¿Cómo es el último MacBook Pro?

Tras una prueba al equipo portátil de alto desempeño de Apple se demuestra que el equipo es rápido y capaz de ejecutar trabajo profesional, y, al igual que los modelos de otras líneas de la empresa, es cada vez más fácil de usar. Esta vez, con la ayuda de Lion, un nuevo sistema operativo.

La causalidad convirtió al los MacBook Pro actuales en los últimos ejemplares de la línea en ser lanzados bajo el liderazgo y la supervisión de Steve Jobs. Nada más en estos ordenadores es coincidencia; cada detalle en los equipos y en su sistema operativo está planeado, desde las características nuevas hasta los elementos que fueron retirados.
Se tuvo la oportunidad de poner a prueba un MacBook Pro de última generación con el nuevo sistema operativo de Apple, OS X Lion.


Despertar inmediato
Una caja blanca, un envoltorio plástico, una máquina de vidrio resistente y aluminio suave al tacto. El orden acostumbrado de los productos de Apple. No hay parlantes visibles, lo único que puede notarse en la superficie además del teclado, es un botón de encendido.
El último MacBook Pro de 13’’ pulgadas inicia su sistema en alrededor de 45 segundos; una marca poco impresionante si se toma en cuenta que Windows 7 y Ubuntu la igualan. Por supuesto: los consumidores dispuestos a pagar un poco más por un disco de estado sólido en su máquina tendrán un tiempo sensiblemente menor de carga del sistema y sus aplicaciones.
La sorpresa viene después de cerrar la tapa del equipo, acción que lo pone en suspensión; un estado en que, prácticamente, no consume batería.
Los amantes de la velocidad estarán felices al saber que el Pro sale de su estado de suspensión tan rápido que, antes de abrir la tapa, ha vuelto a la normalidad. Sólo la conexión a Internet tarda un tiempo apreciable en volver a funcionar. Más allá de las hipérboles publicitarias, el término apropiado para describir cómo sale de suspensión del MacBook Pro es ‘instantáneamente’.
Lo que queda tras abrir la tapa es un ordenador portátil equipado con “el sistema operativo más avanzado del mundo”, apodo que ponen sus desarrolladores a cada nueva versión de Mac OS X.

Sistema sin barras

Que Apple es una compañía obsesionada con los detalles no es novedad. Lion, la última versión de su sistema operativo, lo evidencia. El OS permite organizar las aplicaciones instaladas en tres formas: un panel de lanzamiento central para las frecuentes, íconos en el escritorio y, finalmente, una presentación de cada aplicación como la del iPhone o el iPad.
Lion tiene, además, un modo de pantal­la completa para cada aplicación abierta.  En esta modalidad, por ejemplo, el navegador de Internet Safari retira algunas sus barras de herramientas y deja espacio para lo más importante: el contenido de las ­páginas Web.
Pero quizá la característica que notan primero los usuarios de Lion es que no tiene barras de desplazamiento: esos indicadores que permiten ir arriba o abajo, y a veces a derecha o izquierda, en los pro­gramas.
Lion reemplazó esas barras por un indicador transparente que no roba espacio a los programas. “Cada pixel es importante”. Una configuración general permite ocultar la barra casi todo el tiempo, mostrándola únicamente cuando hay desplazamiento en las aplicaciones, cosa que puede lograrse al poner dos dedos sobre el ‘trackpad’ de los MacBook, esa superficie táctil que reemplaza al Ratón en un ordenador portátil. Lo cual lleva al siguiente punto.

La maravilla del multitouch

Debería ser un estándar de la industria: la capacidad para detectar el toque de varios dedos sobre el trackpad de los portátiles. Infortunadamente, no todas las empresas tienen patentes para implementar esto en sus equipos.
Apple, además de la tecnología, lleva años mejorando su sistema de detección de ‘gestos’: movimientos con varios dedos para dar órdenes al sistema. Además de toda la experiencia en este campo que deriva de tener los dispositivos táctiles más populares del mercado: el iPhone y el iPad.
El MacBook Pro es un ordenador con características avanzadas; el procesador más veloz de la última familia de Intel, una tarjeta gráfica Radeon, amplio espacio de almacenamiento y suficiente memoria de sistema para ejecutar programas de edición de video, software de modelado 3D o videojuegos de última generación.
Pero para Apple, una empresa que pone la experiencia del usuario sobre todo y trabaja desde allí para diseñar sus productos, era importante que esta poderosa máquina fuera tan fácil de usar como una tableta.
El MacBook Pro y Lion trabajan en conjunto para lograr este objetivo.

Comprar o no comprar

Para decidir si adquirir un MacBook Pro es importante recordar que se trata de un equipo diseñado para el trabajo con aplicaciones profesionales y exigentes.
En otras palabras: antes de invertir los mil 200 a dos mil 500 dólares que cuesta uno de estos ordenadores, es bueno analizar si en realidad se está comprando una costosa ‘máquina de Facebook’.
El MacBook Pro complementa sus ­características técnicas con puertos de alta velocidad como FireWire 800 y Thunderbolt para conectarse a otros equipos, y ­ranuras para tarjetas SD de hasta 64 ­Gigabytes.
El equipo de 17’’ pulgadas incluso tiene un puerto para tarjetas ExpressCard. Si este tipo de conectividad no es fundamental para su trabajo, quizá debería pensar en un MacBook Air, en un equipo de otra línea, o en un ordenador de otra empresa.

Si lo que usted busca es un desempeño alto, tiempos de respuesta muy cortos, una experiencia de uso consistente, una máquina sencilla cuando debe serlo y poderosa a la hora de trabajar, el MacBook Pro puede ser exactamente la pieza de tecnología que falta en su escritorio.   

Credito
JUAN MARTÍNEZ MARTÍNEZ

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