Buenas ayudas, pero demoradas
En 1988 desapareció el hermano de Liliana* en Barranquilla mientras realizaba un trabajo. Pese a que intentaron buscarlo y saber quién lo habría hecho y por qué, jamás encontraron respuestas, ni a su familiar.
Hoy, 26 años después de este hecho, su padre, una persona en silla de ruedas, ciega y con un estado de salud bastante delicado, recibió por parte del Estado una indemnización por $24 millones, después de tres años de haber solicitado esta ayuda a la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas.
Liliana*, quien además es desplazada de Sabana de torres por los paramilitares, agradece esta ayuda económica a su padre y sigue esperando recibir su indemnización.
“Estas ayudas son muy buenas, pero son muy demoradas. A uno lo hacen perder mucho tiempo: lo hacen ir constantemente a la Unidad y le dicen vuelva al mes, y así siempre una excusa. Por eso yo les dije, que si había una ayuda, que me la dieran mientras él estuviera vivo”.
Comentarios