Google prepara un traductor universal

INTERNET - EL NUEVO DÍA
El director de Google Translate considera que él y su equipo están a punto de regalarle al mundo la primera herramienta capaz de derribar las barreras idiomáticas: un traductor preciso para los idiomas más hablados del planeta. Aunque otras empresas de la competencia tienen también tecnología que podrían usar para competir di-re
ctamente con el gigante.

Aprender un segundo idioma siempre será buena idea, no sólo para comprender chistes casi imposi-bles de traducir, sino como ejercicio de memoria y ra-zonamiento. Varios estudios psicológicos sugieren que incluso ayuda a mejorar el manejo del idioma materno. 

Pero Google semana que lanzará una herramienta para traducir cualquier idioma en el mundo, en tiempo real, y con una efec-tividad mucho ma-yor que la de las aplicaciones actuales, incluyendo su propio Goo-gle Translate.

Podría estar a la vuelta de la esquina 

Es una herramienta in-dispensable para los auto-res de ciencia ficción: un dispositivo que permite a alguien entender y ser en-tendido en cualquier idio-ma de la galaxia. Esta semana Google in-formó que lanzará su propia versión del Traductor Universal de Star Trek, o el Pez de Babel de la novela Hitchhicker’s Guide to the Galaxy. 

Aunque, inicialmente, estará limitado a traducir los idiomas más hablados en el planeta tierra.

Desde 2004 el proyecto ha estado impulsado por un grupo de alemanes que saben poco sobre lingüística. Algunos, incluyendo el director del proyecto Franz Josef Och, luchan para entenderse con sus colegas que sólo hablan in-glés. 

En lugar de morfología o teorías funcionales sobre fo-nología gramática, este grupo utiliza la estadística y la programación de computadores para construir una herramienta capaz de traducir cualquier idioma. Los frutos del proyecto se evidencian en la aplicación Google Translate. 

Y como cualquier usuario puede constatar, esta herramien-ta aún está lejos de hacer posible la comunicación entre personas que hablan idiomas diferentes y desco-nocen por completo la lengua de su interlocutor. Pero según Josef Och, esto está por cambiar, pues él y su equipo han encon-trado la forma de mejorar la precisión de su sistema a pasos agigantados. 

Competencia creciente 

Como prueba de que Google está cada vez más inte-resado en alcanzar su meta, el grupo que dirige Och para desarrollar Goo-gle Translate ha crecido du-rante los últimos años. Pero esto no quiere decir que no tengan competencia. Otros dos gigantes informáticos están desarrollando herramientas fundamentales para el desarrollo de un traductor instantáneo digital. 

Se trata, nada más y nada menos, que de Microsoft y Apple. Apple tiene a Siri: un asistente personal que cada año se vuelve mejor y mejor para enten-der lo que dicen sus usuarios; una característica fundamental para cualquier sis-tema que pretenda traducir una conversa-ción sin obligar a sus participantes a poner todo por escrito.

Microsoft ha ido más allá.

Hace un año la compañía presentó el prototipo de un sistema que oye una conversación en inglés y chino mandarín, y hace una traducción simultánea para sus participantes, con-servando el timbre de la voz de cada uno.

Y es que la clave para tra-ducir no está en el conocimiento minucioso de la estructura de los idiomas hablados, sino en el análisis de mi-llones de millones de palabras y frases en traducciones que ya se han hecho en el Internet. No es de extrañar que Facebook, una empresa con acceso a información sobre la interacción de millones de internautas en decenas de idiomas, haya adquirido recientemente una empresa pequeña que desarrolló un sistema de traducción automática.

Otro enfoque a la traducción en masa 
Josef Och confía en que la estadística y el análisis de la cantidad creciente de datos que hay disponibles en el Internet aumentarán la precisión de su sistema de traducción con una tasa de crecimiento exponencial. Pero hay quienes experi-mentan con estrategias opuestas. 

Uno de ellos es Luis von Ahn, inventor de Duolingo, una aplicación gratuita que cualquiera puede usar para aprender un idioma nuevo. Algunos de los ejercicios que los usuarios de Duolingo deben completar son mecánicos, pero otros requie-ren traducir textos del Internet. 

Un sistema de votos ayuda a identificar qué tra-ducciones fueron correctas y cuáles fueron errores co-metidos por usuarios sin la experiencia suficiente. La buena noticia es que las dos plataformas no tienen por qué ser competidoras; el equipo de Josef Och podría beneficiarse enormemente con el acceso a las bases de datos de Duolingo, quizá a cambio de financiamiento para el portal, o de otros servicios.

Este tipo de colaboración, y la cantidad creciente de contenido disponible en el Internet, podrían convertir el sueño de Och en una realidad.

Credito
JUAN MARTÍNEZ MARTÍNEZ

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