Diálogo despeja camino a las obras en Catatumbo

Colprensa - el nuevo día
Los campesinos aseguran que en el último año los combates entre el Ejército y las guerrillas se han recrudecido, y la gente sigue sin vías, sin salud y sin educación: la única alternativa que tienen es la coca.

MARÍA VICTORIA CORREA

MEDELLÍN, EL COLOMBIANO

Hace un año la zona del Catatumbo apareció en el mapa de Colombia en medio de gases lacrimógenos y policías antidisturbios. Los campesinos paralizaron la región por más de dos meses con un solo argumento: además de convertirse en zona de reserva campesina, querían salud, educación, vías y empleo. Una vida digna.

Los campesinos cedieron muy poco y los bloqueos fueron la constante durante más de 50 días. El Gobierno nacional cedió menos. Los periódicos reportaban que el presidente Juan Manuel Santos estaba tratando de recuperar “el cariño” de una zona olvidada desde siempre.

Santos dijo que no negociaría bajo la presión de bloqueos, mientras que los campesinos buscaban una mesa de diálogos en que se concretara temas como la financiación de proyectos del Plan de Desarrollo, la suspensión de las erradicaciones forzosas de los cultivos de coca y los servicios públicos para Tibú.

Una vez superados los bloqueos, a mediados de agosto, el Gobierno nacional inició los anuncios billonarios: se produjeron las mesas de diálogo con los campesinos en que, durante el último año, han sido comprometidos cerca de 34 mil millones de pesos y se consolidó el Conpes 3938, con el que se busca el desarrollo integral de la región, en que fueron aprobados 1,6 billones de pesos.

Entonces, ¿qué ha ocurrido desde hace un año con los 11 municipios que conforman el Catatumbo? ¿El Conpes se consolidó? ¿Los proyectos ya iniciaron?

Por un lado, la zona de reserva se congeló en los anaqueles de la Corte Constitucional y de la Procuraduría, a la espera de resolver una demanda y una tutela contra dicho trámite. La mesa de diálogo de los campesinos liderados por la Asociación Campesina del Catatumbo, Ascamcat, también está en suspenso y depende de los diálogos de Cuba. Por el otro, el Conpes, aunque no está congelado, sus efectos han sido tan poco contundentes que los habitantes del común y los periodistas de la zona no saben que existe.

Acuerdos con campesinos

Cuando los bloqueos cesaron, el Departamento para la Prosperidad Social, DPS, en cabeza de su subdirectora, Mariana Escobar, inició los diálogos con los campesinos, quienes llegaron a la mesa con un pliego de peticiones, que el Gobierno ha ido concretando.

Para Escobar, en el marco de las mesas se lograron dos acuerdos importantes. El primero fue de posterradicación, para atender 400 familias cuyos cultivos fueron erradicados de manera forzosa. Fue firmado en septiembre del año pasado y su implementación inició este año. En noviembre se firmó un segundo pacto que se llamó ‘Acuerdo de Confianza’, que tiene cuatro componentes: proyectos productivos, salud, vías y acueducto rural. El siguiente paso era concretar el tema de reserva campesina para avanzar en la ejecución del Plan de Desarrollo, y ahí, como ya se dijo, hay una pausa.

Escobar asegura que hay un esfuerzo importante por asegurar recursos en un territorio que nunca antes los había tenido. “Lo que creo es que Catatumbo es un territorio al que hay que aproximarse de manera distinta, con preguntas de fondo frente a la construcción del desarrollo (...)”.

Por su parte, César Jerez, líder de los campesinos del Catatumbo, advierte que durante este año consiguieron la salida de los erradicadores forzados de la región. “Para nosotros fue un logro que se paralizaran las labores de fumigación aérea y tampoco se está erradicando de manera forzada, violenta ni manual como lo venía haciendo el Gobierno. También se logró por primera vez un acuerdo de reparación para las víctimas de erradicación violenta en el que se beneficiarán 500 familias”.

Durante este año, dice Jerez, también los acuerdos en general han sido casi imposibles de implementar, por unas trabas normativas y por la “negligencia de algunos funcionarios que han hecho que los acuerdos tengan cumplimiento muy parcial”.

Por último, advierte que también durante este último año, los combates entre el Ejército y las guerrillas se han recrudecido “y que la gente sigue sin vías, sin salud y sin educación, teniendo así como única alternativa la coca”.

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EL NUEVO DÍA

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