Asocatol: hay desinformación sobre cabalgatas

Archivo / El Nuevo Día Las cabalgatas son consideradas por Asocatol parte del patrimonio cultural de la nación.
Crédito: Archivo / El Nuevo Día.Las cabalgatas son consideradas por Asocatol parte del patrimonio cultural de la nación.
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Son entre 1.000 y 1.300 equinos del Tolima, la Sabana de Bogotá, Antioquia y el Eje Cafetero los que van a designar para el trayecto.
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Integrantes de la Asociación de Caballistas del Tolima, Asocatol, mediante una rueda de prensa se pronunciaron respecto a la lluvia de críticas que genera el incluir la cabalgata en la celebración de las fiestas municipales.

El médico veterinario y vicepresidente de Asocatol, Andrés García, indicó que su objetivo es garantizar el bienestar de los caballos, por ello en esta oportunidad dispondrán de un equipo logístico y del apoyo de la Policía Nacional, además, aumentar el pie de fuerza, reducir el recorrido, disponer de veterinarios e instalar puntos de hidratación, lo considera suficiente para que esta actividad se desarrolle de la mejor manera. 

“Como caballistas queremos invitar a todas las personas que están en contra de la cabalgata que nos ilustremos de manera adecuada y con mucho gusto la Asociación de Caballistas del Tolima está para atenderlos y despejar todas las dudas desde la parte técnica; además, los invito a mi criadero y a todos los de Ibagué para que se den cuenta cómo se cuidan los caballos”. Sostuvo García. 

Sin embargo, con el paso de los años muchos ciudadanos al presenciar diferentes hechos consideran que este recorrido tiene muchos riesgos que afectan principalmente a los animales.

Así pues, Luis Arturo Ortiz quien comentó que lleva aproximadamente 30 años trabajando de manera independiente con caballos, afirmó que, “sí, en las cabalgatas normalmente hay muchos borrachos, pero que eso es en todas las actividades de las fiestas por tanto ahí está la Policía.

“En las cabalgatas todos hemos evolucionado, hace 30 o 40 años se hacían espectáculos pero eso cambió, además la doma hace que hoy en día hayan caballos más tranquilos más educados, porque antes se participaban con caballos de trabajo, lo que hoy en día no, el 90 % de ellos están entrenados para eso”.

Suministrada Edilberto Hernández / El Nuevo Día. Andrés García, vicepresidente de Asocatol y veterinario, dio declaraciones sobre las cabalgatas.

 

Rentabilidad 

Dejando a un lado las posibles acciones que puedan atentar a los equinos, los asociados también abordaron el desfile como una oportunidad para reactivar su economía como lo vienen realizando otros gremios de la ciudad.

Así pues, Ortiz expresó, “somos unos generadores de economía muy grandes porque 15 días antes se necesita darle más comida al animal, más vitaminas; se le pone herradura, lo que puede costar $60 mil por caballo, entonces un herrero puede atender unos 200; cuánta plata no le queda antes de la cabalgata.

“Asimismo pasa con el que los transporta, el que los cuida, el veterinario que los asiste, entonces quien vaya a montar ese día no solo está invirtiendo $120 mil que vale la entrada, sino que hay por lo menos un millón de pesos invertido. 

“Entonces no es que sea un capricho del Alcalde sino que hay muchas personas interesadas en gastar dinero ese día y necesitamos dinamizar la economía”.

Ante lo anterior, García dijo que, “El caballo criollo colombiano aporta al producto interno bruto $6 billones siendo el producto interno bruto el 6.6 por lo que considera que el gremio caballista es importante, e Ibagué es la única que no se ha reactivado en este gremio”.

 

Diferentes posturas

A pesar de que Asocatol considera estar capacitado para el desarrollo de la cabalgata, otros veterinarios y protectores animales de la región tienen otra forma de ver la situación.

Yurani Vanegas como activista dijo, “quiero velar por la protección de los animales y con el pasar del tiempo las cabalgatas no han sido algo que valga la pena, por ejemplo, en Icononzo hubo un maltrato serio, además, en Ibagué hay un acuerdo donde la administración debió reglamentar las cabalgatas pero no lo hizo”.

Por tanto, mediante una petición esta activista solicitó que la cabalgata desde donde empiece y termine las personas no consuman licor, se le dé una charla sobre protección animal a las personas, como también espera que la policía haga valer los controles; igualmente, que al finalizar los caballos regresen a sus dueños de forma oportuna.

El veterinario Oscar Jiménez y exdirector del Centro de Atención y Protección Animal, Capa, como ya lo había hecho en una oportunidad ante este medio, indicó que más que la distancia que van a recorrer los caballos en la ciudad, el problema está en que la mayoría son transportados de sitios retirados lo que representa un cansancio para los equinos.

También indicó que por más rápido que sea un especialista en esta especie el análisis de cada uno dura alrededor de 20 minutos o más, por tanto, analizar más de 1.200 caballos el tiempo no va a alcanzar. 

“En cuanto al tema lucrativo eso es como lo que pasa con el toreo y las peleas de gallo, y no es por ser una persona pesimista pero durante años atendí las emergencias después de los recorridos, y los medios también han registrado cómo resultan caballos abandonados después del recorrido, en medio de disparos, peleas y demás”, puntualizó Jiménez.

 

Plan estratégico para el recorrido

Según lo anunciado por el Vicepresidente de Asocatol, la cabalgata sale del colegio Inem; posteriormente va a la carrera Quinta para terminar en las piscinas olímpicas, para un total de cuatro kilómetros de trayecto.

Cada 800 metros se instalarán puntos de hidratación; el primero a la salida y por toda la carrera Quinta en las calles 21, la 28, la 37 y el último en el punto de llegada.

Se espera una logística de 10 embarcaderos para bajarlos en tiempo récord; se dispondrá de médicos veterinarios especializados en caballos, además del equipo logístico y de la Policía Nacional.

Está prohibido que vayan dos personas por caballo, como también la participación de menores de edad.

No se le permitirá a los participantes de la cabalgata el uso de espuelas, fuetes, fustas, ‘taser’ o cualquier otro elemento que pueda lastimar el caballo.

 

Credito
REDACCIÓN IBAGUÉ

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