Costos de prolongar la cuarentena

Rafael Nieto Loaiza

La Alcaldesa de Bogotá afirmó que “debemos mentalizarnos para estar en cuarentena por lo menos tres meses más” y que debemos “prepararnos para apagar nuestra economía”. A López se le fueron las luces gravemente.
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Porque cualquier anuncio sobre la prolongación del confinamiento debe darlo solo el Presidente, el único competente; porque en este momento no hay información suficiente para tomar semejante decisión; porque la propuesta genera aún más angustia y temor en una población que tiene ya mucho miedo; porque la prolongación de la cuarentena general debe ser la última de las opciones, solo si no hay alternativa; finalmente porque “apagar la economía” tendría un costo probablemente peor que el de la pandemia.

En el siglo XXI, en Colombia los pobres pasaron de ser el 50% del total en 1999 al 27% en 2018 y la pobreza extrema bajó del 22% al 7%. En consecuencia, tenemos una clase media equivalente al 30% de la población.

Hasta acá muy bien, pero según el DANE, “si una familia [de cuatro miembros] genera más de un millón de pesos ya no es pobre”. Y de los 22,4 millones de empleados que hay en el país, solo el 12% gana más de dos salarios mínimos y el 47% recibe apenas uno. Es decir, nuestra clase media está pegada con babas.  

Con la crisis, Fedesarrollo prevé que, en el mejor de los casos, el desempleo saltaría del 10,5% al 13,3% y, en el peor, al 19,5%. Cada punto equivale a 240 mil personas, es decir, perderán su empleo entre 672.000, como mínimo, y 2.160.000 personas. El 87% de nuestros empleados gana dos salarios mínimos o menos. La mayoría estará entre ellos y caerá en la pobreza. Y muchos arrastrarán consigo a su núcleo familiar que, en nuestro país, es en promedio de cuatro personas.
 
Por otro lado, resalto que el 96% de las empresas en Colombia son mipymes y que el 80% de los trabajos provienen de ellas. Son muy pocas las que aguantarán una prolongación de la cuarentena general.

Si la crisis se aborda desde la informalidad el asunto es aún peor. Alrededor del 47,3% de los colombianos son informales. Son ciudadanos que si no salen a la calle no tienen para comer. Una tragedia. 

Y sí, las ayudas sociales alivian algo, pero ni llegan a todos los que hoy las necesitan ni son suficientes ni si se pueden sostener en el tiempo. 

Sí, la propuesta de Claudia López es inviable.

RAFAEL NIETO LOAIZA

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