En la actual situación de aislamiento, soledad e incertidumbre, los ciudadanos están ávidos de conocer aquello que sucede a su alrededor, lo cual los lleva a consultar de manera permanente e indiscriminada los medios de comunicación y las redes sociales. Es por eso que la información (verdadera y falsa) se propaga con tal velocidad que, en muchos casos, no permite que quienes la obtienen puedan discernir las noticias reales de aquellas que no lo son. Por las redes sociales circulan numerosas mentiras, disfrazadas de noticias, que anuncian mercados, subsidios, antídotos para el coronavirus y fumigaciones nocturnas, mientras que otros inescrupulosos aprovechan la profusión de mensajes para enviar anuncios maliciosos, con el propósito de obtener claves de cuentas bancarias de los incautos o enviar virus para infectar equipos de cómputo, y otras estratagemas similares multiplican por doquier.
Es por eso que los gobernantes, las entidades de salud y los medios de comunicación, que tienen la responsabilidad de entregar información orientadora, veraz y eficaz, han de extremar las precauciones para no caer en contradicciones, crear pánico y contribuir a la desinformación. En las redes sociales circula un video difundido el martes de la semana pasada del alcalde de Ibagué, Andrés Hurtado, en que asegura: “Es una realidad que esté en nuestra ciudad esta pandemia, es una realidad que tengamos contaminados en la ciudad a más de 100 personas y cada vez crece más”. Tal declaración representa una evidente discrepancia con las cifras entregadas por el Ministerio de Salud, que para ese día había reportado ocho casos de personas contagiadas por el Covid-19 en Ibagué. Ayer, domingo, el mandatario local trató de rectificar sus palabras, y aseguró que se refería a que existen 140 casos sospechosos en nuestra ciudad. Además, argumentó que con sus afirmaciones solo busca generar conciencia entre los ibaguereños.
Desconocemos si las declaraciones del Alcalde están soportadas en informaciones del Ministerio de Salud o corresponden a los reportes que le entregan las autoridades sanitarias locales, pero lo cierto es que ese manejo no contribuye en nada a sobrellevar la crisis. Estas salidas, sumadas a sus permanentes anuncios erráticos, contradictorios y faltos de claridad, agravan la situación de incertidumbre en la que nos encontramos sumidos.
Por tratarse de una figura pública investida de autoridad, el mandatario de los ibaguereños está en la obligación de medir el alcance de sus palabras, ya que sus mensajes ocasionan un impacto superior y diferente al que pueden causar las afirmaciones de cualquier ciudadano. En esta tarea sus asesores de comunicaciones han de estar orientándolo para que brinde la información de manera responsable, correcta, eficaz y en el momento oportuno.
Es conveniente que el Alcalde tenga en cuenta una de las recomendaciones del Ministerio de Salud para esos días de aislamiento, “Tómate un minuto para pensar”, antes de ofrecer declaraciones a los medios de comunicación o hacer anuncios a través de las redes sociales.
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