¿Por qué es importante el sector privado en el país?

Crédito: Colprensa / EL NUEVO DÍABruce Mac Master, presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia, Andi.
En Colombia hay 1,6 millones de empresas, y 99% son mipymes, según los datos de la Confederación de Cámaras de Comercio, Confecámaras.
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Empresa proveniente del italiano impresa, derivado imprendere que significa comenzar. Así introduce la Real Academia Española (RAE) las cinco acepciones sobre la palabra, las dos primeras claves: “Acción o tarea que entraña dificultad y cuya ejecución requiere decisión y esfuerzo”, y “la organización dedicada a actividades industriales, mercantiles o de prestación de servicios con fines lucrativos”. Aunque vale aclarar que con la campaña #MásEmpresaMásPaís nos enfocaremos en compañías que no solo buscan su ganancia, sino el bienestar social y ambiental.

Esto es lo que convoca en esta oportunidad a hablar con Bruce Mac Master, el presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi), reconocido por liderar un gremio que tiene 1.500 afiliados, que según sus propias estimaciones representan el 50 % del Producto Interno Bruto —estimado en 881,4 billones (Dane, 2019)—.

Dice que en la recuperación el tejido empresarial será clave y que los antagonismos entre micro, pequeñas y medianas empresas y las grandes no deberían existir.

 

- ¿Qué tan importantes son las empresas?

En una sociedad como la colombiana una parte importantísima, más del 90% del desarrollo del país está fundamentado en que las empresas tengan éxito, sean viables y cumplan su labor social.

 

- ¿Cómo explica esto?

Se puede partir en varias partes la función empresarial. La económica, para poder generar crecimiento, productos, impuestos, empleo y la otra función del servicio, que es la que tiene que ver con los productos y servicios que se ofrecen. Cuando arrancó la cuarentena el principal reto que se tenía era abastecer a la sociedad. Casi nadie tuvo en cuenta eso, ni siquiera los gobiernos locales ni el nacional.

La función social casi nunca ha sido valorada, es decir cuál es la responsabilidad de tener bebidas, alimentos, y todo en funcionamiento. Es una función indelegable que nunca la podrá prestar el Estado en buenas condiciones. Esta pandemia, si algo ha generado, es que ha puesto en blanco y negro el papel de las empresas.

 

- ¿Qué deja la pandemia?

En esto Colombia y el tejido empresarial se comportó de manera excepcional, hasta el punto de que no se estuvo nunca realmente preocupado porque no llegaran los alimentos a los hogares. Hubo que pensar qué había detrás de cada alimento y nos dimos cuenta que había muchas cosas, líneas aéreas, navieras, puertos y camiones detrás de la operación.

La importancia también se hizo evidente cuando se empezó a perder el empleo y, cuando algún alcalde terminó diciendo que íbamos a ir apagando la economía poco a poco, y todo el mundo saltó, porque estamos perdiendo la posibilidad de tener un ingreso para las familias y de perder empleo. Eso además se ha visto reforzado con la caída de los ingresos tributarios, a nivel nacional y local.

 

Proyecciones

- ¿Qué proyecta para 2021?

El año entrante va a ser mucho peor. Seguramente va a generar un crecimiento económico que supere el 5%, pero este va a ser a duras penas la compensación de lo que se perdió este año. El gran reto para la economía colombiana está en 2022.

 

- Se han conocido varias cifras sobre la confianza en las empresas. El informe de Reconciliación Colombia dice que el 87,3 % de los encuestados confía poco o nada en ellas, mientras la de Edelman dice que ha crecido en los públicos informados de 72% a 78% entre el 2017 y 2020. ¿Qué decirles a las personas que no confían en el sector privado, por actos de corrupción o cartelización, etc.?

Yo diría que en la gran mayoría de los casos lo que tenemos son comportamientos bastante ejemplares de parte de los empresarios. Infortunadamente uno no puede negar los casos en los cuales no ha sido así y estos son utilizados como casos ejemplarizantes o mecanismos de estigmatización.

Este ejercicio de Reconciliación Colombia es uno de los muchos que hay. En el de Invamer Gallup, uno ve cómo en un momento dado el año pasado el negativo es superior al positivo, pero hoy es superior el positivo del negativo. Todo depende del tipo de preguntas, por ejemplo, en Gallup hablan de la “clase empresarial”, o en la de Reconciliación hay errores metodológicos en la comunicación y hay afirmaciones tendenciosas.

Es un trabajo que hay que hacer no solamente desde el punto de vista comunicacional, sino con fundamento, con contenido, hay que trabajar en ejercicios de valor compartido, de capitalismo consciente. Debemos ajustar cada vez más las prácticas empresariales, el posicionamiento del capitalismo con el fin de responder mejor a esas necesidades sociales, incluso que no han sido atendidas por el Estado.

 

- ¿Las empresas grandes y pequeñas son antagónicas, por ejemplo en temas de concertación laboral?

Se han presentado diferencias en otros escenarios que no es la concertación laboral, las pymes son muy sensibles a los costos laborales. Pero es evidente que se ha presentado, en algunos casos, inclusive ha sido utilizado de forma equivocada por políticos, que las pymes son buenas y las grandes malas, al final el tejido empresarial y la economía funcionan porque todos están presentes. Lo importante es que la regulación; la Superintendencia de Sociedades, de Industria y Comercio, es clave para evitar que se cometan abusos y es muy relevante que las compañías se comporten correctamente.

 

- ¿Qué oportunidades hay?

El país se tiene que cuidar de no generar una polarización que no le hace bien a nadie porque si las empresas grandes no tienen suficiente espacio y terminan siendo estigmatizadas no van a tener cómo generarles a las pequeñas oportunidades, como de encadenamientos robustos en los que haya programas de desarrollo de proveedores locales.

 

- ¿Qué papel van a jugar las empresas en la recuperación?

El gobierno va a tener dos posibilidades: un esfuerzo fiscal y uno monetario. Esos serán pequeños choques comparados con lo que puede y debe hacer el crecimiento económico. La única forma de mantener un crecimiento sostenido es con el tejido empresarial.

Por eso hemos dicho que no se pueden dejar perder empresas, hemos insistido en su salvamento y que haya incentivos para que las empresas puedan manejar con mayor efectividad este momento.

El gran reto para la economía está en 2022. La pregunta que hay que hacernos ahora es cuándo vamos a recuperar el tamaño que teníamos en 2019, porque este año vamos a bajar por lo menos 280 billones de pesos en la economía nacional.

Credito
EL COLOMBIANO

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