Con la firma de Bertulio, comenzó tercera fase de dejación de armas

COLPRENSA - EL NUEVO DÍA
Esta semana se dejará el 40% de las armas por parte de las Farc, lo que se considera la parte final del proceso, aunque quedarán algunas en el campamento. Lo cierto es que hoy dejó su arma el guerrillero más antiguo de las Farc.

“Acá se está entregando todo el armamento, excepto el armamento con el que queda las Farc para cuidar su propio campamento”, así lo afirma el general Javier Pérez Aquino, jefe de los observadores de la Misión de las Naciones Unidas y a quien el calor lo mantiene sonrojado y con gotas de sudor rodeando su rostro.

Está en la zona veredal de Pondores, ubicada en el municipio de Fonseca, departamento de La Guajira, en donde ellos han decidido mostrar cómo inicia la dejación del 40% de las armas que queda en poder del grupo tras haber completado la dejación del 60%. Eso sí, sin mostrar armas.

La afirmación de Aquino, que se da en medio del sonido que producen los guerrilleros que murmuran, hablan y observan al Alto Comisionado de Paz, Sergio Jaramillo, al secretario general adjunto de asuntos políticos de la ONU, Jeffrey Feltman, y a su líderes Pastor Alape, Joaquín Gómez y Ricardo Téllez, se da a raíz de lo acordado el pasado 29 de mayo, cuando las partes definieron unas nuevas reglas para culminar el proceso.

El número de armas que quedarán para esa protección, explica Pérez Aquino, no se tiene por el momento, de hecho asegura que por razones de seguridad es mejor que no se sepa, pero sí informa que no será la misma cantidad por zona, dado a que dependerá del número de guerrilleros y el nivel de riesgo en el que cada una pueda estar.

“Es un mínimo”, afirma Pérez, y hasta ahí no hay cifras. Solo las que mencionó el comisionado de camino al campamento de Pondores, que hoy es totalmente diferente al que vieron los guerrilleros cuando llegaron el pasado mes de febrero.

En la zona hay 232 hombres y mujeres que en su mayoría pertenecían al bloque Caribe de las Farc, según Jaramillo, y allí solo faltaban por iniciar su proceso de acreditación 98 personas, pero ayer, 20 de junio, lo realizaron.

En el campamento que era una tierra plana de color naranja, se ven ya casas prefabricadas organizadas en líneas y un lugar de encuentro que tiene bombas en el techo y está adornada con carteles de celebración del día del padre.

Allí hay dos mesas en el centro: una en donde está la Misión entregando los certificados de la dejación y otra en donde están los funcionarios de las Oficina del Alto Comisionado para la Paz, en donde firman su compromiso para poder iniciar todo el proceso de reincorporación a la vida civil.

“Nosotros estamos cumpliendo con esto”, dice José Nelson, quien lleva 16 años en las Farc, mientras ve una fila de guerrilleros sentados que van a recibir los certificados de la dejación de armas.

Y el mensaje lo repite el anfitrión de la zona Joaquín Gómez: “Una vez más estamos mostrándole al mundo que nuestra vocación de paz es sincera. Nuestro mayor anhelo es que la familia colombiana se reconcilie, porque es lógico que después de muchos años haya muchas heridas. Lo que pedimos es la capacidad de perdonar para poder convivir”.

Y así, nuevamente sin foto, inició esta fase de dejación, sobre lo cual todavía hay críticas.

“Aquí sobre todo tenemos un garante y un testigo que tiene reconocimiento internacional y si con esa pregunta -la de la foto- lo que se trata es de poner en duda la observación de Naciones Unidas, entonces como dijo mi mamá, ‘apaga y vámonos,“, dice Pastor Alape.

Así, inició la tercera fase de la dejación de armas de las Farc que concluirá el próximo martes 27 de junio con un acto simbólico, según Alape, en Mesetas.

Eso sí, entres quienes se vio firmar aquel acuerdo de no volver a empuñar un arma fue a Bertulio, el guerrillero más viejo de las Farc, con 46 años en la milicia, y quien frunció el ceño para que no le tomaran fotos.

Con su firma y compromiso inició la última etapa de la dejación de armas de las Farc.

Credito
COLPRENSA

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