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Cientos de manifestantes volvieron ayer a desafiar a la Policía en la localidad de Ferguson (Estados Unidos), en protesta por el fallo del jurado que decidió no imputar al policía blanco Darren Wilson por la muerte del joven negro Michael Brown.

Tras los últimos disturbios, en los que hubo más de ochenta detenciones, la multitud se concentró ante la Comisaría de Policía de Ferguson, cercada por vallas y barricadas.

La comisaría de la localidad, un suburbio de San Luis (estado de Misuri), quedó rodeada por agentes antidisturbios y efectivos la Guardia Nacional.

Al menos tres personas fueron detenidas frente a la comisaría, ante la que los manifestantes corearon consignas como “No dispares” y portaron pancartas en las que se leían frases como “Paren la brutalidad de la Policía”.

Y aunque no se produjeron actos vandálicos tan graves como los del lunes en la noche, una turba dañó y volcó un vehículo policial cerca del Ayuntamiento, incidente ante el que los agentes reaccionaron con el uso de gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes, algunos de los cuales lucían máscaras antigás.