Crisis interna

ARCHIVO - EL NUEVO DÍA
Analistas consideran que con la muerte de ‘Cano’ se da un importante y significativo avance hacia la paz.

La muerte de Guillermo León Sáenz, alias ‘Alfonso Cano’, máximo jefe de las FARC, es sin duda alguna el golpe más duro que ha recibido esa guerrilla en los últimos años, incluso por encima de las muertes de Jorge Briceño, alias ‘El Mono Jojoy’, y de Víctor Julio Suárez, alias ‘Raúl Reyes’. Por lo menos así lo consideran analistas como Alejo Vargas, Alfredo Rangel y el ex comisionado de paz Víctor G. Ricardo.

La razón es que ‘Cano’ fue quien logró asumir el mando de las FARC tras la muerte de ‘Manuel Marulanda Vélez’ o ‘Tirofijo’, como se conoció a quien fuera por décadas el máximo jefe de esa guerrilla.


La lectura de Vargas apunta a considerar que ‘Alfonso Cano’ pudo lo que muchos consideraban imposible: mantener unificada la guerrilla, duramente golpeada por el accionar de las fuerzas del Estado. Lo que se viene ahora para las FARC y para su estructura interna, considera, es una lucha interna, un problema de tensiones por establecer quién puede ser el sucesor.


“Eso va a tomar tiempo, va a generar dificultades para la guerrilla”, agregó. Para Vargas es claro que aún la guerrilla no se ha recuperado de tan certeros golpes, como lo fueron la muerte de ‘Reyes’, la de ‘Iván Ríos’ o la de ‘Jojoy’: “esto afectará duramente los aspectos políticos de esa guerrilla y de la tropa en general”.


Lo cierto es que a pesar de la rudeza de este golpe, tal como lo considera el excomisionado de paz, Víctor G. Ricardo, no se puede decir que las FARC estén derrotadas, aunque sí cree que “el país está más tranquilo con este duro golpe para la moral de la guerrilla”. El excomisionado, de paso, hizo un llamado de atención a los insurgentes que se mantienen en armas, para que entiendan que es hora de desmovilizarse.


Para el también analista Alfredo Rangel, la muerte de ‘Cano’ ubica a las FARC en una profunda crisis de liderazgo, no sólo por tratarse de la muerte de su comandante en jefe, sino de la muerte del último de sus líderes históricos: “Cualquiera que sea el relevo no va a tener la legitimidad necesaria”, auguró, al desestimar que cualquiera que sea quien asuma la comandancia de la guerrilla pueda lograr en corto plazo colmar las expectativas de erigirse como jefe máximo.


“Ninguno de los guerrilleros que pueden suceder a ‘Cano’ tiene el ascendiente dentro de ese grupo guerrillero”, puntualiza Rangel, quien por eso considera que con la muerte de ‘Cano’ se da un importante y significativo avance hacia la paz.


Dicha afirmación la hizo tras manifestar que contrario a lo que muchos pensaban, ‘Cano’ era un hombre radical e intransigente, quien en varias oportunidades se opuso al avance de diálogos en la zona de distención del Caguán, en Caquetá. “Esta es una demostración de que la presión armada da frutos”, concluyó Rangel.



Credito
COLPRENSA

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