El paro nacional fue una fiesta en Ibagué

HÉLMER PARRA - EL NUEVO DÍA
En completa calma, miles de ciudadanos se tomaron la calle 37, para enviar un contundente mensaje al Gobierno nacional en rechazo a posibles medidas económicas y financieras. Fue un estallido de bailes, cantos y arengas.

Para muchos resultaba exagerado decir que la jornada de protesta convocada para este 21 de noviembre pudiera llegar a marcar un hito, como lo anticipaban sus organizadores. Se equivocaron. Por lo menos, en Ibagué, el paro nacional desbordó todas las expectativas y se convirtió en una verdadera demostración de cohesión social, en la que diferentes sectores ciudadanos se volcaron a las calles en multitudes, para enviar un mensaje categórico al gobierno del presidente Iván Duque.

La jornada arrancó temprano. A las 7 de la mañana algunos manifestantes empezaron a taponar la calle 37, una transversal estratégica que más tarde, desde la carrera Cuarta Estadio hasta la avenida Ambalá, se convertiría en un escenario público de expresiones artísticas, puestas en escena, cánticos, bailes, aplausos, pequeñas movilizaciones, tribuna de discursos y, en general, un espacio de encuentro para aquellos ciudadanos inconformes que abanderaron causas propias y comunes.

Se podría decir que ayer Ibagué fue una ciudad de contrastes. Mientras miles de personas se manifestaron de forma vibrante durante la gran toma de la calle 37, en otras zonas de la capital del Tolima se vivió una calma parecida a la de un día festivo. El paro tuvo el efecto esperado, pues rompió con la cotidianidad y despertó la atención de la ciudadanía en general.

En medio de todo este hervidero, algunos dueños de establecimientos comerciales prefirieron suspender sus actividades en razón a las voces que hablaban de posibles daños o disturbios que nunca ocurrieron. Entre tanto, vendedores informales hicieron su ‘agosto’ con la comercialización de dulces o bebidas.

¿Pero qué provocó todo? En principio, fue una iniciativa que se gestó al interior de organizaciones sindicales que buscaban llamar la atención sobre la posibilidad de que el Gobierno tramite las reformas laboral y pensional que, según han insistido, terminarán de precarizar las condiciones económicas de los colombianos. Luego se sumaron otros reclamos.

Bajo el nombre del ‘Paro Nacional contra el Paquetazo de Duque’, la manifestación trascendió de asuntos económicos a demandas diversas relacionadas con los asesinatos a líderes, excombatientes e indígenas; el desarrollo de proyectos extractivos a través del ‘fracking’, el cumplimiento cabal de los acuerdos suscritos con los estudiantes y los profesores, la implementación del proceso de paz, la inclusión y el respeto de minorías, entre otras cosas.

Con todo este conjunto de reclamos y sentimientos, fueron miles las personas que cumplieron esta cita popular. De hecho, sería imposible atinarle a un cálculo aproximado sobre el número de manifestantes que estuvieron en la jornada de ayer, que es considerada por algunos como la primera de una serie de protestas que pondrían a Colombia dentro de ese fenómeno continental que han denominado como la ‘primavera latinoamericana’. Por supuesto, es solo una interpretación.

Con antecedentes de protestas opacadas por el vandalismo, habían temores sembrados sobre la posibilidad de que el llamado 21N concluyera en actos de violencia en contra de los bienes públicos y privados. El alcalde Guillermo Alfonso Jaramillo, como máxima autoridad del Municipio, alentó a los inconformes a protestar, pero también dijo ser garante de que todo se desarrollaría en calma. En efecto, en la ‘Capital Musical’ todo se cumplió en absoluta tranquilidad y los manifestantes dieron una lección de organización y cultura cívica.

 

Orden público en Ibagué

Según el secretario de Gobierno de Ibagué, Juan Manuel Lozano, las actividades de protesta se desarrollaron en total normalidad.

“Los diferentes grupos sociales pudieron participar de la convocatoria a nivel nacional. En Ibagué, la institucionalidad acompañó para que se pudieran adelantar las marchas en total normalidad”, dijo el secretario de Gobierno.

Así mismo, aseguró que podía presentar un reporte de cultura y ciudadanía por parte de los ibaguereños.

“La ciudad ha demostrado elementos de cultura y de trabajo de ideas. El respeto de las autoridades hacia los derechos de las personas y la conservación de la institucionalidad”, finalizó el secretario de Gobierno.

Por su parte, Jhoanna Barbosa, secretaria de Salud Municipal, informó que la marcha transcurrió sin alteraciones en materia de prestación de servicios de salud y de la red hospitalaria.

“Hasta el momento podemos anunciar que la red hospitalaria funciona de manera normal y no se ha presentado algún tipo de evento producto de una situación de orden público en el municipio”, dijo la secretaria de Salud de Ibagué.

En ese mismo sentido, Monseñor Miguel Fernando González, administrador diocesano de Ibagué, informó desde el miércoles que las iglesias de la ciudad habían tomado la decisión de no realizar actos religiosos ayer. Solamente las iglesias que tenían compromisos previos abrieron sus puertas.

 

Comerciantes

Aunque muchos comercios cerraron en la calle 37, uno de los puntos de mayor concentración durante el desarrollo de la marcha en Ibagué, el patrimonio de los comerciantes no tuvo afectación por cuenta de que no se presentaron disturbios.

Las ventas, según los comerciantes, sí se vieron mermadas por la alteración en normal desarrollo de sus actividades.

Los centros comerciales de la ciudad abrieron con normalidad. La Estación Centro Comercial, Acqua Power Center y Multicentro tuvieron sus puertas abiertas desde horas de la mañana y hasta las 8 p.m.

Sobre la jornada, Efraín Valencia, gerente de La Estación, comentó: “Hubo flujos más bajos de personas, pero la operación transcurrió con normalidad, solo algunas marcas del contexto nacional tuvieron la determinación de no abrir uno o dos locales”.

Varias de las panaderías de la ciudad abrieron, sin embargo, sus ventas también se redujeron.

Luis Duque, propietario de Panaderías Morata, comentó: “Abrimos todos los negocios y no hubo inconveniente, eso sí, en las ventas nos vimos afectados. La disminución fue del 60%”.

Por otro lado, en algunos locales, como restaurantes y peluquerías, los propietarios colocaron mensajes de apoyo a las movilizaciones.

La directora de Fenalco seccional Tolima, Alba Lucía García, había anticipado que varios establecimientos preferirían no abrir, por lo cual harían la evaluación de la pérdida económica.

Quienes se vieron más beneficiados en su actividad laboral fueron los comerciantes informales. Vendedores de jugos, agua y comidas, así como casetas en general, entre otros, aprovecharon la multitudinaria marcha para vender sus productos.

 

Dato

La marcha que se realizó ayer en Ibagué, en simultáneo con la mayoría de las ciudades del país, se desarrolló en total calma, según reportaron las autoridades.

Credito
EL NUEVO DÍA

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