De la Calle responde al uribismo las críticas al proceso de paz

Oficina del Alto Comisionado para la Paz - el nuevo día
A través de un extenso comunicado, el jefe del equipo negociador del Gobierno le respondió al uribismo las críticas que hacen principalmente sobre los puntos de reforma agraria y cultivos ilícitos, en los que se ha llegado a un acuerdo con las Farc.

Aunque el Gobierno ha tomado medidas frente a las especulaciones en el proceso de paz, esta vez decidió responder una a una las críticas del expresidente Álvaro Uribe Vélez y su partido opositor, luego de que presentaran un documento con 52 objeciones a la negociación.

El jefe negociador Humberto de la Calle dijo que las críticas siempre son bienvenidas, pero no las que están fundamentadas en ‘afirmaciones absolutamente equivocadas’ que buscan afectar la credibilidad de los colombianos frente al proceso.

1. reforma rural

La principal crítica del uribismo es que en el primer acuerdo alcanzado en Cuba se desconcentra la propiedad y se crean ‘”instrumentos de extinción y expropiación perversos” para entregar parcelas a campesinos. 

“Es absolutamente falso que en el Acuerdo se hayan pactado instrumentos para la colectivización de la tierra. Lo que sí tenemos que decir es que, a juicio del Gobierno, la desigualdad en la distribución de la tierra es elevadísima por lo que debemos buscar brindar acceso a los pobres a la tierra y erradicar la ilegalidad en la apropiación de la misma”, señaló de La Calle. 

En ese sentido, explicó que sí habrá un fondo de tierras que provendrán de actividades delictivas, desestimando así la expropiación como principal mecanismo. 

“Si hay que recurrir a la expropiación, incluyendo la que se hace por vía administrativa, se hará pagando la tierra al valor comercial”, agregó, reiterando que este es un mecanismo existente en la ley vigente. 

2. Dejación de armas y zonas de reserva

Sobre las zonas de reserva campesina, Humberto de la Calle dijo que esas zonas fueron creadas desde 1994, mediante ley, y advirtió que no es cierto que dichas zonas serán un corredor para la guerrilla.

“La dejación de armas es una elemento esencial, por lo que no serán corredores para terroristas armados”, dijo De la Calle, y agregó que en el acuerdo general para la terminación del conflicto y la construcción de la paz estable, “las Farc aceptaron por primera vez en la historia la dejación de armas”.

En este punto recalcó que no habrá una paz armada bajo la veeduría de las Farc, y advirtió que cualquier señalamiento frente al punto de dejación de armas es una especulación, pues aunque será una de las condiciones necesarias para la paz, hará parte de un próximo punto de discusión en el que participarán comisiones con altos oficiales militares que analizarán el tema.

3. Participación política

Lo que la bancada uribista calificó como una ‘concesión inadmisible al terrorismo’ en la mesa de negociación, De la Calle lo planteó como una participación política igualitaria para todas las minorías del país. Según Sergio Jaramillo, alto comisionado para la Paz, se busca al igual que en cualquier proceso de paz, cambiar la relación que hay entre las armas y la política. 

El jefe negociador explicó que los campesinos de estas zonas que tendrán una circunscripción especial “no son terroristas, como dice el Centro Democrático”, y explicó que el propósito de estas circunscripciones transitorias especiales “es que quienes allí habitan tengan durante un periodo breve de transición mayor representación, no es ningún regalo al terrorismo”. 

También se aclaró que la razón por la cual los partidos tradicionales no pueden competir allí es porque han obtenido representaciones en otros departamentos y de lo que se trata es de evitar que los partidos se apoderen de estas circunscripciones. 

4.Narcotráfico y drogas ilícitas

Aunque el uribismo asegura que las Farc no asumen sus vínculos con el narcotráfico, los negociadores citaron partes textuales del acuerdo donde la guerrilla reconoce “que el cultivo, la producción y comercialización de las drogas ilícitas también han atravesado, alimentado y financiado el conflicto”.

De la misma manera, Gobierno y Farc acordaron que “la construcción de una paz estable y duradera supone la disposición por parte de todos de contribuir con el esclarecimiento de la relación entre el conflicto y el cultivo, la producción y la comercialización de drogas ilícitas y el lavado de activos derivados de este fenómeno”.

En el tema del manejo de los cultivos ilícitos, la idea es que la sustitución de los mismos sea concertada y paulatina, buscando garantizar que los cultivos nuevos de los campesinos, no solo sean sustentables, sino que les ayuden a mejorar sus condiciones de vida. Sin que por lo anterior, se afirme, como lo hizo el Centro Democrático, que ya no se erradicarán los cultivos ilícitos.
 

5. Financiación y posconflicto

Otra de las inquietudes del uribismo es cómo se garantizará la ejecución de los acuerdos pactados, argumentando que si hay un déficit fiscal en el presupuesto nacional, también lo habría en el proceso de construcción de paz.

Sergio Jaramillo, alto comisionado de Paz, explicó que los negociadores cumplen con la instrucción de que todo lo que se apruebe, por orden del Presidente, debe tener una financiación garantizada.

“Colombia es hoy un país de ingreso medio que puede revisar sus prioridades y que tendrá cooperación internacional a la hora de tener acuerdos en beneficio de la región y del mundo entero”, concluyó el Alto Comisionado.

Actualmente el presidente Juan Manuel Santos se encuentra en diálogos con otros países, buscando precisamente dicha financiación, de los cuales Alemania ya aceptó realizar la inversión para el posconflicto.

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