El documento fue dado a conocer como parte del diálogo antinarcóticos bilateral en el que se estableció un grupo de acción para reducir los altos niveles de cultivo de coca y producción de cocaína hasta en un 50 por ciento para fines de 2023.

Dice un comunicado de la citada Oficina que “el diálogo se centró en aumentar la erradicación de la coca y la interdicción de la cocaína, mejorar la seguridad y las oportunidades económicas en las zonas rurales más afectadas por el tráfico de estupefacientes, y enfocarse en el lavado de dinero y las finanzas ilícitas relacionadas con los narcóticos. El foco de la discusión fue expandir los resultados del programa integrado de erradicación de coca de Colombia al garantizar el uso completo de todas las herramientas disponibles, incluida la erradicación manual, el desarrollo alternativo y un componente de erradicación aérea liderado por Colombia, respaldado por programas de desarrollo rural y seguridad rural.

La aspersión aérea con glifosato también fue un tema que se trató durante una reunión que a comienzo de esta semana sostuvieron los presidentes Iván Duque y Donald Trump en Washington.

El uso del herbicida, que ha desencadenado polémica por varios años, también será objeto de debate en plenaria del Senado por cuenta de una proposición del Centro Democrático para, según el vicepresidente de la Comisión II del Senado, Jhon Harold Suárez, “escuchar al gobierno y respaldarlo en la lucha que está haciendo para enfrentar a los carteles del narcotráfico”.

Aunque se ha insistido en la aspersión química sobre los cultivos, el gobierno estadounidense reconoce que donde se concentraron las actividades de erradicación, el cultivo de coca disminuyó sustancialmente. Y señalan que las autoridades nacionales aumentaron la erradicación manual en un 57.7 por ciento en comparación con el mismo período del año pasado.

Se espera un pronunciamiento en las próximas horas por parte del Gobierno Nacional frente a estas nuevas cifras.