Una ceremonia inédita presidió Monseñor Miguel Fernando González Mariño en la capilla del Seminario Mayor de Ibagué, durante la misa de Domingo de Ramos, que da inicio a la Semana Santa y que debido al Coronavirus, por primera vez en la historia tuvo que ser a puerta cerrada.

El obispo de Ibagué, acompañado de los padres Miguel Muñoz, Mario García, Ferley Gómez y John Jairo García, así como las hermanas de las Dominicas de Nazareth, Rosa y Benedicta, realizaron una pequeña procesión con los ramos, desde el patio hasta el altar de la Capilla.

Monseñor inició la celebración del misterio pascual de nuestro señor Jesucristo, la pasión y resurrección y la entrada a Jerusalén, bendiciendo los ramos, para que quienes siguen exultantes a Cristo Rey lleguen por él y a él a la eterna Jerusalén.

Posteriormente el padre John García leyó el Santo Evangelio según San Mateo y se dio inicio al recorrido con las alabanzas y la posterior homilía.

Domingo de Ramos

El Obispo de Ibagué recordó el significado de la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, quien permitió por primera y única vez que lo aclamara el pueblo con vítores y cantos.

“Él, mucha veces en los evangelios aparece queriendo evitar cualquier protagonismo, en cambio hoy, (Domingo de Ramos) que es su última entrada a Jerusalén, porque a los pocos días subió al Calvario y a la cruz, ya sabía que iba a entregar su amor a nosotros. No es una historia con final malo, ni una tragedia, él entró feliz y sabiendo a qué iba.  

“Por ello la liturgia de este domingo, nos confronta entre los que vitorean a Jesús con fe pura y los que están allí siendo enemigos de Cristo y no entienden que tienen al Mesías delante de ellos”.

Misas a puerta cerrada

Sobre la eucaristía de este Domingo de Ramos, la cual da inicio a la Semana Mayor, monseñor González indicó que aunque se trató de “una experiencia totalmente inesperada y fuera de lo común, no reduce la fe”.

Además, recordó que el uso de las tecnologías permite a los fieles al catolicismo, a seguir los actos litúrgicos.

“Las celebraciones son las mismas y hemos comprobado a través de la conexión de nuestros fieles por la Internet, que hay mucha participación. 
“Además, la experiencia de seguir la palabra desde la casa y en familia, en estos momentos que son centrales para nuestra fe en Cristo que es nuestro salvador”.

Semana Santa inédita

La cuarentena exigida por el Gobierno nacional con el fin de evitar la propagación del Coronavirus obligó a que muchas actividades quedaran suspendidas y las personas aisladas y en sus casas, pero no por esto, según el obispo auxiliar, hay que perder la fe ni la razón y por ello Monseñor González Mariño invitó a los ciudadanos a aprovechar estos momentos.   

“Esta experiencia que es dura, es una forma de penitencia, y espero que todos los católicos así lo hayan vivido y ofrecido. No simplemente debe ser un fastidio o molestia el estar encerrado, sino ya que ocurre esta circunstancia que no es fácil, sea ofrecida a Dios.

“Así como él estuvo 40 días en el desierto, cómo no vamos a estar nosotros unos cuantos días encerrados en nuestra casa en donde podemos contar con las facilidades del hogar. Entonces, que se convierta en oración esta experiencia y luego como decimos sea para bien, para salir más llenos de fe y esperanza, con más cariño, con más capacidad de servicio, con gestos de verdad que nos ayuden a ser mejores personas, que esta sea una experiencia edificante para nosotros”.

Misas por Internet

Monseñor Miguel González invitó a los seguidores de la fe católica para que no se aparten de Dios y en cambio sigan la palabra mediante las redes sociales de la Arquidiócesis.

“Gracias a Dios tenemos estos medios electrónicos para transmitir las celebraciones, lo ideal es que se vean en directo y en los horarios que pide las liturgias para que las personas se unan de esta manera a vivir con toda fe y esperanza estos días santos”.



Dato

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