En Colombia se presentaron 147 agresiones contra periodistas en 2015

TOMADA DE INTERNET - EL NUEVO DÍA
El año pasado se registraron 147 agresiones directas contra la prensa en Colombia y estas dejaron 232 víctimas, según el más reciente informe de la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP).

"La idea es generar una reflexión, porque muchas veces reclamamos de los periodistas una cantidad de estándares sobre lo que se debería decir, pero pocas veces nos preguntamos cuales son las condiciones para ejercer la profesión en Colombia”, afirmó el director de la FLIP, Pedro Vaca, en la conmemoración de los 20 años de la fundación.

Este evento contó con la participación de periodistas como Vicky Dávila, Juanita León y Jineth Bedoya. De igual manera, se proyectó por primera vez el documental ‘En el Medio’- Los silencios del periodismo colombiano', realizado por la United Nations Democracy Fund y la Universidad del Rosario.

Según Vaca, en 2015 hubo un incremento del 40 % en las agresiones contra periodistas con respecto al año anterior, y la más alta desde 2009; siendo Colombia el país número once en el que es más peligroso ser periodista. Según la FLIP, es sorprendente que el país se encuentre ad portas de firmar un acuerdo de paz con las FARC y se presenten estos datos.

Una de las hipótesis más importantes que maneja la fundación para darle explicación al aumento de las agresiones fueron las amenazas y obstrucciones colectivas en los días antes de las elecciones regionales en octubre.

Lo anterior influyó de manera negativa en el cubrimiento de las elecciones por parte de los periodistas. Además, las partes más afectadas del país siguen siendo regiones como Valle del Cauca, Arauca, Caquetá y Santander; según Germán Rey, investigador del informe del Centro de Memoria Histórica ‘La Palabra y el Silencio’.

El informe también hace referencia la gestión de la Unidad Nacional de Protección, ente creado hace 15 años para proteger a aquellas personas que se encuentran en riesgo, pues si bien se han invertido 7 millones de dólares en la protección de 137 periodistas amenazados, el Estado debe replantear las funciones de este organismo.

“Debemos pasar de un sistema de protección que solo atiende los incidentes consumados de violencia a un sistema que por un lado, prevenga este tipo de actos y que además, haga justicia”, afirmó Vaca.

Según el informe y el director de la FLIP, este es un “bache” del sistema pues la custodia de periodistas no puede ser la única manera de atender el riesgo, es algo que resulta muy costoso y poco efectivo.

La fundación propone en el informe que el programa que se desarrolla en la actualidad sea transformado en una política de gobierno y que trabaje de la mano con otros organismos como, como la Defensoría del Pueblo, la Fiscalía y las autoridades locales.

Con respecto a este tema Vicky Dávila, periodista que ha sido víctima de amenazas y de presuntas interceptaciones ilegales, manifestó su interés en que “este informe no debe pasar desapercibido en un año más de la celebración del día del periodista, sino que las autoridades deberían leerlo, concientizarse y tomar medidas sobre la impunidad que rodea todos estos casos de asesinatos y amenazas a periodistas”.

El informe de la FLIP también se refiere a los asesinatos a periodistas que quedan en la impunidad, pues según sus datos, durante 2015 prescribieron cuatro de estos casos y este año podrían ser dos más a los 78 homicidios en los que la justicia no podría resolver.

Por otro lado, el informe asegura que el 23 % de las amenazas a periodistas las hacen particulares, mientras que el 18 % pertenece a los amedrentamientos que hace la fuerza pública, que en años anteriores era el primer lugar.

“Esto hace pensar ¿Cuáles son las amenazas que vienen después del proceso de paz? Si uno se pone a ver que el victimario de hoy en día es un victimario desconocido, que no son los actores armados comunes, sino es un actor difuso del crimen organizado. Me parece que aún, si se cierra el conflicto con las FARC es posible que esas amenazas persistan”, comentó Juanita León, directora de la Silla Vacía.

Las víctimas más recientes 

Dentro del evento se recordaron los asesinatos del año pasado del periodista Luis Antonio Peralta, director de la emisora y asesinado el 14 de febrero en el municipio de El Doncello, departamento de Caquetá, y de Flor Alba Núñez, asesinada el 10 de septiembre en la ciudad de Pitalito y quien trabajaba para más de 6 medios en el sur del departamento del Huila.

El informe describe estos asesinatos el silencio de “dos voces críticas”, que en sus regiones denunciaban la corrupción local y que por esto “encontraron la muerte”. Estos dos casos se suman a la lista de 152 periodistas asesinados en Colombia desde 1977 hasta 2015.

“El informe nos deja ver que la prensa sigue amenazada  y que aunque ha bajado la intensidad del conflicto en sí mismo, en las regiones todavía hay agresiones contra los periodistas; que lo permiten administraciones locales y lo más triste es que en algunas zonas se la fuerza pública la que promueva el ataque a la libertad de prensa”, comentó Jineth Bedoya, periodista del periódico El Tiempo y víctima del conflicto.

“La palabra y el silencio”

Durante el evento también se presentó el informe del Centro de Memoria Histórica sobre la violencia en el periodismo colombiano llamado ‘La Palabra y el Silencio’, que cuenta todas las etapas que ha tenido la profesión desde que en 1977 se asesinó al primer periodista por su profesión.

“La violencia con los periodistas está ligada con la violencia en el país, con todos sus actores y victimarios”, afirmó Rey, quien hizo la presentación de este informe. Según la FLIP este texto es el único de que ha presentado el Estado con referencia a los crímenes de periodistas en el conflicto armado.

Para Rey, el proceso que se avecina en la paz, debe ser cuidadoso a los que se refiere con la seguridad de los periodistas pues, es en estas épocas de cambios radicales donde se recrudece la violencia contra esta profesión.

“Este informe llega el nombre de la ‘Palabra y el Silencio’, porque una democracia solamente es posible cuando sea un sistema en donde la diversidad de las palabras de unos y otros se pueda expresar como lenguaje y posibilidad de diferencia; y frente a la palabra siempre existirá el peligro del silencio”, finalizó Rey.

Credito
COLPRENSA

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