Estamos cada vez más cerca de las máquinas pensantes

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En el futuro no solo se podrán desarrollar máquinas que nos ayuden a cumplir trabajos físicos, sino que se desempeñen como consejeros, acompañantes o asesores.

El sueño o la especulación de la ciencia ficción, según la cual el hombre puede equipararse con las máquinas, tiene cada vez más elementos reales, según lo que alcanza a saberse en las investigaciones científicas y desarrollos tecnológicos presentes y futuros.

La manera como equipos de la clase de las impresoras 3D pueden solucionar problemas de toda índole, reemplazando incluso los más sofisticados equipos en medicina, armamento, aviación, construcción, etc, muestran un mundo de mayor cercanía entre equipos no recreativos y sí muy funcionales con el hombre.

Relación más inteligente

Además de este tipo de enfoque utilitario que se hace de muchos tipos de máquinas, cada vez más complejas y económicas al mismo tiempo, están quienes desarrollan proyectos mucho más dirigidos a asuntos que en principio pueden parecer un poco subjetivas o filosóficas, pero, en realidad, pueden terminar en una nueva manera de concebir y relacionarse con las tecnologías que hoy conocemos.

En términos sencillos, se trata de desarrollar sistemas capaces de hacer que las máquinas, los computadores, por ejemplo, sean capaces de relacionarse con sus usuarios de una forma más ‘inteligente’, al punto de que puedan debatir con ellos, discutir ideas, hacer sugerencias, comprender sutilezas como las ironías, etc.

Esto, que parece un simple juego de expertos, realmente puede tener alcances importantes, al punto de que se puede llegar por esta vía a hacer mucho más sencilla y eficiente la operación de equipos de alta tecnología, a los que podría manejársele casi exclusivamente con mensajes verbales.

Un equipo para dialogar

Según acaba de publicarlo una agencia española, existen casos como el del investigador y director de sistemas simbióticos cognitivos de IBM, Darío Gil, quien ha dicho que actualmente su empresa “trabaja en un prototipo de tecnología denominada ‘the debater’, capaz de construir argumentos en favor y en contra sobre aquellas cuestiones que se le formulen”.

Gil añadió a la agencia que “veremos en el futuro un tipo de conversación más sofisticada de los humanos con las máquinas, a medida que avancen las capacidades cognitivas de la tecnología”.

Con esto, a lo que puede llegarse es a nuevas concepciones de la utilidad y el desarrollo de equipos, debido a que ya no solamente serán construidos para hacer tareas físicas, sino que, además, pueden orientarse hacia labores menos ‘duras’, como pueden ser el oficio de asistentes personales, asistentes de salud, compañía para las personas mayores, asesores de inversión, tutores.

Los retos en reconocimiento del lenguaje pasan por lograr que las máquinas resuelvan los problemas de interpretación que acarrean contextos complejos como las conversaciones en salas de reuniones, las charlas informales, diálogos con ruidos altos de fondo o micrófonos con problemas de sonido o lejanos.

Famoso antecedente

En el ámbito de la computación cognitiva, la tecnología “estrella” de IBM es el superordenador Watson, que se hizo famoso hace unos años en Estados Unidos tras derrotar a los campeones del popular concurso televisivo Jeopardy.

Ahora se trabaja con médicos para que Watson aprenda el lenguaje de la medicina y, a cambio, les podrá enseñar a estos profesionales diferentes opciones de tratamientos.

Este superordenador también está aprendiendo el lenguaje financiero, y a los científicos puede ayudarles a encontrar “patrones escondidos” bajo las ingentes cantidades de información que manejan en sus investigaciones.

Ante una pregunta formula distintas hipótesis y escoge la respuesta que más confianza le genera. También aprende de sus experiencias, de cada interacción, y cada vez es más inteligente. Además de aprender, es capaz de enseñar.

Credito
JUAN MARTÍNEZ MARTÍNEZ

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