"Lo que yo creo más importante es hablar específicamente sobre la marihuana, sobre la cocaína, sobre la heroína, y qué es lo que tenemos que hacer porque no nos alcanzará (el tiempo) en esta Asamblea para poder hacerlo", dijo Pérez en rueda de prensa.

De acuerdo con el gobernante guatemalteco, la intención es que tras conocer el estudio en la Asamblea, los 34 países miembros de la OEA le den seguimiento al tema en una reunión aparte, en la que participen los cancilleres o los propios presidentes para generar la discusión sobre las nuevas rutas de lucha contra las drogas.

La propuesta es "no trasladarlo a otro organismo en donde no tenemos la certeza que vaya a seguir avanzando", declaró.

El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, entregó el pasado 17 de mayo al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, el informe con nuevos enfoques en la lucha antidrogas, especialmente en el tratamiento a los adictos.

La OEA se encargó de elaborar el estudio, de unas 400 páginas, en cumplimiento del mandato de la Cumbre de las Américas, efectuada en abril de 2012 en Cartagena, Colombia, que acogió la iniciativa de Guatemala de estudiar nuevas opciones más efectivas de lucha contra las drogas.

"No esperamos en esta Asamblea tener una propuesta específica sobre cada una de las sustancias psicotrópicas (...). Nosotros lo que queremos es (definir) cómo le damos seguimiento" al informe, detalló Pérez.

Al inicio de su mandato en 2012, el presidente guatemalteco sorprendió con su propuesta de despenalizar las drogas para frenar la ola criminal asociada al narcotráfico, la cual fue rechazada inmediatamente por Washington.

Aunque en Centroamérica la propuesta no tuvo eco, los presidentes apoyaron un debate que busque nuevos mecanismos para enfrentar el tráfico de drogas.

El negocio de la cocaína mueve en el mundo unos 85 mil millones de dólares al año, 35 mil de estos en el mercado estadounidense, que va a parar a la compra de armas, la corrupción, y el amedrentamiento de la población, según la ONU y la OEA.