Construido en 1999, su propietario actual es el multimillonario Dennis Washington. Con una fortuna de 6 mil millones de dólares, la revista Forbes lo sitúa en el puesto 79 en América. 

“Ha sido una remodelación obscena, sacamos casi cada tornillo” señala Washington sobre los arreglos que le hizo al yate al adquirirlo en 2006. Mientras los yates normalmente tienen lados planos, el propietario lo diseñó curvo, “creo que esto va a establecer un nuevo estándar, no hay nada igual”, añadió en ese entonces. Este diseño curvo proporciona una mirada elegante y única desde el exterior. 

Tras tres años de reformas, no es el yate más grande del mundo pero sí uno de los más exquisitos. Valorado en 250 millones de dólares, tiene capacidad para 28 huéspedes, atendidos por una tripulación de 21 personas. Bill Gates y su familia pasaron las vacaciones de 2012 en este yate en Belice. 

“Él lo crea y yo lo diseño” aclara Phyllis Washington, esposa del multimillonario. El navío posee además un lugar íntimo para disfrutar cócteles en el mar como también un par de sillas de Gucci de acero inoxidable con vistas al mar. 

Dennis Washington comenzó su carrera a los 30 años y en cinco años se convirtió en el mayor contratista de Montana. Hoy, a sus 81 años, es propietario de un gran consorcio de empresas privadas conocidas como Washington Companies, junto con la empresa Seaspan Marine Corporation, en Canadá. 

Este magnate industrial residente en Montana es un filántropo activo que ha donado 130 millones de dólares a través de su Fundación Dennis y Phyllis Washington, además posee una gran propiedad privada en Columbia Británica que incluye un hotel de pesca de lujo y un campo de golf. 

El ATTESSA IV arribó a Cartagena procedente de ST Thomas, Virgina (EE.UU.). Es uno de los yates más grandes y lujosos que ha visitado la ciudad. Permanece anclado en el Muelle de Edurbe en Manga. 

Según rumores, su visita se debe a una amistad entre Dennis Washington y el reconocido pintor colombiano, Fernando Botero, quien lo habría invitado al país.