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Cepeda, contraparte del proceso en el que se investiga a Uribe por presunto fraude procesal y soborno de testigos, manifestó en una rueda de prensa que el documento también será enviado a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, y que en este da cuenta de las situaciones “que en la práctica buscan no solamente una presión sino incluso incitar a la violencia”.
El expresidente está en detención domiciliaria por orden de la Corte Suprema, que consideró que hay riesgos de que el exmandatario obstruya la justicia, pero su defensa solicitó esta semana a la Fiscalía, que asumió la competencia del caso tras la renuncia de Uribe al Senado, que ordene su libertad.
Este proceso comenzó en 2012 cuando Uribe demandó por supuesta manipulación de testigos a Cepeda, que en esa época preparaba una denuncia en el Congreso en su contra por supuestos vínculos con el paramilitarismo.
Presiones y amenazas
El informe de Cepeda, según explicó, está basado en las pruebas de “presiones, manipulaciones y amenazas” que aseguró han ejecutado Uribe, su familia, el partido derechista Centro Democrático, del cual es fundador y del que hace parte el presidente Iván Duque, y “el propio Gobierno”.
“En este mes hemos asistido a una infame campaña contra los magistrados de la Corte Suprema de Justicia”, afirmó Cepeda.
Además, agregó: “Uribe no tuvo ningún recato para tildar a los magistrados y a la Corte de ser mafiosos y secuestradores”.
Señaló que el Gobierno “ha sido puesto al servicio de esta operación para lapidar a la Corte Suprema y a sus magistrados” y denunció que incluso ha usado “las relaciones diplomáticas para ejercer presión desde los EE.UU.”.
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