De acuerdo con el Ministerio de Salud, de los 14.501 nuevos casos de VIH/Sida a nivel nacional durante 2018, se estima que uno de cada cuatro corresponde a adolescentes y jóvenes entre los 15 y 24 años.

Lo que más preocupa de estos casos es el estigma que sufren las personas que viven con la enfermedad, en parte, por el desconocimiento que hay en torno a esta y por el miedo que muchas personas tienen de ser contagiadas.

Ryan García, comunicador social y candidato a máster en sexología, recalca que “el estigma social persiste porque las personas aún confunden el VIH (una infección de transmisión sexual) con el sida (una enfermedad). Por lo tanto, cuando alguien es VIH-positivo, los familiares y allegados creen se va a morir de Sida y lo rechazan por esa creencia errónea”.

El tratamiento retroviral permite al paciente tener una vida normal y saludable, con niveles indetectables del virus, es decir que no sea transmisible. Para desaparecer el estigma, Onusida recomienda usar el acrónimo VIH y no ‘VIH/sida’, porque el virus no necesariamente termina en la enfermedad.

Por su parte, Ricardo García, coordinador de educación de la Liga Colombiana de lucha contra el Sida, explicó que la enfermedad es una etapa avanzada del VIH, por lo tanto, tener este virus no necesariamente significa que se esté en un periodo terminal.

“El VIH es un virus que ataca el sistema inmune. La persona vive con él y ahí se da la fase de replicación. Cuando hay una gran presencia de este y el sistema no se puede defender pasa a una fase latente y finalmente la fase Sida. Este síndrome afecta todo el sistema y permite que cualquier enfermedad le haga daño a la persona”, señaló el coordinador.

Parejas sexuales

Otro estigma que existe está relacionado con la cantidad de parejas sexuales que una persona tiene y que puede incidir en un contagio del VIH o el Sida. Para Ryan García, todas las personas que no practiquen sexo seguro pueden adquirirlo, sin importar el número de parejas sexuales que tengan.

“De hecho, muchos han sido contagiados por su pareja estable debido al exceso de confianza. Es necesario dejar de demonizar el sexo. Es decisión de cada quien con cuántas personas lo disfruta. Solo debe hacerlo sanamente. Esto significa conocer sus derechos sexuales, realizarse periódicamente la prueba del VIH y usar el preservativo”, destacó.

De acuerdo con la Liga Colombiana de Lucha contra el Sida el 90% de los casos de pacientes con VIH se dan en pacientes con una pareja estable.

Miedo a contagiar a otros

Según Ricardo García, uno de los estigmas que más afectan a una persona es el de contagiar a otros mediante cualquier acción. Así mismo, muchas personas creen que alguien con VIH les puede transmitir la enfermedad si comparten un baño o si los tocan. Esto puede quitar oportunidades laborales y de estudio. También puede generar aislamiento social.

“Hay profesionales de la salud que todavía exponen a la persona. A veces dicen “ustedes, los de VIH, vengan”, o simplemente con mencionar su diagnóstico, deja expuesta a una persona. Todos tenemos un derecho, y es el de la confidencialidad. Eso debe estar garantizado por el personal de salud”, recalcó.

En este aspecto, influyen los cambios de EPS o de personal de salud, pues hay mayor riesgo de desconocimiento del historial del paciente, se crea la estigmatización y finalmente, este desiste del tratamiento del virus.

Educación sexual

Una de las barreras que más han incidido en el desconocimiento sobre el VIH ha sido la falta de orientación sobre educación sexual en hogares e instituciones educativas.

“Los adolescentes y nuevos adultos apenas empiezan a explorar el sexo, pero su educación sexual ha sido deficiente y prejuiciosa. Ni en el colegio ni en las universidades se habla de sexo en términos atractivos para este público. Sus papás tampoco les brindan educación sexual a sus hijos. Solo les inculcan la abstinencia y eso no es educación, sino prohibición”, indicó Ryan García.

Por esta razón, los jóvenes entre 15 y 24 años son más propensos a cometer errores al practicar el sexo sin protección.

Atención médica

En el marco de la conmemoración del ‘Día Mundial de respuesta frente al VIH/Sida’, el Ministerio de Salud y Protección Social ratifica su compromiso con el fortalecimiento de la respuesta integral en atención y prevención para reducir los riesgos y evitar la transmisión de la infección.

El país cuenta con la gran mayoría de tecnologías disponibles para implementar la prevención combinada a través del sistema de aseguramiento en salud.

El Plan de Beneficios en Salud (PBS) cubre la entrega de preservativos a través de los servicios de salud, las pruebas diagnósticas y los exámenes complementarios tales como niveles de carga viral o linfocitos CD4, entre muchos otros.

Igualmente, suministra los medicamentos antirretrovirales para las personas que viven con la infección, las leches de fórmula para los niños nacidos de madres que viven con VIH, la profilaxis post-exposición tras eventos de violencia sexual o accidentes de ruptura de condones o accidentes ocupacionales en los que haya contacto con sangre.

Actualmente, a través de un adecuado tratamiento contra el VIH, las personas que tienen la enfermedad pueden lograr que los niveles del virus en la sangre sean indetectables y que, en tal caso, no se transmita la infección.

Comunicación y protección

A través de un acceso a un diagnóstico temprano, el uso del condón y tratamiento de otras Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) sin actos de burla o rechazo, la educación en derechos sexuales y reproductivos, y la reducción de cualquier forma de estigma y discriminación, entre otras medidas, se puede dar una “prevención combinada” para brindar un estilo de vida digno a quienes viven con VIH.

También es imprescindible adoptar medidas comportamentales como el uso del preservativo, usarlo siempre y usarlo bien, hablar con la pareja sobre mecanismos de protección, evitar la exposición a jeringas infectadas y no mezclar alcohol con sexo.

“Si se tiene un contacto riesgoso hay que consultar de manera inmediata su EPS o IPS para entrar en un proceso de diagnóstico, una prueba rápida y sencilla, a la que tiene derecho”, aseguró el viceministro de Salud, Iván Darío González.

Campaña para hablar abiertamente sobre el VIH

 Bajo el lema Habla conmigo abiertamente, la campaña del Día Mundial de Lucha contra el Sida 2019 de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Onusida, Unicef y la Red de Jóvenes Positivos de América Latina (J+Lac) busca que los profesionales de la salud hablen con los jóvenes sin prejuicios sobre el VIH y otras infecciones de transmisión sexual (ITS), como una forma de mejorar el acceso a las medidas preventivas.

El objetivo general de la campaña es sensibilizar al personal de salud para que cada vez más hombres jóvenes gays y hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres (HSH), quienes están más desproporcionalmente afectados por el VIH, busquen y obtengan la información y el apoyo que necesitan para tener una salud sexual saludable.

Asimismo, apunta a empoderar e informar a los jóvenes, y a combatir el estigma y la discriminación hacia el VIH/sida y las poblaciones más vulnerables a la infección en los servicios de salud, uno de los principales obstáculos para acceder a la atención.

“Queremos que los profesionales de la salud y los jóvenes comiencen a hablar más sobre el VIH y otras infecciones de transmisión sexual como parte del cuidado de su salud, con respeto y sin prejuicios”, señaló Marcos Espinal, director del Departamento de Enfermedades Transmisibles de la OPS. “Porque cuanto más se sientan bienvenidos, más se acercarán a hacerse la prueba y se mantendrán en contacto con los servicios de salud, ya sea para comenzar el tratamiento o para buscar las medidas que pueden prevenir que contraigan o transmitan el VIH.”

En América Latina las nuevas infecciones por el VIH aumentaron el 7% desde 2010. Se estima que 100.000 personas contrajeron el virus solo en 2018. Una de cada cinco de ellas son jóvenes de 15 a 24 años. Los jóvenes y hombres gays, y los HSH representan el 40% de todas las nuevas infecciones en América Latina. Mundialmente, este grupo tiene 22 veces más posibilidades de tener VIH que la población general.