La víctima del macabro crimen es una mujer de 70 años de edad identificada por la Policía como Odilia Real, a quien golpearon con un objeto contundente en diferentes partes del cuerpo y luego la amarraron de pies y manos a un armario. 

El asesinato se registró entre las 6 a.m. y las 8 a.m. del domingo en una humilde vivienda localizada en la vereda Santa Isabel, distante 15 kilómetros del casco urbano de El Playón. 

Una de sus hijas, quien se encontraba en Bogotá, fue la última persona que habló con la víctima. La comunicación telefónica se registró a las 6:00 a.m. del domingo. Después no se supo qué pasó en el inmueble donde la mujer vivía sola. 

“Cuando hablamos ella me comentó que estaba malgeniada porque los gatos le había hecho daños en la casa. Después me dijo que iba a echarle comida a los pollos y que a las 8 a.m. me llamaba”, sostuvo Clara Inés Herrera, una hija de la víctima.

Sin embargo la llamada que Odilia le había prometido nunca llegó.

Llegaron las 8 de la mañana y nada que doña Odilia regresaba la llamada a su hija.

“Decidí volverla a llamar pero no me contestaba. Entonces me entró una preocupación y la llamaba cada 15 minutos pero nada, no contestaba”, narró la hija de la víctima. 

Tal fue la angustia que a las 2:00 de la tarde ella se comunicó con unos vecinos y les pidió el favor que fueran a la casa de su mamá para por qué no contestaba el celular.

“Me contestó una niña, le dije que si me podía hacer el favor de mirar qué había pasado como mi mamá porque tenía una preocupación terrible”, añadió la hija de la víctima fatal.

La niña fue hasta la casa de la señora Odilia y regresó asustada pues se encontró con horrenda escena. De inmediato los vecinos del sector acudieron a la vivienda y tras constatar lo ocurrido dieron aviso a la Policía.

A las 8:05 de la noche funcionarios de la Unidad Móvil del Laboratorio de Criminalística de la Sijín, llegaron a la vivienda para realizar la diligencia de levantamiento del cadáver.

En el sitio los investigadores fijaron algunas evidencias y posteriormente trasladaron el cadáver a la morgue del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, seccional Bucaramanga.

“Le pido justicia a Dios y perdono a la persona que cometió ese crimen, porque el único que hace justicia es Dios. Acabemos con tanta miseria, los humanos somos violentos sin necesidad”, señaló la hija de la víctima fatal.

El comandante de la Policía de Santander, coronel Édgar Nieto, asignó un equipo especial de investigadores para que en el menor tiempo posible den con el asesino y establezcan cuáles fueron los móviles.

Por ahora son dos las hipótesis las que maneja la Policía. Una de ellas es la de un posible robo y la otra una venganza de tipo personal.