El ‘cóctel’ de aguas residuales en la comuna Siete

Hélmer Parra / EL NUEVO DÍA
Crédito: Hélmer Parra / EL NUEVO DÍAEn un desvío, las aguas residuales terminan en los linderos de algunas viviendas que, poco a poco, se han afectado por la dificultad con la red de alcantarillado.
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El problema que afrontan los residentes de la comuna Siete es de ‘vieja data’. Desde abril se han pedido soluciones profundas al problema de aguas servidas que ha generado profundas afectaciones a la salud y la economía en lo corrido del año.
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Para la comunidad de los barrios El País y La Ceibita, la cotidianidad en condiciones dignas no ha sido posible. Desde hace aproximadamente seis meses, las ‘aguas servidas’ han contaminado y permeado sus calles por cuenta de múltiples fallas en la red de alcantarillado.

Con anterioridad, EL NUEVO DÍA había reportado la misma dificultad el pasado 20 de abril, donde había un disenso por cuenta de las acciones sobre la zona entre un contratista que la Gobernación había dispuesto, Asfaltemos S.A.S., y la empresa Ibal.

Tiempo después, según la comunidad, las acciones sobre la red de alcantarillado terminaron en manos de la empresa de acueducto y alcantarillado, asunto que ha sorteado con intervenciones ‘específicas’.

Casi cinco meses después, en una visita realizada por esta redacción, se estableció que no solamente los nauseabundo olores continúan generando ‘sopor’ entre los habitantes, sino que las ‘aguas servidas’ bajan con buen caudal en los linderos de una comunidad que, poco a poco, ha empezado a verse comprometida en su salud por la dificultad.

La comunidad, además, afirmó que la mayoría de estas aguas terminan ‘empatando’ con el río Alvarado, uno de los más contaminados y que están dentro del Plan de Saneamiento y Manejo de Vertimientos (Psmv) de Ibagué, asunto por el que existe actualmente un disenso administrativo entre Cortolima y el Ibal por el pago de unos ‘rubros’.

Suministrada / El Nuevo Día
Por cuenta de la calamidad, algunos habitantes denunciaron que han proliferado las enfermedades.

 

¿Dignidad comprometida?

Con el pasar de los meses, la paciencia de la comunidad del sector ha llegado a su límite. Ante la impotencia por no ver una solución de fondo, varios residentes han tomado la iniciativa de emprender nuevos rumbos con el fin de salir del sector por los insoportables olores y condiciones inhumanas.

En diálogo con uno de los habitantes de la zona, éste mencionó que: “Hace unos días pedimos que arreglaran el alcantarillado y efectivamente vinieron, pero no arreglaron la red. Con las lluvias de la semana pasada, el tema se volvió a agravar”. 

Y agregó: “Las aguas residuales han traído enfermedades, hay personas que se han enfermado de gripa y fiebres altas. Además, los zancudos salen por las noches, por lo que representa un riesgo para los niños”.

Incluso, en diálogo con una de las viviendas afectadas por el paso de las ‘aguas negras’, indicó que durante las lluvias, el líquido residual ingresa a las viviendas. “Si uno le presta atención a las aguas, se puede ver ‘popó’, toallas higiénicas y hasta preservativos”.

Suministrada / El Nuevo Día
El ‘cóctel’ de aguas negras se compone, incluso, de preservativos y toallas higiénicas.

 

Olor insoportable y economía en ‘declive’

Ante la calamidad, diferentes sectores que componen a la comunidad han afrontado de diversas formas el ‘asuntico’ de las aguas servidas. 

Arnulfo Guzmán, administrador del club ‘Los Palmares’, indicó que con cada llovizna, las alcantarillas se vuelven a rebosar y colapsar. “Ese tema viene desde el trabajo de pavimentación que están haciendo sobre La Ceibita, por lo que se tapan las redes con material de arrastre”, mencionó.

A su vez, explicó que la JAC ha establecido diálogos con el Ibal, quienes acuden a realizar algunas acciones pero que, al poco tiempo, la dificultad en la red de alcantarillado vuelve a aparecer. 

“Se nos aproxima la temporada navideña, donde tenemos la esperanza de reactivar la economía definitivamente en el sector. Hay gente con voluntad que arregla la carretera, pero los chorros de aguas se llevan lo que sea. Además, las aguas terminan en la propia cabecera del río Alvarado”, apostilló Guzmán.

 

Dato

El barrio El País, uno de los más antiguos de la comuna Siete, es considerado por algunos estamentos como zona rural, mientras que otras entidades lo catalogan como zona urbana.

 

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Credito
REDACCIÓN IBAGUÉ

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