“Internet nos cambia menos de lo que creemos”

Contrario a la idea que se tiene generalmente, Frédéric Martel asegura que Internet cada día es menos una unidad global y más un universo fragmentado.

Internet es una herramienta de carácter global, pero no se trata de una unidad sino que está fragmentada en diferentes “internets” que reflejan y reafirman la identidad de las comunidades, territorios y culturas ya existentes más que abrir puertas a la diversidad.

“No he visto sobre el terreno eso sobre lo que preconizan los mandamases del Silicon Valley: conversaciones globales a las que todo el mundo se uniría, fronteras que se reducen o atenúan, idiomas que se convierten en menos importantes, la cultura que se uniformiza”, ha explicado en una entrevista con el sociólogo francés Fréderic Martel.

Muchas ‘redes’

En el ensayo “Smart. Internet(s): la investigación” (Ed. Taurus), elaborado a partir de un análisis sobre el terreno en decenas de países, Martel “desconfía de la superficie” y se arriesga a concluir que la red no es única, sino “multipolar, fragmentada y descentralizada”.

“Contrariamente a lo que pensamos, el riesgo de especialización y de reforzar los vínculos comunitarios ya establecidos existe y es muy grande en internet. ¿Pero por qué? Porque internet refleja la vida, nuestra manera de vivir y desde ese punto de vista nos cambia menos de lo que creemos”, ha aseverado el también autor del éxito de ventas “Cultura mainstream”.

Así, cada internet es un vehículo de autoafirmación de las comunidades, que pueden venir determinadas por el territorio, la lengua, la religión o la esfera cultural, entre otras.

Un internet fragmentado

“En el mundo hay 2.700 millones de personas conectadas. En cinco años serán 5.000 millones y estos que vienen hablarán menos inglés y estarán muy ligados a su pueblo. Esta fragmentación y territorialización me parece que son el futuro de internet”, ha indicado.

Aunque las infraestructuras y herramientas sean globales, su uso y los contenidos que se generan difieren, están pegados al territorio y sirven para alinearse con las certezas compartidas.

Por ejemplo, la comunidad cubana de Madrid puede comunicarse mediante videoconferencia con Miami, pero probablemente lo hará para hablar con otros cubanos y en español.

O ciudadanos indios que utilizan aplicaciones móviles que hacen perdurar el sistema de castas y la jerarquía, incluso aquellos que viven en Estados Unidos, ha ilustrado.

“La culpa no la tiene internet, es que resulta que la gente vive así, incluso aunque existan formas de diálogo más abiertas con otras comunidades y culturas. La novedad es que si se quiere, se puede acceder a ellas, mientras que antes no se podía porque no teníamos acceso a lo diferente”, ha añadido este asesor de la Unión Europea.

Un nuevo fenómeno que permite internet, ha matizado, es el desarrollo de “identidades múltiples”, esto es, un mismo individuo puede participar más de unas comunidades u otras en función, por ejemplo, de su sexo, su lugar de nacimiento, su orientación sexual o filiación política.

¿Y cuáles son las ventajas de una herramienta global?

“¿Y cuáles son las ventajas de un teléfono? Hace mucho que podemos llamar a la India a diario si queremos, pero no lo hacemos porque no conocemos a nadie allí, no hablamos hindi, ni tendríamos nada que decir. Internet existe y permite un cambio extraordinario en economía y otros factores, pero no por ello nos va a transformar en ciudadanos globales”, ha subrayado.

En un contexto en el que conviven tantos internets diferentes, el experto cree posible que se vivan confrontaciones entre ellas. “Por ejemplo hoy vemos que hay un internet cerrado, que es el chino, donde no existe Google sino Baidu, no es Facebook sino RenRen, no existe Twitter sino Weibo, no es Youtube sino Youku. No es una intranet, sino un internet expansionista”, ha dicho.

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RESUMEN AGENCIAS

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