No solo habilidades digitales: el profesional debe ser integral

A la par de fortalecer las habilidades digitales, se debe hacer un esfuerzo para alcanzar otro tipo de capacidades personales que son importantes para un buen desempeño profesional.
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Frecuentemente y por diversos medios escuchamos que es requisito indispensable para el desarrollo profesional y para mejorar las opciones de empleabilidad, ser solvente en el manejo de habilidades digitales, y que por lo tanto es imperativo desarrollarlas o fortalecerlas.

Lo anterior es cierto. En el mundo de hoy que gira alrededor de la tecnología y lo digital, difícilmente una persona puede competir con posibilidades de éxito si no ha desarrollado tales habilidades, las cuales además, le permiten ser más productivo y ganar eficiencia en trabajos remotos.  

A su vez, y con mayor frecuencia en medio de la pandemia cuando se ha hecho más evidente lo interdependientes que somos, se insiste en la necesidad de no permitir que la tecnología nos lleve a perder de vista que ante todo somos seres humanos.

Para ello es preciso que a la par que trabaja en el fortalecimiento de sus habilidades digitales haga un especial esfuerzo para desarrollar otras habilidades que son importantes en su desempeño profesional.

Me refiero a características personales que le permitan establecer relaciones positivas con las demás personas, liderar empresas, resolver conflictos, tomar decisiones y alcanzar mayores logros.

También son estas las que harán que lo tengan en cuenta para ascensos, dirigir nuevos proyectos, permanecer en la empresa en momentos difíciles y convertirse en una persona de quien no querrán prescindir en la organización. 

Este grupo de habilidades, llamadas también habilidades blandas, no suelen ser enseñadas en los centros educativos, y por ello cada persona de forma individual y consciente, debe imponerse el esfuerzo de adquirirlas.

Por el gran impacto que tienen en su desempeño, las habilidades que sugiero trabajar con especial énfasis son:

La capacidad de escucha. No es suficiente oír, hay que ir más allá, tener una escucha activa que permita comprender la comunicación verbal y no verbal de los demás. Escuchar para comprender, no para contestar, expresar interés por el otro y ofrecer las mejores respuestas o aportes.

La capacidad de enfocarse y mantener la atención. La gran cantidad de distractores que se tiene, como celular, redes sociales, múltiples ventanas, los ruidos del entorno, etc. hacen perder la concentración y genera improductividad, pérdida de tiempo, demora en el cumplimiento de tareas y metas. Si quiere mejorar su desempeño fortalezca esta habilidad, le dará grandes satisfacciones.

La capacidad para controlar sus emociones. Enojarse, gritar, ser agresivo, no aceptar críticas, utilizar palabras vulgares, chistes o bromas de mal gusto, la ironía o el sarcasmo, proyectarán una mala imagen de usted y no le permitirán alcanzar sus objetivos. Difícilmente podrá liderar equipos o avanzar en su carrera si no es capaz de manejar sus propias emociones.

La capacidad para ser empático. Significa fortalecer una comunicación emocional, donde tenga en cuenta los sentimientos de los otros, ser capaz de mirar desde diferentes ángulos para entender mejor la actuación de los demás. Evitar el juzgar y la crítica destructiva y contribuir así a construir un clima laboral favorable al logro de metas.

Aquí conviene recordar una frase de Albert Einstein que mantiene su validez.

“¿Por qué esta magnífica tecnología científica que ahorra trabajo y nos hace la vida más fácil nos aporta tan poca felicidad? La respuesta es esta, simplemente porque aún no hemos aprendido a usarla con tino”

 

Asesora en Habilidades Blandas y Productividad Personal.

Credito
Martha Cruz.

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