En Japón los robots son compañeros de oficina

SUMINISTRADA - EL NUEVO DÍA
El crecimiento de la población de robots en Japón tiene una explicación muy curiosa para países como el nuestro: hay más puestos de trabajo que personas solicitándolo. Así, los robots aumentan la productividad sin afectar el empleo de las personas.

Aunque comúnmente se tiene una idea muy cinematográfica sobre la influencia que van a tener los robots en la vida diaria de las personas en las próximas décadas, lo cierto es que algunas de esas visiones de las películas de ficción, ocurren en algunos lugares del mundo.

Algo de eso sucede en Japón, donde robots de estos hollywoodenses se ven cumpliendo funciones de meseros en restaurantes populares, o transportando correspondencia en empresas, o atendiendo recepciones, lo que, además de asombrar a los desprevenidos, no deja de preocupar a muchos que empiezan a temer por la reducción de puestos de trabajo… para humanos.

Un mundo nuevo

Pero sucede que hay casos, precisamente como en Japón, en que el país ofrece muchos más puestos de trabajo que los que las personas están interesadas en cumplir y para suplir esa baja demanda laboral, los robots son la solución perfecta en muchos casos en los que son competentes.

A pocos kilómetros del centro de Tokio, junto al parque temático Disneyland, dos dinosaurios políglotas reciben a los huéspedes del “Henn-na Hotel” (”hotel extraño” en japonés), sin ningún humano a la vista.

En cada una de las 100 habitaciones, la pequeña “Tapia” -un robot de sobremesa- se pone a las órdenes de sus huéspedes: una simple petición, pronunciada en inglés o japonés, la lleva a encender o apagar la luz y la televisión o a dar la previsión del tiempo.

Un hotel de estas características -cuyo precio por habitación doble se sitúa entre los 127 y los 273 dólares consigue reducir el número de empleados necesarios a la mitad, dicen sus responsables.

Datos no muy claros

Un estudio del Foro Económico Mundial predijo en 2016 que la normalización del uso de robots e inteligencia artificial en el mercado laboral conllevaría la pérdida de más de 5 millones de puestos de trabajo en los 15 países más desarrollados del mundo de aquí a 2020.

En particular, los robots y sistemas de inteligencia artificial podrán desempeñar la mitad de los empleos disponibles en Japón para 2030, según otro informe publicado a finales de 2015 por el centro nipón de estudios Nomura Research Institute.

“Esto solo pasaría en ciertos sectores económicos e industriales”, comenta el canadiense Tim Hornyak, autor del libro “Amando a la máquina: el arte y la ciencia de los robots japoneses”.

Determinados empleos basados en el análisis de datos o en las operaciones sistemáticas podrían ser realizados con más facilidad por máquinas, como es el caso de recepcionistas, operarios de fábricas o guardias de seguridad.

Kaname Hayashi, fundador de la empresa japonesa de robótica Groove X, argu-menta que no hay razones para preocuparse por que los robots acaben “robando” los puestos de trabajo a las personas.

“Los humanos siempre han avanzado en la civilización a través del uso de herramientas. Los robots son herramientas. Es natural que los humanos exploten al máximo a los robots en el futuro”, añade el creador de Pepper, el primer autómata comercializado en serie capaz de interpretar emociones humanas.

Otra manera de ver el problema

La entrada de los robots en el mercado laboral podría solucionar la escasez de mano de obra en Japón: los últimos datos del Gobierno nipón arrojaban una cifra de 148 puestos de trabajo disponibles por cada 100 demandantes de empleo.

En cualquier caso, parece claro que los robots dejarán de ser protagonistas de la ciencia ficción para pasar a convertirse en compañeros de oficina.

Credito
JUAN MARTÍNEZ MARTÍNEZ

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