Perfil de Alfonso Cano

SEMANA
Guillermo León Sáenz Vargas, alias ‘Alfonso Cano’, nació en una familia de clase media alta en Bogotá.
Su madre era una profesora y su padre un agrónomo. Era el quinto de siete hermanos y sus primeros años de adolescencia los pasó entre libros y discusiones políticas.

Asumió como jefe máximo de las Farc luego de que Pedro Antonio Marín, alias ‘Manuel Marulanda Vélez’ o ‘Tirofijo’, líder de esa guerrilla, muriera en marzo de 2008, según lo anunció el Gobierno nacional en su momento.
El 25 de mayo de ese mismo año, las Farc confirmaron mediante un comunicado, la muerte de ‘Tirofijo’ y el nombramiento de Cano.

Casi 30 de sus 63 años de vida, Guillermo León Sáenz Vargas los pasó al interior del grupo armado ilegal en el que además de líder del secretariado fue también cabecilla del Bloque Occidental de esa guerrilla, cuyos frentes hacen presencia en el Macizo colombiano y cuyo accionar ilegal está en el oriente del Cauca, el norte de Nariño y Putumayo, al igual que en el sur y el occidente del Huila así como en el Tolima.


Alias ‘Alfonso Cano’ adelantó estudios de Derecho y de Antropología en la Universidad Nacional de Colombia, sin terminar.


En esta universidad fue precisamente en donde ‘Cano’ profundizó en su interés por la historia y política.

Esa fue precisamente la corriente que lo llevó a convertirse en uno de los líderes de las Juventudes Comunistas, Juco, brazo juvenil del Partido Comunista Colombiano.

‘Cano’ era igualmente considerado una de las cabezas del clandestino Movimiento Bolivariano de la Nueva Colombia, cuyo lanzamiento se cree, fue el 29 de abril de 2000 y del Partido Comunista Clandestino o PC3.


De este hombre las autoridades ya habían tenido noticias luego de que fuera detenido por la Policía nacional en Bogotá a finales de los 70, en momentos en que causaba destrozos contra bienes particulares durante una protesta en contra del sistema. Importantes miembros de la Juco, de ese entonces fueron quienes lograron su libertad.


En 1981 asume las finanzas de las Farc por lo que fue detenido en Bogotá. Allí en un allanamiento le fueron encontrados cerca de 50 mil dólares entre los que habían algunos billetes falsos. Esto le valió su reclusión en La Modelo donde se preocupó por pulir su accionar político contra el Estado.


En 1982 cuando sube el presidente Belisario Betancur con la bandera de la paz, Cano sale amnistiado.

Duró poco tiempo en Bogotá antes de que decidiera, de una vez y para siempre, quedarse en las montañas, como guerrillero. No tuvo que hacer carrera en ningún frente, ni someterse a combates con el Ejército. Llegó directo a Casa Verde, el campamento de los comandantes de las Farc, que estaba ubicado en La Uribe, Meta.

Su ascendencia en las Farc en gran medida se debió a su cercanía con el ideólogo de la guerrilla Jacobo Arenas, cuando este buscó sacar adelante la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar, Cgsb.


Tras la muerte de Arenas en 1990, ‘Cano’ llegó al Secretariado, la máxima instancia de la organización guerrillera.


Entre sus cargos también estuvo el mando del Bloque Occidental, que operaba en oriente del Cauca, norte de Nariño y Putumayo, sur y occidente del Huila, y en el Cañón de las Hermosas, en Tolima.


Fue en el Tolima donde se refugió durante años, con personajes como Pablo Catatumbo.  

‘Cano’ encabezó los diálogos que las Farc tuvo con el gobierno en Caracas, en 1991, y en Tlaxcala, México, en 1992. Sin embargo, en los diálogos del Caguán no fue tan notorio su papel.    

Sobre ‘Cano’ existían cerca de 200 órdenes de captura proferidas por fiscales de las unidades nacionales de derechos humanos, antiterrorismo y antisecuestro, como por fiscales del Meta, Tolima, Huila, Caquetá, Putumayo y Cundinamarca.

Como ideólogo político de las Farc llegó a encabezar la delegación negociadora que viajó a Caracas en 1991 y Tlaxcala, México, el año siguiente, 1992.

Durante los diálogos de paz del Caguán adelantados con el gobierno del entonces presidente Andrés Pastrana, mantuvo un bajo perfil.


En contra de éste, el nuevo jefe de las Farc, pesaba una condena a 40 años de cárcel por ejecutar a 40 guerrilleros que fueron sometidos a juicios de guerra por faltas disciplinarias según fuentes judiciales. Esta condena, sin cumplir, fue dada a conocer a principios de 2008.


La vida delictiva del ideólogo de las FARC

Como miembro de la cúpula de las FARC, Guillermo León Sáenz Vargas había sido sindicado de los principales hechos terroristas por los que la Fiscalía ha responsabilizado al conjunto del secretariado de las FARC.


Las tomas guerrilleras de los 90, la masacre a Bojayá, mayo de 2002, el atentado al Club El Nogal, febrero de 2004, y los secuestros a dirigentes políticos y contratistas estadounidenses.


Doscientas órdenes de captura habían sido emitidas en su contra, así como una “circular roja” de la Organización Internacional de la Policía Criminal, Interpol, bajo cargos de rebelión, terrorismo, homicidio y secuestro.


Otra de las famosas condenas en su contra fue la de 40 años de cárcel por ejecutar a 40 guerrilleros de un campamento ubicado en zona rural de La Uribe, Meta, quienes fueron sometidos a juicios de guerra por faltas disciplinarias, según fuentes judiciales. Esta condena fue dada a conocer a principios de 2008.


Más sanciones

De acuerdo con la Fiscalía General de la Nación, desde el 2008 cuando ‘Cano’ asumió la comandancia de las FARC, había sido condenado en cuatro ocasiones a 40 años de prisión por delitos como masacres, homicidios y secuestros.


Primero, por su responsabilidad en el atentado contra el Club El Nogal de Bogotá, ocurrido el 7 de febrero de 2003. Allí 36 personas fallecieron y otras 158 resultaron heridas.


Otra de las condenas fue emitida como responsable de los delitos de secuestro extorsivo, homicidio agravado y rebelión por hechos ocurridos en julio de 1999. En ese entonces, las FARC atacaron el municipio de Puerto Lleras, Meta, causándole la muerte a 10 civiles y 11 policías, unos 28 uniformados fueron secuestrados en dicho operativo.


Por su responsabilidad en la masacre de Tierra Alta, ocurrida entre el 22 y el 29 de mayo de 2001, fue emitida la otra condena a cuatro décadas de prisión. En esa fecha, las FARC asesinaron a 22 personas por su presunta colaboración con grupos de autodefensas.


La última condena reseñada por la Fiscalía, corresponde a los delitos de homicidio agravado, secuestro extorsivo y terrorismo, relacionados con la toma guerrillera de Mitú, capital del Vaupés, ocurrida entre el primero y el 3 de noviembre de 1998, donde murieron 43 personas, entre civiles y miembros de la Fuerza Pública.


Así mismo, según documentos del ente investigador, en contra de Cano pesaba una condena de 39 años de prisión y el pago de 20 mil salarios mínimos mensuales, por hechos ocurridos el 2 de mayo de 2002  en Vistahermosa, Meta, donde fue asesinado un menor de 14 años.


Dicha condena fue emitida por la responsabilidad de ‘Cano’ en los delitos de homicidio en persona protegida, actos de terrorismo, y utilización de medios y métodos ilícitos para la guerra y rebelión.


Finalmente, otra de las condenas que se han conocido en contra del extinto jefe de las FARC, señala que éste debía pagar una pena de 17 años y cuatro meses de prisión.


Los hechos por los que fue condenado obedecen a un ataque de las FARC a una comisión de la Fiscalía que se encontraba de visita el 27 de noviembre de 2002 en el sitio La Roncona, jurisdicción de San José de Apartadó, Antioquia.


Dos investigadores resultaron heridos y la condena fue emitida por los delitos de tentativa de homicidio agravado y rebelión.

Credito
COLPRENSA

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