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“El supuesto cliente nos confirmó el número y la cantidad a enviar, incluso nos mostró en su celular que sí estaban bien los datos. Después nos mostró la imagen de la transacción y luego llegó el mensaje a nuestro celular. En la plataforma no se reflejaba el pago, pero como en ocasiones el dinero tarda hasta 15 minutos en ingresar, confiamos y le entregamos la mercancía”, contó Kevin Sanabria.
Como el tiempo pasó y el dinero no se veía reflejado en la cuenta, el muchacho revisó el mensaje y aunque era muy parecido al que envía la aplicación, era un mensaje falso. Perdió audífonos, cabinas de sonidos, parlantes, entre otros.
“Nos sentimos muy mal (...) me preocupa mucho que ustedes quieran emprender y ‘pum’, salga el diablo a no dejarte crecer”, indicó la víctima.
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