Mocoa: Una avalancha de promesas incumplidas tras dos años de la tragedia

COLPRENSA - EL NUEVO DÍA
La obras prometidas todavía no se hacen realidad, mientras la población de Mocoa sigue con miedo y zozobra cada vez que arremete la lluvia.

La vida en la capital de Putumayo no ha sido la misma después de aquella noche del 31 de marzo de 2017, cuando sus habitantes fueron sorprendidos por una avalancha a causa del desbordamiento de los ríos Mocoa, Mulato y Sancoyaco, que dejó cerca de 350 muertos, más de 400 heridos y una cifra superior a los 10.000 damnificados.

Ese viernes en la noche y la madrugada del sábado quedó en la retina de la población, aquella que hoy, dos años después, todavía clama por la ayuda que en su momento prometió el Gobierno Nacional y que hasta ahora no evidencia un avance significativo que les devuelva la tranquilidad a los miles de habitantes de la región, quienes sienten temor cuando la temporada de invierno se aproxima.

En ese momento el Gobierno Nacional, en cabeza del presidente Juan Manuel Santos, se comprometió con una serie de obras que estaban calculadas en cerca de 1,8 billones de pesos, para la reconstrucción de una ciudad que se vio afectada en un 40 %, cuando las fuerzas de las aguas, el lodo y las piedras afectaron 17 barrios, de los cuales cinco quedaron totalmente destruidos.

Hoy la mirada perdida en el horizonte de los afectados de esa tragedia quiere buscar un punto referente de esperanza que les diga que esta es la nueva Mocoa, algo que por ahora no será posible, ya que las promesas avanzan a paso lento y apenas se registra cerca de un 40 % de avance en las obras prometidas

El representante a la Cámara por el Putumayo, Carlos Ardila, manifestó que el proceso ha avanzado estos dos años con muchas dificultades, “quisiéramos que fuera más rápido, que las obras estuvieran ya en funcionamiento y en servicio de la comunidad, pero desafortunadamente no se ha logrado”.

Para empezar con las obras, el 31 de octubre de 2017 el Gobierno Nacional aprobó el documento Conpes 3904, con el cual se destinaban los 1,8 billones de pesos, que a la postre abría la esperanza a la población de esta zona del país para que la promesa del entonces mandatario colombiano, de que Mocoa quedaría mejor que antes de aquella noche del 31 de marzo, se convirtiera en realidad.

Pero el documento de 89 páginas parece un compendio de buenas intenciones, con obras que benefician a otras regiones, entidades y ministerios a los que asignaron labores, pero no recursos.

El alcalde de Mocoa, José Castro Meléndez, manifestó con desazón que el Conpes no corresponde a las necesidades de la ciudad. “Nos metieron un gol de la vía 4G, que vale casi la mitad del Conpes y que no impacta directamente al municipio”, dijo, al tiempo que resaltó que “son menos de 500.000 millones de inversión real y debieron destinarse unos 3 billones, porque se habla de reubicar el Sena, la terminal de transporte, la cárcel, la plaza de mercado y algunos barrios en zona de riesgo”.

Esa vía 4G de la que habla el alcalde se encuentra en la página 56 del documento, en el capítulo de la Conectividad e Integración Regional, donde incluyeron el “mantenimiento y operación del corredor vial Santana-Mocoa-Neiva”, la cual fue entregada en el año 2015 a la firma CASS Constructora SAS, Carlos Alberto Solarte, que estaba desfinanciada, hoy liquidada y ahora abandonada. El valor del contrato era por 577.447 millones de pesos, la mitad del dinero del Conpes para reconstruir Mocoa.

Frente a esto, el representante Ardila coincidió que el Conpes tiene una cantidad de obras que no son propias de la reconstrucción. “Es una vía que venía antes de la tragedia y se incluyó en el documento, eso no viene al caso, igual ocurre con la construcción del hospital de Mocoa, que también venía anterior a la tragedia y es fruto de un proceso que realizó en su momento ‘Dignidad por Mocoa’”, dijo.

El congresista del partido Liberal aseguró que ese Conpes “si tiene una serie de obras que valdría la pena evaluar, para saber qué es lo que se entiende por reconstruir a Mocoa”. Ardila también señaló que las dificultades que se han presentado son de tipo social y técnico, más que de presupuesto, razón por las que hoy todavía “no contamos con muchas de las obras”.

“Por solo poner un ejemplo, el acueducto, que fue una obra que se contrató días después de la tragedia y cumplimos dos años y aún no está en funcionamiento, ha enfrentado dificultades de índole social, técnico, una consulta previa que tuvo que surtirse y ese tiempo no estaba calculado”, dijo Ardila.

El representante también aseguró que había obras que estaban presupuestadas a seis meses y a doce meses, por lo que la mayoría ya deberían estar funcionando. “El mismo año de la tragedia se contrató el grueso de las obras y esas no superaban los doce meses de construcción y ya ajustamos mucho más que ese plazo”, indicó.

En Mocoa todavía hay un tema que no se ha logrado solucionar y es la generación de empleo, que pasa por la reactivación económica, según explicó el congresista del Putumayo. “Aún no se logra, como hubiéramos querido, que las obras que se han contratado fueran suficientes para generar una dinámica económica en favor de la reactivación, pero no se ha logrado, las obras no han sido suficientes”, dijo.

La principal preocupación de la población es que “Mocoa no está tranquila, sigue con miedo, sigue en zozobra, las obras de mitigación no se han realizado y cada vez que llueve pues cuenda el miedo en la ciudad”, señaló Ardila, quien recordó que después de la tragedia se presentó otro evento, el 31 de octubre de 2017, que por suerte no cobró vidas, pero sí generó pérdidas económicas.

 

La realidad

Lo que se puede palpar en Mocoa son algunas obras como el puente vehicular sobre aguas del río Mulato, en el sector de la avenida 17 de Julio; las 300 primeras casas en Villa Aurora, de 1.209 viviendas que registran serios problemas de construcción y falta de un alcantarillado planificado.

Se avanza en la construcción del hospital de tercer nivel, con recursos complementarios en 28.326 millones de pesos, ya que esta obra inició en 2015 y en 2018 el Gobierno Nacional anunció unos recursos adicionales dentro del contexto reconstrucción.

Igualmente se inauguró en el mes de febrero de este año un puente vehicular sobre el río Sangoyaco, en la Avenida Colombia, con recursos de Invías, que inicialmente estaban contemplados para el puente del barrio La Independencia de la obra Perimetral.

También se han pavimentado 2,5 kilómetros de calles de 5 kilómetros programados, con un costo de 600 millones de pesos.

Por su parte, Corpoamazonia entregó estudios y diseños de obras de mitigación para Mocoa, que sirvan para la construcción de los ejes ambientales como propuesta integral de planificación, gestión ambiental y reducción del riesgo de desastres, sobre los ríos Mulato, Sangoyaco, y la quebrada Turaca.

Los diseños entregados para los ejes ambientales y obras complementarias para la reducción del riesgo fueron financiados por Ocad de Corpoamazonia, con un costo superior a los 1460 millones de pesos.

Estos ejes ambientales aportarían con la restauración de 163 hectáreas de Faja Protección Hídrica, de las cuales el 60 % es del sector urbano y el 40 % del sector rural, es decir el 70,7 % de la zona más afectada por la avalancha; aumentaría el espacio público en 40 metros cuadrados por persona y 1253 construcciones serían reasentadas. El costo total de la construcción de ejes ambientales se estima en 6290 millones de pesos.

En el tema de comercio ya se viene adelantando un trabajo articulado entre el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, con la Cámara de Comercio del Putumayo, y que según un censo 354 comerciantes resultaron afectados por la avalancha, de esos 164 perdieron totalmente sus negocios.

Para destrabar el bloqueo económico, la cartera nacional dispuso, entre otras medidas, una línea de crédito de 20.000 millones de pesos a través de Bancoldex. Además, se destinaron 3000 millones para subsidiar a 120 comerciantes que perdieron todo, y se decretaron algunas exoneraciones de impuestos como el IVA.

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