Gobierno vs ONU

Hugo Rincón González

La mesa está servida, el debate sube de intensidad por los intereses de algunos sectores de querer por arte de magia borrar o ignorar lo que es una verdad inocultable.
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El informe anual de la Alta Comisionada de la ONU para los derechos humanos sobre Colombia fue el detonante, las cifras y las observaciones del mismo no le gustaron al gobierno del presidente Duque y por supuesto a su partido, el Centro Democrático, que enarboló inmediatamente y con furia una campaña a través de las redes sociales que propone la salida de las naciones unidas del país. Esta iniciativa promovida por el tristemente célebre Ernesto Macías, el de la “jugadita”, es un despropósito.

¿Pero qué no le gustó al gobierno del presidente Duque del informe? Que el mismo exprese que “continuamos observando en 2019 la persistencia de altos niveles de violencia que generan graves violaciones a los derechos humanos”. ¿Será esto una mentira? Las cifras son demoledoras y tozudas. Durante 2019 ocurrieron, según este documento, 36 masacres en el país, la cifra más alta desde 2014. Esta espeluznante información hace que los críticos de las actuaciones del Gobierno nacional hagan el planteamiento que el país retrocedió a épocas que ya se habían superado, donde la violencia campeaba por la geografía nacional.

Así al gobierno no le guste el informe de la Alta Comisionada de la ONU, éste es el producto del trabajo de un año de observación, acompañamiento, discusiones y análisis con el Estado, tanto a nivel nacional como departamental y con las organizaciones de la sociedad civil. Para llegar a los resultados se realizaron 1.151 misiones al terreno, 376 capacitaciones y 250 seguimientos a violaciones a los derechos humanos.

Para evitar las tendenciosas afirmaciones de sesgo ideológico que el partido de gobierno le quiere hacer a la ONU, el informe se basa en muchos encuentros con instituciones entre las que se deben destacar: la Fiscalía, Defensoría del Pueblo, autoridades locales, Procuraduría General de la Nación, el Mindefensa, la Corte Constitucional, la Agencia Nacional de Tierras, Minsalud, personerías, Juntas de Acción Comunal, autoridades indígenas entre otras. Es decir las cifras no son sacadas como hacen los magos en sus trucos de una chistera, sino que son serias y soportadas de fuentes oficiales y de la gente que vive en la Colombia profunda.

El informe llama la atención sobre la presencia del Eln. Señala que este grupo insurgente continuó incurriendo en infracciones al Derecho Internacional Humanitario en las regiones en las que tiene presencia como Norte de Santander, Arauca, Antioquia, Chocó, Cauca y Nariño.

Plantea igualmente “como el Clan del Golfo, los Caparros y la mafia, así como otras organizaciones criminales transnacionales, emplean extrema violencia en la disputa por el control de las economías ilícitas”. Esto sucede en regiones como Guajira, Magdalena, Córdoba, Antioquia, Chocó, Valle del Cauca, Huila, Nariño, Putumayo y Guainía.

Llama la atención sobre aspectos tan álgidos como que: “Hubo un incremento en la utilización de niñas y niños por parte de grupos criminales y otros grupos violentos, así como reclutamiento forzado por el Eln”. Además que tres niñas y cuatro niños fueron asesinados como consecuencia de los bombardeos contra grupos violentos.

El informe sugiere que “los esfuerzos para establecer una presencia integral del Estado en todo el país, en particular autoridades civiles, deberían ser incrementadas, especialmente en zonas rurales”. ¿Es incorrecta esta recomendación, cuando lo que la gente que vive en las zonas más alejadas y olvidadas solicita, es que el Estado llegue no solamente con tropas sino con soluciones a sus problemas más sentidos?

Sobre el Acuerdo de Paz, la Alta Comisionada reitera en el informe la importancia de continuar avanzando en su implementación, especialmente en las zonas rurales, además que continúe recibiendo el apoyo y compromiso de la sociedad y autoridades colombianas, así como de la comunidad internacional. ¿Es nociva esta recomendación que busca que se consolide una paz estable y duradera en el país? ¿A quienes no les sirve este punto?

El informe ha generado un tono altanero del presidente Duque rechazando muchos aspectos y hablando de injerencia indebida, así, busca quitarle legitimidad a la presencia de la ONU en el país. Grave que esto pase…

HUGO RINCÓN GONZÁLEZ

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