“Una UCI no es solamente camas y ventiladores”

Crédito: Colprensa - EL NUEVO DÍA Nuevos ventiladores han llegado para las UCI en varias regiones del país.
Aunque los ventiladores para aumentar la capacidad de unidades de cuidado intensivo en el país han ido llegando progresivamente, el funcionamiento de las UCI no solo depende de estos equipos, sino también del cumplimiento de otras condiciones, entre ellas, la capacitación de personal.
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Aunque en las últimas semanas, la capacidad de Unidades de Cuidado Intensivo en el país ha venido creciendo con los ventiladores que ha conseguido el gobierno en el mercado internacional, la exigencia sobre el sistema de salud para atender a los pacientes más graves de coronavirus no se detiene ahí.

Como lo señala Sergio Isaza, presidente de la Federación Médica Colombiana, “una UCI no es solamente camas y ventiladores, requiere de muchos más equipos y medicamentos para garantizar la supervivencia de un paciente”.

Aunque los ventiladores son equipos indispensables frente a una enfermedad cuyo efecto más grave es la pérdida de la capacidad respiratoria de los pacientes, de nada sirven estos equipos sofisticados, si no existe un equipo especializado que como su nombre lo indica brinde una atención permanente al paciente.

“La UCI es una estructura de altísima complejidad para atender a pacientes con alto riesgo de muerte, por lo que se requiere un espacio amplio para que quepa la cama del paciente, y los equipos necesarios y el personal suficiente para su atención”, agrega Isaza.

La cama UCI requiere de unas medidas y funciones específicas eléctricas para movilizar al paciente, así como básculas especiales para pesarlo en caso de que no pueda moverse por sus propios medios, fuentes de oxígeno y aire comprimido, un cuidado de personal las 24 horas, y una planta de energía especial por si se va la luz en el hospital, ventiladores y respiradores.

Otros implementos necesarios son las bombas de infusión contínua, monitores de funciones vitales como la tensión arterial, ritmo cardíaco, respiración, pulso y temperatura.

“Todo eso es lo básico que debe tener una UCI. También se necesitan fármacos respiratorios de urgencia, medicamentos cardiotónicos, equipos de guantes, jeringas y un reanimador. Sin embargo, para el manejo de todos estos elementos se necesita personal entrenado y calificado para manejar todos estos artefactos. Luego de tener una especialización, ya sea en medicina interna, cirugía o pediatría, se necesitan como mínimo dos años para tener una formación en cuidados intensivos”, explicó Isaza.

Con respecto al personal médico, Isaza destacó que poner solo a un médico a cargo de una UCI no es viable para el tratamiento de pacientes, pues también se necesitan en gran medida, enfermeros, fisioterapeutas, mirobiólogos y bacteriólogos que puedan atenderlo. De lo contrario, va a ser poco lo que se va a poder hacer para garantizar su supervivencia.

Rodolfo Cano, presidente del Colegio Médico Colombiano seccional Atlántico, señaló además que “es también necesaria la presencia de un director de UCI, un médico intensivista y de especialistas como cardiólogos, neurólogos o neumólogos, pues tengamos en cuenta que no solo hay pacientes con Covid-19, sino también pacientes con otras patologías de gravedad que deben tener una atención prioritaria”.

Tanto la Federación Médica Colombiana como la Asociación Colombiana de Medicina crítica y Cuidados Intensivos, calculan que en todo el país hay cerca de 1.200 médicos intensivistas, lo cual no sería suficiente para atender la emergencia, pues el cuidado de un paciente en este estado requiere de un proceso de tiempo completo, lo cual no ocurre en algunas zonas del país, por la escasez de equipos y de personal.

“La capacidad de personal en UCI es algo que aún está en discusión, puesto que hoy se confirmó la muerte del médico intensivista Andrés Acevedo, quien tenía mucha experiencia en el manejo de pacientes de estas áreas hospitalarias. Hay varios médicos que trabajan en UCI incapacitados por tener Covid-19 que se han recuperado y han vuelto a trabajar, sin embargo, este factor complica la situación de atención al paciente”, indicó Cano.

Otro factor que disminuye la cantidad de personal en las UCI es el de las prestaciones sociales, pues gran parte de los profesionales del país trabajan mediante la modalidad de prestación de servicios, lo cual no garantiza, paradójicamente, el pago de salud, poniendo más en riesgo la vida de muchos profesionales en ejercicio de su labor.

Sobre este aspecto, Guillermo Ortiz, intensivista de la subred Centro Oriente en Bogotá, destacó que la especialidad en Cuidado Intensivos es relativamente nueva, pues no tiene más de 20 años en Colombia y en número de programas habilitados en Colombia no son muchos.

“Conseguir personal altamente calificado es difícil, probablemente no solo en Colombia, la experiencia europea en Italia y España hizo que personal no intensivista finalmente atendiera pacientes críticos por la escasez. Lo que estamos haciendo es tener la mejor gente, con el mejor entrenamiento para el momento y con eso conformar los equipos que puedan garantizar la atención y seguridad de los pacientes”, señaló Ortiz. 

Por último, Cesar Prieto, presidente del Colegio Médico Colombiano seccional Valle, resaltó que por el momento, pese al aumento de equipos para UCI, las ciudades se han visto en un complejo reto por salvar las vidas de otras personas y de paso las propias.

“Aunque no tengamos cifras exactas de cuántos profesionales para UCI tenemos por departamento, si podemos inferir que no son suficientes ni en Valle del Cauca, ni en Bogotá ni en ninguna otra parte del país, no por falta de equipos, sino por falta de personal que los maneje y tengan el conocimiento suficiente para atenderlos”, manifestó.

 

 

 

Credito
COLPRENSA

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