Reescribir la narrativa
Una de las grandes equivocaciones que hemos cometido los colombianos es que al contar nuestra historia prevalecen las derrotas, la violencia y lo luctuoso, de una forma tal que induce a pensar que es lo único que ha sucedido en estas tierras. Es el relato de la fatalidad. Y para terminar lo que pareciera ser un propósito casi satánico, las únicas victorias que celebramos son las de tipo militar.