Polémica por conflicto entre gerente del hospital de Rioblanco y médico particular

Tomada de Internet - El Nuevo Día
Desde hace nueve meses se instauró una serie de denuncias contra el hospital María Inmaculada ante los diferentes organismos de control, sin embargo, a pesar de las constantes reiteraciones y quejas interpuestas por el demandante, aún sigue sin definirse oficialmente si son o no verdaderas.

Un conflicto entre la gerente del hospital María Inmaculada de Rioblanco, Sara Campos Angarita y el médico Carlos Enrique Mendivil, generó que se cuestionara el funcionamiento y administración de la entidad.

Tanto así que la Superintendencia Nacional de Salud por petición de la Defensoría del Pueblo, le solicitó a la Secretaría de Salud del Departamento adelantar una inspección para establecer la veracidad de las denuncias y, de ser necesario, aplicar las acciones de control correspondientes.

Esta historia comenzó en mayo de 2016, cuando Carlos Enrique Mendivil, un médico cirujano, se vinculó a la entidad. Allí solo laboró por 15 días, debido a que según él, la gerente estaba “molesta” por los reiterados comentarios que él hacía acerca de las múltiples falencias de la entidad.

Después, en junio, Mendivil denunció una serie de presuntas irregularidades que se estarían presentando al interior del María Inmaculada, entre ellas, deficiencia del servicio, falta de herramientas como la de rayos X y de reserva de sangre o por lo menos de una unidad de transfusión.

Asimismo, indicó que la sala de urgencias estaba sin “un ventilador mecánico (tanto en el hospital de Rioblanco como el del corregimiento de Herrera) tampoco había medicamentos para atender positivamente casos de emergencias como hipertensivas, infartos, trombosis, (entre otras)”, se describe en el oficio.

El médico además cuestionó la capacidad del Jefe y el abogado de la Oficina de Control de Calidad y la de la abogada jurídica.

También, el trabajo de la gerente Campos Angarita sobre las contrataciones y el de la oficina de Control Interno.

A lo que sumó una fuerte crítica por la compra que efectuó el hospital de una camioneta último modelo, adquisición que tuvo un costo superior a los $100 millones y que estaría siendo utilizada para los asuntos personales de la gerente.

Caso expuesto ante las ‘ías’

Pero las denuncias además de ser radicadas ante la Alcaldía, Concejo municipal y Juntas de Acción de Rioblanco, también llegaron a la Secretaría de Salud del Departamento, la Asamblea, el Ministerio de Salud, la Supersalud, las Contralorías regional y nacional, al igual que las Procuradurías y hasta el Ministerio de Trabajo.

La Procuraduría Provincial de Chaparral se pronunció en agosto, teniendo en cuenta que allí fueron remitidas las quejas por su similar Departamental. La oficina provincial, informó que los documentos fueron enviados a la Personería municipal de Rioblanco.

Y a pesar de que el quejoso argumentó que esta oficina no era la indicada para llevar el caso, porque el Personero sería del resorte político de la alcaldesa Delcy Esperanza Isaza, quien a su vez, supuestamente apoya a la Gerente, las denuncias fueron remitidas a esa instancia en tres oportunidades más.

Luego en octubre, la Contraloría Departamental respondió que tras la reiteración de las denuncias, “sobre graves irregularidades en el manejo del gasto y contrataciones en el hospital local de Rioblanco (…)”, se procedió a solicitar la información a la entidad.

Finalmente, el 29 de diciembre de 2016, la Superintendencia emitió un oficio a la Secretaría de Salud del Tolima, en el que indicaba que por competencia debía inspeccionar el hospital María Inmaculada y revisar su funcionamiento y prestación de servicios, asimismo, precisó que de ser necesario aplicaría las acciones de control correspondientes.

Se conoció que finalmente la visita se llevó a cabo hace dos semanas y que el informe de resultados se conocería en los próximos días.

‘Rifirrafe’ entre Municipio y médico

A finales de febrero la Secretaría de Desarrollo Social, que estaría encargada del sector salud, emitió una alerta sobre la presunta práctica de procedimientos no permitidos en un consultorio particular, y aunque esa cartera indicó que iba a poner el caso en conocimiento de la Secretaría de Salud y no dijo de quién se trataba, el médico Carlos Mendivil le salió al paso a la Administración municipal, pues sería él quién tiene inscrito el único consultorio particular en Rioblanco, el cual instaló después de su desvinculación del María Inmaculada.

“Lo que pretenden es dejar desconfianza y creyendo que dejando la duda no están incursos en un delito, aquí (Rioblanco) solo hay un consultorio y (en el) estoy yo.

“Ni he operado a nadie aquí, ni tendría cómo operarlo, ni existe el paciente, ni existe el video porque sería absurdo, ni hay una hoja de historia clínica, ni mucho menos hay una fórmula.

“Ni podría hacerse porque ni tengo la infraestructura, ni hay anestesiólogo y quién se va a dejar que le rajen un brazo, el paciente (terminaría) demandándolo a uno penal, civil administrativa y éticamente”, argumentó.

Y fue tras la denuncia interpuesta por la Secretaría de Desarrollo Social ante la Secretaría de Salud Departamental, que se adelantó una inspección al consultorio, lo que generó el sellamiento del lugar por la falta de algunos elementos de atención que, según el médico, son menesteres más administrativos que de servicio. Añadió que la situación solo pretende “buscarle el quiebre”.

Por su parte, Jennifer Viviana Pérez, secretaria de Desarrollo Social de Rioblanco, funcionaria que también está demandada, manifestó que las acusaciones surgieron “de los problemas personales que tiene (Mendivil) con la gerente del hospital y ha buscado desde diferentes ángulos incomodar y poner denuncias que a la larga se quedan sin fundamento”, dijo Pérez.

Aclaró que por ser un hospital de complejidad de primer nivel solo pueden prestar servicios relacionados con promoción y prevención, consulta externa, medicina general, odontología general y urgencias prioritarias, lo demás se remite a la red hospitalaria del Tolima.

Cabildo citó a Gerente

La gerente Sara Campos Angarita, debió de defender su gestión ante el Concejo municipal. El actual presidente de la Mesa Directiva, Dumar Montilla, indicó que citaron a la administrativa, “la gerencia asistió y los concejales le hicimos diferentes solicitudes y le transmitimos las inquietudes que tenía el pueblo en contra del hospital y la gerente hizo una aclaración”.

Ángel Suárez, otro de los concejales consultados, dijo que a raíz de las denuncias, el cabildo hizo las indagaciones respectivas, “el hospital no anda en esas condiciones, como el señor lo dice, pero nosotros consideramos que eso tienen que decirlo los entes de control, ya que él notificó a todas las entidades”.

Denuncia no tendría fundamentos

La Personería municipal, emitió un auto inhibitorio a comienzos de febrero e indicó que “en los diferentes hechos mencionados en el escrito de la queja no pueden tipificar conducta disciplinable alguna, ya que no reúne los requisitos mínimos para ello (…)”.

Y recordó al denunciante que no aportó algún tipo de prueba que permitiera comenzar una investigación disciplinaria y sustenta que “cuando la información o queja se manifiesta temeraria o se refiera a hechos disciplinariamente irrelevantes o de imposible (…) el funcionario de plano se inhibirá de iniciar acción alguna”.

Bajo esta premisa, el representante del Ministerio Público, resolvió “inhibirse de conocer la queja remitida y presentada por Carlos Enrique Mendivil en contra de Sara Maritza Campos y algunos funcionarios del Hospital María Inmaculada”.

Mendivil llama la atención sobre el hecho de que al parecer, la Personería no inspeccionó la entidad cuestionada.

Un conflicto que se salió de la ‘manos’

La gerente Sara Campos Angarita lleva cinco años como gerente del hospital María Inmaculada, tiempo en el que según ella, logró sacar a la entidad del nivel de alto riesgo.

Su versión, describe que el médico trabajó 15 días del periodo de prueba, porque “estaba haciendo una serie de procedimientos que no corresponden a la baja complejidad y que representan un riesgo en la salud de los rioblancunos”.

Entre las presuntas fallas, estuvieron demoras en la atención de los pacientes, desconocimiento en el manejo de las historias clínicas, la generación de fórmulas sin subirlas al sistema del hospital y el ofrecimiento de la realización de cirugías, atención que no está permitida llevar a cabo debido a que es un hospital de primer nivel.

Ante estas posibles inconsistencias, “nosotros decidimos darle terminación a ese contrato, por esas irregularidades que se estaban presentando”, sostuvo Campos Angarita.

Después de ello, llegaron las quejas que según la gerente, no corresponde con la realidad, “algunas son que yo recibí $4 mil millones para la construcción del hospital, cosa que es totalmente falsa, que no contábamos con una unidad de transfusión en el hospital, cuando eso no corresponde a la baja complejidad”, precisó.

Ante las reiteradas acusaciones, Campos instauró una denuncia en la Fiscalía contra el médico Mendivil por injuria y calumnia, argumentado que las críticas no eran solo hacia ella, sino también contra los funcionarios de la entidad y que la situación pasó del campo laboral al personal.

Y a la pregunta si ya se iniciaron investigaciones a raíz de las quejas, la funcionaria contó que dio respuesta a los oficios que llegaron de la Supersalud, la Contraloría Departamental y de la Secretaría de Salud, sin embargo, hasta el momento no tienen conocimiento de que se haya iniciado un proceso indagatorio.

Sobre la compra de la camioneta 4 x 4 modelo 2017 para el hospital María Inmaculada de Rioblanco, por un valor de $147 millones con recursos propios, Campos argumentó que el vehículo anterior estaba deteriorado y que el mantenimiento era elevado.

Agregó que se buscó este tipo de vehículo para que soportara el ritmo de trabajo que hace la entidad como el desplazamiento a la zona rural para las brigadas de salud, transporte de biológicos y del personal administrativo cuando se necesita y negó utilizar el vehículo para atender asuntos personales.

¿Qué necesidades tiene el hospital María Inmaculada?

A la falta de una reporte de inspección de las autoridades que fueron notificadas de las presuntas irregularidades, queda la duda de las falencias que tendría la entidad.

Sin embargo, dejando a un lado las críticas de Mendivil, se encuentran otras circunstancias, como la preocupación de los habitantes por la enfermedad de la leishmaniasis.

El concejal Montilla expresó que el brote se mantiene y que parte de la atención se basó solo en la entrega de toldillos. Contó que la vereda La Unión es una de las zonas más afectadas, allí se conocieron casos de adultos y niños a los que les fue aplicado el tratamiento completo en dos ocasiones, sin embargo, la enfermedad se mantuvo.

Otra de las dificultades se relaciona con la entrega de citas, pues al parecer, el hospital se quedó pequeño para la atención rioblancuna, a lo que se le suma una infraestructura antigua que necesita ser intervenida.

Y en lo que corresponde al centro médico de Herrera, “la inquietud que nosotros tenemos es la falta de médicos, ya que solo permanece uno por turno, situación que genera intranquilidad en la población”, contó Ángel Suárez.

Es de recordar, que en este corregimiento ubicado a dos horas del casco urbano también se atiende a los habitantes de 16 veredas cercanas.

Sobre el punto de inversión, tanto la Secretaría de Desarrollo como la gerencia del hospital, explicaron que actualmente se está tramitando un proyecto ante el Departamento y que las mejoras se efectuaría por etapas. Para la primera se necesitarían mil 800 millones.

El proyecto abarca también a los nueve centros de salud del municipio y se espera que en las próximas semanas se apruebe la intervención en Herrera. En cuanto a recursos, “hay $280 millones para los puestos de salud, de los cuales $140 millones son para el puesto de salud de Herrera que requiere más adecuaciones y es donde prestamos igual urgencias, enfermería, odontología, entre otros”, explicó la gerente.

Credito
EL NUEVO DÍA

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