El Covid-19 es una realidad, ¿y después qué?

José Adrián Monroy

Nadie tenía entre sus cuentas la situación que tendríamos que enfrentar; porque a pesar de la cruda realidad de países como Italia o España, en donde las cifras de muertes cada 24 horas es escalofriante, se pensaba como siempre, que aquí nada nos pasaría o que el terrible coronavirus en nuestro país no sería tan implacable. 
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Solamente en Bogotá, donde decretaron el confinamiento en casa por todo el fin de semana, puesto que es la ciudad con mayor número de contagiados, muchos creyeron que la solución era irse de la ciudad para hacerle el quiebre a la medida, como si fuera un puente festivo más. ¡Qué ignorancia y qué falta de sentido común!, es inaudito que alguien a estas alturas no tenga la conciencia de lo que estamos viviendo y el riesgo que tiene el actuar de manera irresponsable.

Sin embargo, ante la inminente llegada del virus, y más allá de seguir hablando del número de casos confirmados, que día a día va en aumento, es necesario que exista un esfuerzo de todos los sectores para salir de la profunda crisis que se avecina. El viernes pasado, el  Presidente Duque decidió aplicar aislamiento preventivo obligatorio en todo el país desde el martes 24 de marzo a las 23.59 horas, hasta el lunes 13 de abril a las cero horas. Una determinación pertinente y necesaria, pues es la única manera de evitar la propagación del virus. 

Pero, el hecho de que todos nos quedemos en casa genera unas consecuencias sociales imprevisibles e impone unos desafíos que deben ser analizados por el gobierno nacional, regional y local. Por ejemplo, el presidente debe ser impositivo al requerirle de urgencia  al sistema financiero que hagan una refinanciación de las deudas, que establezcan plazos muertos para los pagos de las cuotas o que hagan una condonación de los interés. 

A su vez, se tiene que hacer un llamado a las empresas prestadoras de servicios públicos para que apliquen descuentos en las tarifas con periodos de gracia mientras el confinamiento  termina. En materia tributaria es indispensable que desde la Gobernación se aplace la declaración y pago del impuesto a vehículos y  que la Alcaldía haga lo mismo para los impuestos predial,  industria y comercio.

También se debe pensar en todos los colombianos que se ganan la vida trabajando desde la informalidad, que viven del “rebusque” y del dinero que perciben a diario; aquellos que no tienen acceso a los bancos, ni vida crediticia, que se han visto obligados a  recurrir a los “gota a gota” con el fin de llevar un sustento para sus familias, para sobrevivir. ¿Qué pasará con ellos?

Aquí no se trata de querer todo regalado, ni más faltaba, se trata de unirnos ante la adversidad siendo justos y solidarios, apoyarnos entre todos es el camino que existe para que no estalle una crisis social sin precedentes. Estoy convencido de que saldremos adelante, que Dios nos bendecirá y será un gran triunfo para la sociedad. 

ADRIÁN MONROY TAFUR

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