Convivencia, más allá del Covid 19

Óscar Barreto Quiroga

En estos días de confinamiento, con una particularidad de circunstancias que vivimos, afloran las mejores y peores actitudes, es una oportunidad de estar cerca, en intimidad, soledad, solidaridad, palabras, historias y anécdotas, las redes sociales y el frenesí de esta vida moderna, nos dan unas nuevas formas de relacionarnos, de actuar, pero también esta situación nos pone a prueba, de reconocimiento de tolerancia, de respeto por la diferencia, de capacidad de asimilación de crisis, de resolución pacífica de conflictos y sobre todo de resiliencia. 
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Heidegger, expuso una categoría que denomino “Lo a la mano” una gran exposición sobre lo que nos es útil y su función, de lo cual perdemos la noción de su importancia, lo que se nos va volviendo invisible, porque hace parte del uso diario, el bombillo prende, el interruptor se hizo para prender el bombillo, en fin, pero cuando el bombillo no prende o el interruptor se daña reconocemos su importancia, esta categoría “lo a la mano”, nos hace entender que las cosas existen cuando dejan de prestar la utilidad para la que fueron hechas, que son importantes; en este contexto esta situación del coronavirus, nos ha llevado a tener conciencia plena de la importancia de cada gesto, de cada abrazo, del beso, del mirar a los ojos, de la libertad para movernos, del todo, de cada cosa, de cada ser y por supuesto la importancia de la familia, de los amigos, los que nos toleran, soportan, con los que discutimos, lloramos, a los que llamamos, con los que hablamos todos los días y creemos siempre van a estar ahí. 

Por eso más allá de los sentimientos negativos, de la intolerancia, del odio, de lo irascibles que nos ponemos, por no poder hacer lo que queremos, en familia debemos buscar los buenos sentimientos, tener una sana convivencia, respeto por el pensamiento diferente y mucho amor, para que la categoría de “lo a la mano” no nos sorprenda con un familiar o amigo y entendamos solo en ese momento, su gran importancia para nuestras vidas. La hija del presidente del Banco Santander Portugal, fallecido por coronavirus, escribió “somos una familia millonaria, pero mi papá murió solo y sofocado, buscando algo tan simple como el aire. El dinero se quedó en casa”. 

OSCAR BARRETO QUIROGA

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