Su familia, que lo veló en una funeraria del sur de Bogotá y le dio cristiana sepultura en los campos de El Apogeo, también en el sur, lo recordaron como un joven feliz y al que le gustaba ayudar a la gente. De allí que la sala 9 en la que se hizo la velación fue un desfile de amigos, vecinos y parientes.
“Quiero decirles a todos los papás y mamás que con la violencia no se soluciona nada. Mi hijo siempre tuvo un pensamiento positivo”, señaló Jhon, su padre, que pidió que la muerte de su hijo no se tome como una bandera para ningún caso.
A la versión de que su deceso, que ya está siendo investigado por el Ejército y por la Justicia Penal Militar, obedeció por presiones de sus superiores por cuenta de un vídeo que publicó en sus redes sociales donde hablaba del paro nacional en contra del gobierno de Iván Duque, sus familiares desmienten el hecho y sostienen que las presiones vienen desde su traslado al Meta.
En el vídeo señaló que esa era su “voz de protesta” e indicó que en el interior de la institución “me quitaron el derecho a opinar, no tengo derecho a hablar sobre las irregularidades, porque pueden acarrear un tema judicial para mí”.
Todo apunta a un aparente altercado con un cabo y desde que llegó a ese lugar su familia notó un cambio drástico en su comportamiento. Sin embargo, no habló del tema por no involucrar mucho a sus parientes y con el fin de que no se preocuparan por su bienestar.
“No era ni de derecha ni de izquierda. Creía en Dios y estaba convencido de que con violencia nada se soluciona. Por eso escribió en sus redes sociales que ‘desearía haber aprendido cómo salvarle la vida a un paciente en paro que limpiar un arma’”, reseñó su padre.
Comentarios