Narcotráfico, negocio muy díficil de ocultar para las Farc

ARCHIVO - EL NUEVO DÍA
Al señalar la relación que existe entre las Farc y el narcotráfico, las autoridades llegan a dos conclusiones básicas, la primera de las cuales señala que en el centro de Colombia no existe tal vínculo porque esa organización fue desplazada hacia la periferia y los pocos brotes del negocio ilícito corresponden a bandas criminales.

La segunda, menos alentadora, es que en las demás regiones del país los frentes de esa guerrilla están en diferentes grados vinculados con el ilícito, en una gama de actividades que comienza con el simple cuidado de cultivos y termina con estructuras que monopolizan todas las fases del ciclo del narcotráfico, desde el cultivo hasta la comercialización del producto. 

Entre esos casos extremos, la inteligencia militar relaciona a los frentes que operan en el Guaviare y Vaupés, a los cuales, ante las escasas formas de obtener recursos, solo les queda recurrir casi que de manera absoluta a los dineros producto del narcotráfico, a diferencia de otros departamentos donde hay explotación de hidrocarburos, minería artesanal e industrial, ganadería... 

“Acá lo único que les queda es recurrir al monopolio del ciclo del narcotráfico, a través de unas estructuras que han conformado y que se llaman ‘comisiones de finanzas’. Guaviare y Vaupés se encuentran dentro del corredor de movilidad estratégico que articula las fronteras de Venezuela y Brasil con el área base del Estado Mayor del Bloque Oriental, que es la serranía de La Macarena, a través de los ríos Vaupés, Inírida y Guaviare”, explica un investigador del Ejército. 

“Este corredor no solamente es utilizado para transportar guerrilleros, sino para movilizar alcaloides hacia las fronteras y, de regreso, traer armamento y material de comunicaciones e intendencia, procedente del mercado negro de los países vecinos. Ahora hay una alianza entre bacrim y Farc”, agrega el investigador, y explica que el remanente que quedó de la banda criminal Erpac actualmente tiene acuerdos con las Farc para comercializar pasta base de coca, en vista de que las Farc no tienen contactos internacionales. 

“En Guaviare y Vaupés delinquen tres estructuras guerrilleras de las Farc: el Frente 44, al cual el estado mayor del Bloque Oriental le asignó la misión de controlar el río Guaviare; el Frente ‘Víctor Saavedra’, una estructura pequeña de 44 integrantes que delinque al oriente del municipio de El Retorno, sobre el medio y alto Inírida; y el Frente Primero", explica el investigador. 

Agrega que el Frente 44 está dedicado netamente a la consecución de finanzas, para lo cual ha logrado articular, junto con el Frente Primero, una red encargada de controlar los cultivos, el procesamiento, el transporte desde áreas remotas hasta centros de acopio, y la comercialización de la pasta base de coca. 

Este frente, que durante 2012 y lo corrido de 2013 ha sido golpeado por las tropas, está atomizado en pequeñas estructuras o comisiones de cuatro o cinco guerrilleros que visten de civil y gravitan de manera permanente en las áreas de cultivo y procesamiento de pasta de base, en áreas remotas habitadas por colonos que han fundado fincas y han cultivado las tierras por cuatro o cinco generaciones. 

“Y ellos se ven obligados o sometidos a cultivar, mínimo, dos hectáreas de coca por finca. La persona que no quiere cultivar coca, tiene que abandonar la región”, añade el investigador. 

En los municipios de Calamar y Miraflores, al mando de alias ‘Kokoriko’, está el Frente Primero, una estructura que desde sus comienzos ha dado apoyo a los demás frentes, no solamente en finanzas, en logística, en adiestramiento de guerrilleros, sino que también aporta al pie de fuerza de las estructuras que están más diezmadas o debilitadas. 

“Todos los campesinos, colonos, indígenas o residentes que no estén de acuerdo con sus órdenes, han sido desplazados del área. Las parcelas de las riberas de los ríos Unilla e Itilla (que confluyen en la inspección de Barranquillita para dar origen al río Vaupés) han sido asignadas a milicianos o guerrilleros lisiados por enfermedades o heridos en combates, para cultivos, laboratorios y centros de acopio”, continúa el integrante de inteligencia militar. 

También explica que en la década del 2000 al 2010 se produjo una reproceso en el plan estratégico de las Farc para la toma del poder, y más exactamente el Bloque Oriental se vio afectado porque desplazó 12 estructuras a la cordillera Oriental, en torno a Bogotá. “En esos diez años, esas estructuras efectuaban actividades armadas pero no financieras. Las estructuras que estaban en el piedemonte llanero y en Guaviare, Guainía y Vaupés producían los dineros para sostener a los doce frentes que estaban en Cundinamarca”. 

“Actualmente, el Bloque Oriental está en quiebra financiara. Su reserva estratégica ha sido ostensiblemente consumida durante esos diez años y sus estructuras están dedicadas a producir recursos para reliquidar los fondos del Bloque Oriental”, asegura. 

El pacífico, otra zona crítica

En la región Pacífica, el problema es tanto o más complejo que en las selvas de Guaviare, Guainía y Vaupés. De acuerdo con el coronel Gonzalo Aladino Franco, comandante de la Brigada de Infantería de Marina No. 2, con sede en Buenaventura (Valle), en el Chocó delinque el Frente 57 de las Farc (Pacífico norte). 

En el Pacífico centro (región que abarca desde las bocas del río San Juan, en el norte, hasta la desembocadura del río Naya, en el departamento del Cauca) está el Frente 30, la columna móvil ‘Libardo García’, el Bloque Móvil ‘Arturo Ruiz’, el frente urbano ‘Manuel Cepeda Vargas’, y hacia el sur está la columna móvil ‘Daniel Aldana’. 

“Todos están vinculados con actividades de narcotráfico. Eso se evidencia en las operaciones que realizamos, en las que constantemente estamos destruyendo laboratorios para procesamiento de pasta básica, cristalizaderos para el procesamiento de clorhidrato de cocaína, cultivos ilícitos en zonas donde la injerencia de esos frentes es total”, sostiene el coronel Aladino Franco. 

La jurisdicción de la unidad militar a su cargo va desde Punta Ardita (Chocó), en la frontera con Panamá, Valle del Cauca y parte del Cauca, hasta Punta Cocos, en una extensión longitudinal de 900 kilómetros y 20 kilómetros de profundidad, es decir, unos 36 mil kilómetros cuadrados en los cuales tiene desplegados 3 mil 500 hombres distribuidos en cuatro batallones. 

En el Pacífico centro tiene una operación sostenida, en el área general del Bajo Calima, que lleva un año, y en ese tiempo han desmantelado 70 campamentos de la guerrilla, más de 80 laboratorios y cristalizaderos para el procesamiento de pasta básica de coca y han erradicado más de 400 hectáreas de matas de coca. 

“La costa Pacífica norte del Chocó, por la proximidad con la frontera con Panamá y la cercanía a los países centroamericanos, es utilizada preferiblemente como centro de acopio y ruta para tratar de sacar las drogas ilícitas hacia países de Norte y Centroamérica. La producción grande ha estado más centralizada en el área del Pacífico centro, específicamente lo que es el área del Bajo Calima”, explica el oficial. 

En catatumbo, economía vinculada a coca 

En Catatumbo (Norte de Santander), el narcotráfico es el único soporte de las estructuras que delinquen. “Eso es una realidad. Aquí hay áreas como El Tarra, en donde más del 60 por ciento de la población depende de los cultivos de coca”, asegura el general Marco Lino Tamayo Tamayo, comandante de la Fuerza de Tarea Vulcano. 

“Aquí delinque el Frente 33 de las Farc. Toda su infraestructura es acorde a todo el proceso de la coca desde su cultivo, el procesamiento, el comercio y hasta la sacada de esa cocaína al exterior. Tiene un despliegue y una ubicación estratégica en todo el departamento que conecta con otras estructuras en el sur de Bolívar y Santander”, afirma el general Tamayo. 

“Cuando la población depende en más del 60 o 70 por ciento de esa estructura del narcotráfico, pues protege su economía y a la vez protege a esa cuadrilla, porque es la que compra los kilos que produce el agricultor, el campesino. Entonces, no es que la gente sea afecta a esta guerrilla, sino que su economía familiar está dependiendo de estas estructuras porque son las que manejan el comercio de la pasta base de coca”, añade Tamayo. 

El comandante de la Fuerza de Tarea Vulcano también confirma que la misión del Frente 33 es básicamente fortalecer las finanzas y hace un esfuerzo superior al dedicar el 50 o 60 por ciento de su estructura al proceso y comercio del narcotráfico. 

Así mismo, explica que este frente, que hace parte de la Unidad Norte del Bloque Magdalena de las Farc, usa varios sistemas. “Hay compradores que invierten en la protección o seguridad que generan las estructuras y les pagan un impuesto al gramaje, a la cantidad del producto que sale al final, y otras estructuras que reúnen, reciben, del campesino el producido y lo sacan a los cristalizaderos o a otros centros, pero todo es una cadena que en gran porcentaje articula el terrorista ‘Megateo’, cabecilla del EPL”. 

“Aquí convergen todos los males: Farc. EPL, ELN y bandas criminales, porque hay una ‘cultura’ de mucho tiempo atrás, de la época del contrabando, del pimpineo de la gasolina, del tráfico de armas. Todos son ingredientes que le aportan a esa industria del narcotráfico”, asegura. 

Suroccidente, en permanente tensión 

Por los departamentos de Valle y Cauca delinque la columna móvil ‘Gabriel Galvis’, especialmente en la parte alta de los municipios de Pradera y Florida (Valle), y Miranda (Cauca). “En la parte alta de Florida y Miranda cultivan coca y manejan cristalizaderos. Claro que les quitamos los tres que tenían y se quedaron sin economía”, asegura el general Jorge Humberto Jerez, comandante de la Fuerza de Tarea Orión. 

De acuerdo con este oficial, la columna ‘Gabriel Galvis’ se dedica a la coca y la comercializa con una banda denominada ‘Los Pastusos’, que son los que la llevan para sacarla por el Naya y el Pacífico. 

“El Frente 6 maneja amapola, marihuana y la marihuana cripis, la más cara del mundo, que se da en la parte alta de Corinto (Cauca). Y el frente urbano ‘Manuel Cepeda Vargas’ y la ‘Miller Perdomo’ manejan coca. Les hemos quitado cristalizaderos gigantes. En uno de ellos encontramos 50 hornos microondas. Llevamos más de 55 laboratorios en el área de injerencia del Frente 6, la ‘Gabriel Galvis’, la ‘Jacobo Arenas’, la ‘Manuel Cepeda Vargas’”, asegura Jerez. 

El general agrega que los guerrilleros se encargan de mover la droga hacia la costa Pacífica, montar su seguridad en los corredores de movilidad del narcotráfico que tienen para que lleguen a la costa, y en el litoral tienen su negocio con los narcotraficantes 

A estas estructuras en Valle y Cauca se suman el Frente 2, que opera en Nariño, y los Frentes 32, 48 y 49 que delinquen en Putumayo, y que, según las autoridades, también están metidos en el negocio. “El cartel del narcotráfico más poderoso del mundo son las Farc”, sentencia el general Jerez. 

El centro, sin narcotráfico 

En contraste, el centro del país no registra actividad de narcotráfico relacionado con la guerrilla. El general Henry William Torres Escalante, comandante de la Quinta División del Ejército, con jurisdicción en Tolima, Huila, Eje Cafetero y Cundinamarca, sostiene que en esta parte del país las estructuras insurgentes están dedicadas a la extorsión. 

“No se dedican al narcotráfico porque no hay cultivos. Es un área mucho más poblada, donde ha habido más control, y se han hecho operaciones muy importantes. Tenemos problemas de tráfico en Puerto Boyacá, pero son bandas criminales dedicadas a ese tipo de delincuencia. Hemos encontrado y destruido laboratorios en Viotá y La Mesa (Cundinamarca)”, explica el oficial. 

“En Huila no hay coca, y por el lado del Tolima ha habido cultivos, pero muy pequeños, de una o dos hectáreas, que también se han ubicado en el sur de ese departamento, en donde hay presencia de guerrilla, especialmente en el sector de Rioblanco y Chaparral, cuidados por las estructuras ‘Míller Salcedo’, ‘Marquetalia’ y ‘Manuela Sáenz’, dedicadas a finanzas”, continúa Torres Escalante. 

Pero la fuente de financiación sigue siendo la extorsión. El general recuerda que en su jurisdicción delinque el Comando Conjunto Central de las Farc, especialmente el Frente 21, que tiene todas sus redes de extorsión hacia el centro-sur del país. 

“Cajamarca, Roncesvalles, Ataco, Natagaima, Coyaima, Planadas, Chaparral (Tolima) han sufrido mucho ese flagelo. Por parte del Bloque Oriental, del cual también tenemos presencia en nuestra jurisdicción, teníamos el Frente 17, pero ha sido totalmente erradicada y se corrió hacia el Meta”, explicó. 

Credito
COLPRENSA

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