“Desde la rabia y la tristeza”: así inicia el pronunciamiento de la Coordinadora móvil Simón Bolívar que hace referencia a la muerte de alias ‘Alfonso Cano’, que supone una pérdida de “un amigo”, pero no de la resistencia armada, por lo que hace un llamado a seguir los pasos del jefe ­guerrillero.

“Alfonso, es nuestro deber no doblegar, aguantar, multiplicar, organizar y actuar. Cada cuadro político, cada cuadro revolucionario, cada militante, cada simpatizante debe fomentar tu ejemplo. ¡Jamás morirás! Y sí, sin ningún temor ni vergüenza diremos al mundo ¡Viva Alfonso Cano! ¡Viva Marulanda! ¡Viva las FARC-EP!”

El grupo subversivo reitera la necesidad de fortalecer la ideología armada en “cada camarada, de cada vecino, de cada niño, de todos nosotros”  para “combatir” al Estado, pues con “sus medios de comunicación así como con sus bombas y balas” merman las filas del frente guerrillero.

El comunicado refiere a que el Estado “enemigo” no pudo “doblegar ni con su seductor sistema capitalista, ni con sus alienantes cantos ni modas, ni con el terror de sus armas” el espíritu ‘Cano’, por lo que “el enemigo recurrió a suprimirlo, a asesinarle, a eliminarlo físicamente. Y con él intentan eliminar la dignidad de todo un pueblo que no se rinde”, continúa.

La columna móvil reitera la responsabilidad de los países extranjeros de las “aberraciones” que, al parecer, comete el Gobierno, “pues sus mentes y corazones ya le pertenecen al enemigo”.

Al finalizar el pronunciamiento, la Coordinara Simón Bolívar hace un llamado desde la “Tierra de los Libertadores” a continuar en pie de lucha pues “siempre actuaremos por un mundo mejor, de igualdades y justicia para todos. La siembra en combate, desigual y desproporcionada, de nuestro gran camarada, no nos desalienta. Por el contrario, nos impulsa a fortalecernos, a multiplicarnos, para seguir ­luchando”.

ANNCOL SE PRONUNCIA
La página oficial de las FARC emitió un comunicado en el que califica la muerte de Guillermo León Suárez como un asesinato a manos del “régimen colombiano” .

Según la publicación, el líder guerrillero fue “cazado y murió­ combatiendo, como un guerrillero raso más, mientras que quienes lo mandaron a asesinar, la élite dorada, jamás subieron al monte ni han puesto a uno sólo de sus hijos al frente de la batalla”.

El escrito afirma que el “asesinato” de ‘Cano’ se veía venir, pues más de seis mil tropas cercaron al insurgente en el Sur del Tolima y Cauca y, que con “bombardeos indiscrimandos”, tropas del Ejército desembarcaron y la “orden fue de asesinar, no de capturar”.

También hace énfasis en que estas acciones por parte del Estado obedecen al “llamado Plan Burbuja, según el cual hay que golpear a los mandos guerrilleros para provocar un proceso doble: por una parte, estimular las deserciones, por otra, producir un fenómeno de “bandolerización” por la pérdida de los mandos político-militares y desestructuración de la cadena de mando (lo último implica que lo que realmente preocupa a la oligarquía no es ni la violencia ni la seguridad de los ciudadanos, sino conservar el poder a toda costa)”.

Resalta que “la muerte de Cano es un golpe militar indudable a la insurgencia, que por primera vez sufre la baja de su líder máximo. No solamente es un golpe por el enorme aprecio que le tenían los insurgentes, sino por el genio ­político-militar que demostró en su período al mando”, pero insiste en que esto no significa el fin de la estructura ­guerrillera.