La culpa no fue de la vaca

Puede estar seguro el exalcalde que el cubrimiento y la divulgación de su caso no menoscaba la imparcialidad e independencia judicial. Será la justicia la que legitime el veredicto final basado en pruebas veraces

Perseguido y estigmatizado, así se siente el ingratamente recordado exalcalde Luis H. Rodríguez. En la más reciente audiencia en su contra en Ibagué renunció al derecho a guardar silencio y de alguna manera se desahogó de lo que seguramente debe tener entre pecho y espalda.

Tal vez, el exalcalde de Ibagué no haya asumido aún la gravedad del daño que se hizo a la ciudad con el atraco de miles de millones de pesos que iban con destino a los escenarios deportivos para los Juegos Nacionales del año 2015.

Que gracias a su pobre desempeño, tal vez sin medir las consecuencias, cercenó los sueños de miles de deportistas en la capital tolimense. Tampoco ha asumido que permitió el actuar de varios condenados que oficiaban como sus secretarios, colaboradores y asesores. Y que se convirtió en un ícono de la corrupción y de los corruptos de la administración pública en Colombia.

Luis H. no puede pretender que los medios no cubran este caso que representa un interés social y mediático por la gravedad de los hechos. Registrar el avance del proceso en su contra, las novedades, el cómo ocurrieron los acontecimientos que están probados, son parte de la obligación de informar; un derecho que tienen todos los ciudadanos y los mismos medios de comunicación. Es apenas lógico que la ciudadanía pida justicia y exija castigar a los responsables.

Puede estar seguro el exalcalde que el cubrimiento y la divulgación de su caso no menoscaba la imparcialidad e independencia judicial. Será la justicia la que legitime el veredicto final basado en pruebas veraces. Un caso tan delicado como este, tan documentado, con indicios contundentes, no puede quedar en la impunidad.

Muchos se lamentan de verlo derrotado. Argumentan que era “una buena persona”. También deben entender que todas las acciones de los seres humanos tienen consecuencias. En este caso el responsable no son los medios de comunicación ni los periodistas, sino quienes hicieron parte de esa empresa corrupta, porque solo pensaron en la avaricia, el dinero fácil y se dejaron llevar por el egocentrismo y la codicia desmedida. Los ibaguereños seguimos esperando que se haga justicia de forma implacable.

EL NUEVO DÍA

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