El juez condenó a 10 años de prisión al pastor de la iglesia que organizó las actividades con los niños, Manuel Ibarra; y al conductor del bus, Jaime Gutiérrez, por el delito de homicidio culposo agravado. 

La sentencia fue proferida luego de que la Fiscalía llegará a un preacuerdo con los acusados, decisión que fue apelada por los representantes de víctimas y la Procuraduría General de la Nación. 

Por este caso, el pasado 6 de mayo, los familiares de los 33 niños interpusieron una demanda contra la Nación ante el Tribunal Administrativo de Cundinamarca. 

Los demandantes indicaron que en la tragedia que se originó tras el incendio del bus en el que se trasportaban cerca de 62 personas entre adultos y niños, se presentaron inconsistencias por parte de las autoridades municipales y departamentales, así como del Ministerio de Transporte, pues no se tomaron acciones de control frente al vehículo que registró fallas mecánicas. 

En la demanda, que aún no ha sido admitida por el Tribunal Administrativo, los familiares buscan una indemnización por parte del Estado, dadas las presuntas omisiones en la vigilancia por parte entidades oficiales respecto del vehículo. 

De momento, los padres y familiares de los niños fallecidos han recibido acompañamiento psicológico por parte del Gobierno para sobrellevar la pérdida de los menores.