¿Gazapos, lapsus o estrategias políticas de alto nivel ?

libardo Vargas Celemin

El gobierno se ha caracterizado por las polémicas recurrentes en que aparecen comprometidos altos funcionarios, quienes lanzan afirmaciones generando controversias que tienen el mismo libreto: los funcionarios implicados se disculpan (muy pocos) o dan explicaciones y reclaman que fueron citados fuera de contexto, pero su defensa termina por reafirmar lo que piensan.
PUBLICIDAD

Uno se pregunta si realmente han sido Gazapos o Lapsus las equivocaciones de la señora Vicepresidenta o si sus afirmaciones obedecen al desconocimiento de una realidad nacional. Sin embargo, su última intromisión parece aclararnos la intencionalidad de sus despistes. Ella, como “alfil” de un gobierno carente de políticas serias de empleo, tiene la tarea de generar debates para explorar la reacción de la gente y abrir caminos para direccionar la Educación Superior hacia los programas de las llamadas “ciencias duras”, en detrimento de aquellas profesiones humanísticas.

Las aseveraciones sobre las psicólogas y sociólogas son un veto tácito a los desarrollos de las ciencias humanas, porque ellas generalmente interactúan en el seno de las comunidades marginales y buscan soluciones para mejorar las condiciones de vida de los más necesitados. Por eso son estigmatizadas y se les considera un peligro para el establecimiento. Esta situación no es nueva, desde hace unos años los gobiernos le han declarado la guerra a la sociología y a programas afines, porque su visión del desarrollo se basa exclusivamente en la productividad material y olvidan que el hombre, no solo necesita de los artefactos del consumismo, sino también de acciones para potenciar su proceso mental, social y artístico.

Razón tiene el Colegio Colombiano de Psicólogos cuando afirma: “Seguramente lo que pretende el gobierno con esta declaración es seguir justificando los pésimos salarios y precarias condiciones laborales que sufren actualmente, no solo los psicólogos y sociólogos, sino todos los profesionales del país”. Es evidente la doble moral de este gobierno que, por un lado estimula a la juventud a ingresar a determinadas carreras rentables, y por el otro, impulsa la flexibilidad laboral para los nuevos profesionales con salarios indignos.

Antes que hacer “marrullas” el gobierno debería asumir con gran responsabilidad los retos existentes. Sus altos funcionarios deberían ser moderados en sus declaraciones y ahondar en el conocimiento de la historia y la realidad actual. En Colombia, a pesar de que persiste la falta de una cultura política, hay amplios sectores a los que no se le puede engañar tan fácilmente.

Los altísimos índices de enfermedades mentales y los complejos problemas de inequidad, desempleo, inseguridad y violencia, que cada día registran aumentos exponenciales están indicando que lo mínimo que debe hacer el gobierno es apoyar investigadores sociales (psicólogos, sociólogos y demás), pagarles un sueldo digno y exigirles soluciones para la reconstrucción del país que soñamos.

LIBARDO VARGAS CELEMIN

Comentarios