El plan de Tesla para salvar el mundo

La empresa pretende popularizar los tejados solares económicos, los sistemas de almacenamiento fáciles de instalar y los autos eléctricos de precio asequible para reducir drásticamente la huella de carbono de las ciudades.

JUAN MARTÍNEZ MARTÍNEZ

Elon Musk, fundador y gerente ejecutivo de Tesla Motors, insiste en que “los paneles solares deben volverse tan atractivos como los autos eléctricos”.

La frase tiene más sentido en Estados Unidos, donde los fabricantes descubrieron que nadie busca autos eléctricos que parezcan vehículos alienígenas, sino que la tecnología y el ahorro que representa esta opción van mejor acompañados de diseños sobrios, igual o más atractivos que los de los autos corrientes.

¿La estrategia de Musk? Vender tejados solares fáciles de instalar, casi imposibles de diferenciar de un tejado corriente, y con más durabilidad y mejor aislamiento térmico que estos.

Tejas solares con buen aspecto

Según Musk, todas las casas se convertirían en casas solares, si cuando fueran a comprar tejas, los consumidores encuentran dos opciones: por un lado tejas corrientes de terracota, barro o azulejo a un costo determinado, y por otro lado tejas de vidrio con celdas solares a un costo menor cuando se toma en cuenta que tienen mayor durabilidad y la capacidad de generar energía.

Estas son las tejas con las que Tesla quiere cambiar el mundo, y con tal de hacer su argumento más convincente, la empresa utiliza una estrategia sencilla: hace que sus tejas sean casi imposibles de distinguir de las tejas corrientes.

Visto desde la calle, un techo solar de Tesla imita a un grado asombroso un techo de otros materiales, incluyendo en su color, relieve y textura. Musk hace una aclaración extra: “La impresión de las tejas es hidrográfica, para que no haya dos unidades iguales”, para tranquilizar a quienes piensen que los tejados solares serán todos iguales. “Si se comparan dos techos se ven diferentes, porque en realidad son diferentes”.

Vista desde arriba, cada teja solar de Tesla se vuelve transparente, en un efecto similar al de un vidrio polarizado. Así, la luz solar pasa a través del material de Tesla y se convierte en energía.

De los autos a las tejas

¿Por qué una casa automotriz empieza a fabricar tejas? Porque Tesla no tine como objetivo vender autos eléctricos, sino “acelerar la transición hacia las energías renovables”. Las tejas solares son uno entre tres componentes clave en el plan de la empresa.

El siguiente componente es el almacenamiento de la energía que recolectan del Sol.

Para esto, la compañía vende su Powerwall para hogares y pequeños negocios, y su Powerpack para empresas más grandes; equipos de fácil instalación que tienen todos los componentes necesarios para almacenar, administrar y convertir la energía eléctrica recolectada por los paneles solares en sus tejas, o cualquier otro panel solar.

Estos equipos ahorran el tiempo, esfuerzo y conocimiento necesario para hacer una instalación solar con baterías, inversor, monitores de corriente y otros componentes. De nuevo: el objetivo de Tesla es reducir al mínimo la dificultad y el costo de convertir un hogar a energía solar.

El tercer y útlimo componente de la estrategia de Tesla son sus autos eléctricos. Después de instalar un sistema de enegía solar, la compra de un auto eléctrico se convertiría en el paso lógico siguiente para millones de personas en Estados Unidos y luego en el mundo, reduciendo drásticamente la huella de carbón de la sociedad moderna.

¿Competencia o beneficio para empresas eléctricas?

S i el modelo de Tesla es exitoso y dentro de pocos años miles de familias instalan techos solares en todo el mundo, las empresas públicas y privadas de energía se verán en crisis, ¿cierto?

Musk cree que pasaría lo contrario: el uso de cada vez más energía eléctrica para transporte y para calefacción en los países con estaciones, sumado al uso que se le da actualmente, triplicaría la necesidad de energía en las ciudades.

Las personas con la capacidad de invertir en los dispositivos solares de la empresa pagarían tasas mínimas por su consumo, o podrían vender la energía extra que generen a las electrificadoras, mientras que estas proveerían a los millones de personas que no instalarán sistemas solares, pero cuya demanda energética crecerá.

Credito
EL NUEVO DÍA

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