Continúa la lucha de las mujeres por la igualdad en el ámbito laboral

COLPRENSA - EL NUEVO DÍA
Informe sobre las desventajas de las mujeres en el mercado laboral que volvieron a quedar en evidencia con la polémica desatada por la ley que extiende la incapacidad después del parto, y que según algunos sectores podría tener consecuencias para la contratación femenina.

El pasado 4 de enero el presidente de la República, Juan Manuel Santos, sancionó la Ley 1822 de 2017, que modifica el Código Sustantivo del Trabajo y aumenta de 14 a 18 las semanas de la licencia de maternidad, para promover la adecuada atención y cuidado de la primera infancia.

Sin embargo, aunque la medida causa satisfacción por la ampliación del tiempo que tendrán las mujeres para estar con su recién nacido, también hay preocupación por una posible discriminación laboral, pues las empresas podrían preferir la contratación de hombres para evitar la ausencia prolongada de una de sus trabajadoras por embarazo.

Según el presidente de la Federación Colombiana de Comerciantes (Fenalco), Guillermo Botero, va a existir una marcada preferencia de contratar hombres y no mujeres por las consecuencias que trae el incremento de las licencias de maternidad; además, indicó que puede ser posible que cuando la persona quiera volver de su licencia ya no tenga las protecciones del Código Laboral y sea despedida.

“Cuando una empresa contrata a una mujer en estado de fertilidad y cuando queda en embarazo se debe prescindir de ella por 18 semanas; además de la restricción horaria para el tiempo adicional de lactancia, se convierte en un inconveniente”, indicó Botero.

En ese sentido, el presidente de la Asociación Colombiana de Empresas de Medicina Integral (Acemi), Jaime Arias, señaló que el costo de la licencia de maternidad podría afectar las finanzas de las EPS, pues dice que ese beneficio el año pasado, sumó 400 mil millones de pesos.

Además, precisó que con la ampliación de 14 a 18 semanas este año se necesitarán otros 100 mil millones, es decir se sumaría unos 500 mil millones al gasto de un sector que financieramente está en crisis.

Aunque la norma es contundente al señalar que “ninguna trabajadora podrá ser despedida por motivo de embarazo o lactancia, sin la autorización previa del Ministerio de Trabajo que avale una justa causa”, la preocupación es latente.

Entre tanto, el Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario considera que las alertas relativas al aumento de costos laborales formuladas por algunos sectores carecen de fundamento, ya que el costo de la licencia es asumido por el Sistema de Seguridad Social en Salud.

Para el Observatorio, con la iniciativa se disminuiría la demanda de atención en salud derivada de algunas patologías de los menores por la falta de cuidado de la madre en los períodos de lactancia en que actualmente debe regresar al trabajo.

Por su parte, el investigador de la Universidad del Rosario Iván Daniel Jaramillo consideró que los efectos en materia de discriminación por género deben ser analizados bajo los parámetros de los costos que derivan del disfrute de la licencia de la trabajadora y el consecuente reemplazo temporal, que está previsto pueda ser cubierto a través de una Empresa de Servicios Temporales.

“El aumento de cuatro semanas más de licencia de maternidad debe ir de la mano con una regulación propia del tiempo de cotización que debe tener la madre al momento del parto; es decir que deberá aumentar el requisito de cotización al momento del parto en una proporción igual al aumento de semanas de licencia”, explicó Jaramillo.

Entre tanto, Diana María Gómez, docente de Derecho Laboral en la Universidad de la Sabana, dijo que espera que por la ampliación de la licencia no se presenten consecuencias negativas, empezando por el hecho de que los empresarios no asumirían el gasto del periodo en el que no se trabaja, sino que sea el sistema de seguridad social.

“Otro aspecto que resalto es que lo común ante una licencia de maternidad no es que las empresas contraten a alguien para suplir a la madre, sino que, por el contrario, se reparten trabajos y eso puede generar mayor organización en una empresa”, sostuvo la docente.

Gómez agregó que en la ley se estipula que las empresas únicamente podrán despedir a una mujer en estado de embarazo con expresa autorización del Ministerio del Trabajo.

Mujeres en desventajas en el ámbito laboral

Más estudidas pero peor pagas

La ampliación de la licencia de maternidad y las eventuales consecuencias en el trabajo que podría generar no son las únicas desventajas a que se enfrentan las mujeres en su vida laboral.Al hablar de igualdad entre hombres y mujeres, se mira desde la perspectiva de igual salario por igual trabajo, posibilidades de ascenso laboral equitativas, el equilibrio entre la vida laboral y personal, y la representación paritaria de cargos ejecutivos.

El primer aspecto de desigualdad identificado por diversos estudios es que aunque las mujeres estén más educadas, ganan entre 18% y 23% menos que los hombres, de acuerdo con el más reciente estudio sobre mercado laboral del Centro de Investigación Económica y Social (Fedesarrollo).

Además de menores salarios, Fedesarrollo advierte que la tasa de participación en el mercado laboral, también es menor en las mujeres; la informalidad es más alta en el género femenino y están más desempleadas.Este problema se evidencia a pesar de la Ley de igualdad salarial o la ley 1257 de 2008 sobre No Violencia contra la Mujer, en la que se contempla la ilegalidad de ejercer violencia económica, esto es, cualquier tipo de coerción económica contra ellas.

Finalmente, según el informe ‘Corporate Women Directors International 2015’, el 13,4% de los cargos directivos directivos de las principales compañías colombianas pertenece a mujeres, una cifra desigual pero comparada con el promedio general de América Latina, donde es de 6,4%, no es tan bajo.

La brecha se ha disminuido

Mientras, un estudio de 2015 de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) reveló que se ha presentado una disminución de 12,1 puntos porcentuales de la brecha entre los salarios de mujeres y hombres entre 1990 y 2014, significa un avance hacia la igualdad salarial entre ambos sexos en América Latina.Sin embargo, aún el salario de las mujeres es solo el 84% por ciento de lo que ganan los hombres. Esta situación deriva en diferencias dependiendo del nivel educacional de las personas empleadas.La disminución más alta de la brecha (19,7 puntos porcentuales) fue observada en el grupo de mujeres con menor nivel educativo, es decir aquellas con cero a cinco años de instrucción.

¿Cuál es el paso por seguir?

De acuerdo con Fedesarrollo, para mejorar las condiciones laborales de las mujeres en el país se requiere de un ajuste significativo a la legislación laboral, que debe tener un nivel de flexibilidad que compagine el trabajo con los compromisos familiares de las mujeres.

“En la medida en que el marco jurídico para el sector formal de la economía le permita ofrecer un menú más amplio y flexible en las modalidades de contratación, mayor tenderá a ser la vinculación de las mujeres a puestos de trabajo formales, donde no se suelen presentar brechas salariales en su contra”, indica el estudio de Fedesarrollo.

Finalmente, Gómez explicó que para evitar futuras complicaciones en cuanto a discriminación a alguna mujer en el trabajo por su periodo de gestación, es necesario aclarar el periodo después al nacimiento del bebé en el que el empleador no podría despedir a la madre.

“Actualmente por motivos de lactancia las empresas no pueden despedir a una madre tres meses después de su parto, sin embargo este periodo de tiempo es el mismo que cuando la licencia era incluso de 11 meses, además la lactancia recomiendan dure hasta seis meses, entonces hay un vacío en la ley en el que tres meses que las madres aún lactan, podrían ser despedidas”, sentenció la docente de la Universidad de la Sabana.

Hay más desempleadas y duran más sin trabajo

El informe de 2016 del Servicio Público de Empleo reveló que la tasa de desempleo de las mujeres (11,8%) es casi el doble que la de los hombres (6,7%). En particular las mujeres jóvenes presentan la mayor vulnerabilidad y alcanzan una tasa del 20,5%.

Bucaramanga es la ciudad con menor desempleo femenino del país y la única por debajo de los dos dígitos (9,2%). En cambio, las mujeres en Quibdó (19,9%), Armenia (18,2%) y Cúcuta (17%) se ven más afectadas por esta problemática.

Adicional a este panorama, las mujeres tardan más tiempo buscando un empleo que los hombres; en general, las mujeres tardan cinco meses en obtener un empleo (un mes más que los hombres).

Al examinar por nivel educativo encontramos que las mujeres requieren de más tiempo para encontrar un empleo, exceptuando las mujeres con formación universitaria y posgrado, que requieren de 2,4 semanas menos frente a los hombres con el mismo nivel de educación.

Credito
BOGOTÁ (COLPRENSA)

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