Las mujeres de las Farc, con la mirada en la paz

SUMINISTRADA - EL NUEVO DÍA
Yorly es una de las mujeres que están embarazadas, es fotógrafa de las Farc, y afirma que ellos tuvieron la oportunidad de escoger a qué zona irse. En su caso, escogió la de Icononzo, para ver a su familia. A su papá no lo veía hace 20 años y a su mamá hace 13. Ella cuenta con 26 años de edad.

Al lado de Yorli está Patricia con Carlos Andrés, su bebé de seis meses; nació en plena Conferencia Guerrillera en la que se declaró que abandonarían las armas. Los ojos de Carlos Andrés son rasgados y sonríe ocasionalmente.

Yorly y Carlos Andrés requieren de atención médica, y en este aspecto afirman que así como se hace visible que ellos están construyendo todo y que los materiales son suyos, el tema de la salud está retrasado.

“Estamos en nada, porque llegó una brigada de salud, pero no dijeron ni de dónde, ni cómo, ni cuándo, no sabemos ni siquiera si es la EPS que nos va a atender, ni nada de eso. Estamos esperando que nos digan cuál es la EPS para dar solución a los casos que hay”, dice Yudy Ruiz, madre Maicol, de 13 meses.

Lo que necesitan es que los niños reciban la vacuna que se debe poner al cumplir el año, y que Yorly pueda tener una ecografía para saber las condiciones en que está su hijo, cuestiones que antes de estar en las zonas veredales de concentración las solucionaban trasladándose a los puestos de salud más cercanos.

“Hay personal que requiere de atención médica por secuelas de heridas de guerra. Hay muchachas embarazadas que necesitan las ecografías, control materno para ver los bebés, y pues también, los niños.

Pero también considera que se necesita saber qué EPS tienen para ver los métodos de planificación, puesto que por esta época se están dando muchos embarazos en las filas.

Hasta que llegaron a la zona, el tema de planificación estaba en manos del enfermero general que se encargaba de impartir los medicamentos, es lo que dicen las guerrilleras ubicadas ahora en las zonas veredales y agregan que en algunas ocasiones sí se practicaban abortos, aunque aclaran que esto se daba por problemas de salud, aunque la orden era clara: “No podíamos estar embarazadas”.

“Nos lo advertían antes de que quedáramos en embarazo. La orden acá era que ninguna podía estar en embarazo, pues estamos dentro de una guerra. Entonces uno ya hace la conciencia y pues uno tiene que tener su responsabilidad”, dice Yudy. Ella llegó a los 15 años de edad a las Farc siguiendo a su hermana -que está en la misma zona-, y hoy tiene 31 años.

Las declaraciones no coinciden

“Es diferente escuchar lo que dice el Gobierno y lo que dice las Farc a través de sus declaraciones, a venir al territorio y constatar lo que está ocurriendo”, dice el representante Alirio Uribe.

El congresista, quien llegó de visita a la zona con el senador Iván Cepeda resalta el compromiso de las Farc, pues ellos ya se encuentran en el lugar pese a que no se ha cumplido con las construcciones pactadas; de hecho, las carpas que fueron instaladas no deberían ser los alojamientos, pues esos irían en la parte más alta de la montaña.

Y de manera negativa señala el incumplimiento del Estado, resaltando que de hecho si hubiera ganado el plebiscito, desde el 3 de octubre se tendrían que haber movilizado a las zonas y ya han pasado varios meses sin tener mayores resultados.

“Lo que uno ve es que acá, de lo que se pactó y se había prometido pues no se ha cumplido con un 5%, es decir, no vemos las baterías de baño, no vemos las zonas divididas donde deberían estar los combatientes que tienen la función civil, no vemos el contenedor para la ubicación de las armas. Entonces el llamado al Gobierno es que hay que acelerar los mecanismos de cumplimiento, para que estas zonas tengan lo que está pactado”, dice.

Para el senador Iván Cepeda lo que queda claro es que la visita a las zonas hasta ahora empieza: “No creemos que desde las oficinas en Bogotá simplemente se va a lograr la paz estable y duradera, y nuestra presencia aquí con organizaciones sociales obedece precisamente a esta convicción. No es la primera, ni la última de las zonas que vamos a visitar, vamos a hacer la vuelta a Colombia en las zonas veredales. Vamos a visitar el mayor número de zonas, vamos a acompañar a las comunidades campesinas y lo vamos a hacer a partir de nuestra corriente, vamos por los derechos en el trabajo y acompañamiento a la zona de Caño Indio”.

Por lo pronto, hay 287 hombres y mujeres, al menos en la zona ‘Antonio Nariño’, que esperan que todo salga bien.

“Las Farc es una escuela”

La hermana de Yudy no es muy dada a hablar, solo dice cuando se le pregunta por lo que quiere hacer después de la dejación de las armas: “Las aspiraciones son muchas, mami”. Y así mismo responde ‘Alfonso Mahecha’.

“El camarada Carlos Antonio en las charlas nos dice que cada uno tiene que pensar bien qué queremos, qué vamos a desempeñar cada uno, pero entonces por ejemplo yo, teniendo 43 años de edad, aspiro a muchas cosas, porque además este trabajo de hablar con la población siempre me ha gustado, y tuve la oportunidad, siendo guerrillero con mi armamento y bien uniformado, de mantener hablando con la población unos siete años”, dice.

Él hace parte de la ‘Organización’, que se encarga de hacer todas las labores para comunicarse con la comunidad y, por supuesto, para recibir a todo aquel que llega a la zona. “Aquí viene el que quiera venir”, remata ‘Mahecha’.

“Somos 30 en cabeza de dos compañeras y otro camarada, que son los que verdaderamente tienen más estudio, porque la mayoría de nosotros no lo tiene: lo que hemos aprendido prácticamente ha sido acá. Por ejemplo, en mi caso, yo estudié hasta Tercero de primaria porque mis papás no tenían la forma de darme estudio. Pero entonces aquí uno aprende, aquí uno diariamente aprende, porque, por ejemplo, ustedes le preguntan a uno y nosotros podemos darle una respuesta”, dice. 

Marisol, de 27 años, también habla de estudiar, pues dice que es lo fundamental, en especial por lo que va a ser el partido de las Farc. Ella es una mujer de estatura pequeña y ojos grandes, que habla muy rápido.

“Primero terminar bachillerato, hice hasta sexto y luego ir a la Universidad. (…) Hay tantos proyectos, pero en sí, Ingeniería Minera, me gusta; también está Mecánica Electrónica, muy bueno también, da opciones. Es que hay muchas. Ahorita hay que aprovechar este espacio para uno prepararse, aparte del estudio, en lo político, porque eso es lo fundamental”, dice.

Marisol ingresó a las filas de las Farc a los 13 años de edad, y dice que poco a poco fue aferrándose más a las luchas del “movimiento”, pues para ella, esto es una escuela.

“De pronto uno no ingresa clara, mami, pero igual uno al compartir con ellos, cuando empiezan a especificarle a uno cuál es el motivo de la lucha, pues entonces uno se va aferrando cada día más. Me ha parecido muy bueno, a pesar de las dificultades de la guerra. Es muy bueno porque en sí, las Farc es una escuela. Aquí, el que es analfabeto pues tiene sus estudios, hay personas capacitadas para enseñar a aquellos combatientes que no tuvieron su oportunidad de estudiar, entonces acá le enseñan.

“Hay cursos, especialidades como en radio, odontología y enfermería, entonces así mismo se abre la capacidad de conocimientos y al mismo tiempo para aportarle al colectivo, porque aquí se trabaja por un colectivo”, dice.

Credito
COLPRENSA

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