra. Por ejemplo, el año pasado a esta fecha ya teníamos 38 soldados muertos en combate y este año a esta fecha tenemos cero.

Entonces el cambio se va dando y el Ejército en este momento, de acuerdo con su nueva filosofía y nueva doctrina que se ha formado a partir de mi general (Alberto José) Mejía, comandante del Ejército, está direccionado a ser un ejército multimisión, de apoyo directo a la población para cambiar y mejorar la calidad de vida de nuestros campesinos.

I.R.S.: General, usted en declaraciones a un diario del Huila hablaba de la necesidad de tener un “ejército del futuro” para el posconflicto. ¿Como será ese ejército del futuro?

G.J.: Nosotros estamos formando un ejército multimisión, un ejército que se está preparando para contrarrestar las nuevas amenazas del país. Por ejemplo, para combatir la minería ilegal, estamos formando brigadas contra éstas, de la mano de la Policía, la Fiscalía y el CTI.

Estamos fortaleciendo nuestros Gaula rural para atacar la extorsión y el secuestro. Estamos formando escuadrones guardabosques para mantener nuestros páramos. Estamos fortaleciendo nuestras brigadas contra el narcotráfico para atacar este delito, y estamos organizando nuestras tropas, vamos a tener tropas en todo el mundo en operaciones de paz.

El Ejército colombiano es en este momento un referente de seguridad en todo el mundo, todos los países quieren saber cómo hizo nuestro ejército para doblegar la capacidad de lucha de las Farc y romperle ese pensamiento estratégico de la toma del poder por la vía de las armas. Por eso hablamos de esta victoria militar de la cual nos sentimos orgullosos.

I.R.S.: ¿Victoria militar en qué términos?

G.J.: Por ejemplo, en mi territorio, en Cundinamarca, había más de 400 terroristas que iban a sofocar a Bogotá, en este momento no hay uno armado. En el Eje Cafetero había más de 650 y en este momento no hay ni uno. En el Huila, usted sabía que sacaban la gente de los edificios, se llevaban aviones, secuestraban, en este momento no hay ningún guerrillero armado en el Huila.

En el Tolima solo nos quedan 120 bandidos de las Farc, que están sobre los sectores Pradera y Florida refugiados y esperando para llegar a las zonas veredales de transformación a la normalidad. Entonces, no queda duda de que somos un ejército fortalecido en nuestro trabajo y, como decía anteriormente, todos los ejércitos del mundo quieren conocer y aprender de nuestra experiencia de cómo obligamos a las Farc a su renuncia de llegar al poder por la vía militar.

I.R.S.: General, pero es innegable el apoyo militar a Colombia del Gobierno de los Estados Unidos para la consecución de ese objetivo, con el llamado programa “Paz Colombia”.

G.J.: Claro, los Estados Unidos iniciaron con el llamado Plan Colombia, con esto fortalecimos la capacitación, el entrenamiento, el equipaje y la movilidad. Nuestros helicópteros y el apoyo de la Fuerza Aérea fueron fundamentales para poder sacar de un ejército y un país inviable a un país y un ejército viable.Recordemos que hace 12 o 15 años nuestros alcaldes tenían que direccionar sus pueblos desde las capitales.

Eso fue cambiando gracias al trabajo de nuestros soldados, a nuestra movilidad. No podíamos ejecutar operaciones de más de 15 o 20 días porque teníamos que regresar para abastecernos. Perdíamos el mando y control, perdíamos las líneas de comunicación y las líneas de abastecimiento. Gracias a esa movilidad que logramos, gracias al apoyo de los empresarios, a los impuestos de guerra, al Plan Colombia, se fortaleció el Ejército colombiano y es un ejército exitoso en este momento.

I.R.S.: Precisamente, General, el Ministerio de Defensa mediante circular los ha facultado para apoyar a la Policía en la lucha contra la inseguridad en campos y ciudades. ¿No cree que acudir al DIH para combatir las bacrim puede llevarlos a cometer excesos contra la población civil, como ocurrió en el pasado?

G.J.: Las bandas criminales están consideradas como grupos armados organizados. Y estos grupos armados organizados los podemos atacar utilizando el Derecho Internacional Humanitario, porque son bandidos organizados, armados, equipados, tienen mando y control de algún territorio.

O sea, que podemos combatirlos utilizando nuestra Fuerza Aérea, podemos utilizar las armas de la República y todo el poder del Estado para acabarlas.Por eso el Ejército se está entrenando, es un rol de Policía nacional, pero va a haber un apoyo directo del Ejército de Colombia para combatir a estos grupos que cumplan lo que les acabo de decir.

I.R.S.: En la pasada conferencia de las Farc, a la cual se sometió a consideración el apoyo al acuerdo firmado con el Estado, no asistió el bloque Uno del Putumayo, Vichada, Vaupés y al cual, al parecer, han llegado en repliegue integrantes de otros frentes a los que usted ha aludido en la presente entrevista. Ellos no se van a desmovilizar. ¿Qué pasará con ellos?

G.J.: Bueno, así como hemos respetado el proceso de paz, hemos esperado que estos señores bandidos de las Farc se replieguen y lleguen a las zonas de concentración.Los que no lo hagan y sean disidentes tendrán encima el peso del glorioso Ejército colombiano, la Policía, la inteligencia militar estará sobre ellos para actuar a partir de que ya se dé la concentración, los que queden por fuera serán tratados como terroristas y serán atacados con todas las armas y el poder del Estado.

I.R.S. ¿Pero sí creyó vivir lo que hoy vivimos?

G.J.: Uno, cuando estaba en el furor de la guerra, en pleno combate, decía: ¿cuándo se va a acabar esto? Es complicado, difícil. Cuando había unos campesinos obligados, otros por simpatía. Cuando el movimiento del Ejército era difícil por existir terrenos minados. La toma de los municipios por la guerrilla, la destrucción de los municipios, secuestros, boleteos.

Los ganaderos no podían ir a sus fincas. Es decir, estábamos en un país inviable y parecía que no había salida a esto. Cuando ya se da el apoyo y fortalecimiento del Ejército, empezamos a ver el cambio, y empezamos a ver una guerrilla que pasó de 21 mil a seis mil bandidos, empieza uno a decir ‘esto sí tiene salida’, a pensar en un futuro. Y el avance del Ejército en el entrenamiento, el avance y el profesionalismo de nuestros hombres, los soldados campesinos, los soldados de mi pueblo, los soldados profesionales y los voluntarios, fortaleció nuestro Ejército e hizo que un soldado nuestro se diera cuenta de que sí había una salida.

Y la salida fue el diálogo.Yo pienso que si hubiéramos continuado, nos hubiéramos seguido matando y no hubiera habido al final un resultado victorioso la parte militar, sino que había que llevarlos a la fuerza a la mesa de negociación, sometidos, y eso fue lo que ocurrió. Por eso el pueblo colombiano nos ve victoriosos en la guerra y ahora nos toca facilitar, junto con Naciones Unidas y otros Estados garantes, su incorporación a la vida civil y a la lucha política.

I.R.S.: Una última pregunta, General. La iglesia Católica tiene un dicho, que no hay cura que no tenga la aspiración de ser Papa. ¿Usted aspira en un futuro a ser Ministro de Defensa?

G.J.: Uno desde que ingresa a su escuela militar observa a sus generales y uno aspira a llegar a lo más alto. Pero uno es consciente de que en la vida militar hay que ir paso a paso.Hemos hecho las cosas, hemos hecho la tarea, con un agradecimiento total a mis superiores, a mis soldados, que han dado el impulso a este soldado para llegar a estas instancias. Mi Dios y la Virgen sabrán qué me espera más adelante y a ellos me encomiendo.

EL TOLIMA Y EL POSCONFLICTO

I.R.S.: Precisamente, General, en el Tolima hay dos zonas de concentración: una en Villarrica y otra en Planadas. Al parecer la comunidad de estos municipios siente temor de generarse problemas de inseguridad y social. ¿Para los habitantes también existe esta garantía?

G.J.: Vea, estuvimos hablando con la gente de Planadas y Villarrica. En algunos sectores estaban muy reacios a aceptar estas zonas de concentración. Pero pienso que tenemos que aportar cada uno para que se consolide esta paz que estamos generando.

Darle la tranquilidad al pueblo que los soldados de Colombia vamos a estar con ellos. En estos momentos ya estamos desplegados sobre las áreas de las dos veredas que han sido escogidas y le estamos dando confianza a la población, el Estado de Derecho va a continuar, y el control de las áreas va a ser tripartito: Gobierno, Farc y ONU, en el que se van a respetar los derechos de todos.Y esperamos que los compromisos adquiridos por las Farc se den en su totalidad sin tropiezo alguno, para que ellos puedan pasar de la ilegalidad a la legalidad y consolidar esta paz que se está buscando.

I.R.S.: Y si de cumplir se trata, General, ve usted viable que el Estado colombiano cumpla la gran cantidad de compromisos sociales y políticos que están incluidos en el acuerdo?

G.J.: Bueno, esperamos que sí. Tenemos un plan que se llama Plan Espada y Honor, y en ese plan tenemos dos líneas de acción: la parte armada y la parte no armada. En la parte armada ya le cumplimos al pueblo colombiano derrotando a las Farc, y en la parte no armada estamos trabajando una acción integral. En Ibagué estamos pavimentando 10 tramos, y hace dos días hicimos una reunión en la Brigada y decidimos que vamos a pavimentar 16 tramos más, los ingenieros militares. Ahí pavimentamos la vía Planadas - Ataco. Entregamos el aeropuerto de Planadas hace unos meses.

Y estamos trabajando con gobernadores y alcaldes, con nuestros coroneles, formando un líder regional que sea importante en cada uno de los seis departamentos que manejamos.Estamos haciendo labor social, ganando cada día a los habitantes, recordando que el Ejército está como una de las instituciones más queridas por el pueblo colombiano.

UN MILITAR DE CUNA

I.R.S.: General, su padre fue oficial de la Policía, el coronel Jerez Ramírez. Tiene dos hermanos que son oficiales de las Fuerzas Militares y una hermana está casada con oficial del Ejército. Además usted ingresó a los 16 años, en 1980, a estudiar a la Escuela Militar de Cadetes. Es decir toda una vida y familia militar. Sinceramente, ¿usted imaginó o pensó en algún momento vivir el día que hoy vivimos los colombianos, para refrendar sí o no un proceso de búsqueda de la paz? 

G.J.: Bueno, primero me sorprende que me hable tan claramente y tan fácil de mi vida y de mi familia. Como usted lo dice, ingresé al Ejército a los 16 años, ingresé a Quinto de bachillerato, hice Sexto y me gustó y me quedé. Mi padre fue coronel de la Policía, viví en los cuarteles de la Policía. Y desde que ingresé a la vida militar hace 36 años, de verdad nunca pensé estar hablando como estoy hablando ahora de una paz, de tranquilidad.

Pero siempre que se inicia una guerra siempre se está buscando en cómo llegar a la paz y, afortunadamente, en Colombia ha llegado esa paz. Lo que esperamos es que se cumpla eso que prometió las Farc, el Estado, el Ejército está cumpliendo y somos parte fundamental de esta paz que está empezando a vivir Colombia.Como soldado, como guerrero, como tropero, como hombre de la mano de los soldados de Colombia, estamos dispuestos y esperamos que esta paz sea duradera, clara y real.

Credito
EL NUEVO DÍA

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