"Las manifestaciones pacíficas constituyen una vía legítima de expresión de las opiniones (...). El recurso excesivo a la fuerza policial no tiene cabida en una sociedad democrática", dijo el comisario Stefan Füle en un discurso en presencia del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan.
"Permítame (...) llamar a Turquía a no abandonar sus valores de libertad y de respeto de los derechos humanos. Y permítame asegurarle que, por nuestra parte, no tenemos la intención de abandonar el proceso de adhesión de Turquía a la UE", agregó.
Varios países europeos denunciaron las brutalidades policiales contra los manifestantes que desde hace ocho días reclaman la renuncia de Erdogan.
La jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, llamó a las autoridades turcas a actuar "en conformidad con el estado de derecho".
"Observamos la evolución en Turquía y pensamos que los manifestantes están en un estado de derecho y por esa razón hay que comportarse con los manifestantes en conformidad con el estado de derecho", declaró.
Según el último balance de la Asociación de Médicos Turcos, la represión y los enfrentamientos dejaron tres muertos (dos manifestantes y un policía) y cuatro mil 785 heridos, 48 de ellos de gravedad.
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